Forza Italia, un movimiento que depende de un hombre
Silvio Berlusconi no es un pol¨ªtico, sino un l¨ªder. Y Forza Italia no es un partido, sino un "movimiento" que "abre el camino de una nueva historia italiana", y "no nace de un sistema doctrinal, sino de la llamada directa de un hombre, Silvio Berlusconi, a un cuerpo electoral". Estas afirmaciones pertenecen a un texto presentado ayer por Forza Italia, bajo el t¨ªtulo Carta de los valores, con motivo del d¨¦cimo aniversario de la fundaci¨®n de algo que en 1994 era una red de clubes locales y que ahora, convertido en movimiento, dice contar con 250.000 socios.
La definici¨®n ideol¨®gica de Forza Italia resulta generosamente amplia. El documento indica que se trata de "un partido (a veces s¨ª lo es) liberal-popular y liberal socialista" que recoge las tradiciones del catolicismo liberal, del humanismo laico y republicano y del socialismo liberal. Intenta reconstruir, por tanto, la gran coalici¨®n de democristianos, socialistas, republicanos y liberales que hizo de Bettino Craxi el gran patr¨®n de Italia entre 1983 y 1993. S¨®lo "los comunistas y quienes aceptan sus m¨¦todos", afirm¨® ayer Berlusconi, quedan fuera del espectro de Forza Italia.
Forza Italia tiene nombre de grito futbol¨ªstico y llama a los suyos "azules", como si fueran jugadores de la selecci¨®n italiana. Fue ideada por un grupo de creativos de Publitalia, una de las compa?¨ªas del imperio de Berlusconi, y organizada por un peque?o equipo de ejecutivos y vendedores.
Sin sucesor
En las elecciones de 2001 alcanz¨® casi el 29% de los votos y se convirti¨® en la formaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s importante del pa¨ªs. Su ¨¦xito ha sido extraordinario, pero su futuro es problem¨¢tico: no tiene otro jefe que Berlusconi, y en una d¨¦cada ha demostrado ser incapaz de formar una generaci¨®n de posibles sucesores. A la sombra del l¨ªder no hay nadie. Lo admite el propio coordinador de Forza Italia, Sandro Bondi, que lloraba de emoci¨®n durante el acto de ayer. La figura de Berlusconi es tan gigantesca que incluso sus enemigos dependen de ella: s¨®lo el antiberlusconismo es capaz de unir a los partidos de izquierda.
Esta primavera, el forzismo celebrar¨¢ un segundo congreso, tras el fundacional de 1994, para establecer alg¨²n tipo de estructura interna m¨¢s all¨¢ de la devoci¨®n al l¨ªder. Nadie alberga, sin embargo, grandes esperanzas. El d¨ªa que falte Berlusconi, Forza Italia "se desintegrar¨¢ en semanas", dice el polit¨®logo Ernesto Galli della Loggia, que acompa?¨® a la formaci¨®n en sus comienzos. Los otros partidos de la actual coalici¨®n de gobierno se disputar¨¢n el liderazgo de la derecha. Gianfranco Fini, que ha llevado a Alianza Nacional desde el neofascismo a posiciones casi centristas, se considera el sucesor natural, aunque est¨¦ por ver si es capaz de mantener unida su propia base y de evitar nuevas escisiones de los "fascistas puros", como la protagonizada por Alessandra Mussolini.
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