Primer aviso
La din¨¢mica cambiaria se ha revelado en los ¨²ltimos meses como la variable m¨¢s determinante del comportamiento de los mercados y de las expectativas para el crecimiento. Si bien el proceso depreciador del d¨®lar debe valorarse positivamente, ya que permite corregir en parte alguno de los desequilibrios de EE UU, la intensidad del ajuste, sobre todo desde septiembre, comienza a preocupar en el seno del BCE. ?sa es, al menos, la percepci¨®n que se extrae de las ¨²ltimas declaraciones de alguno de sus miembros, as¨ª como del Bolet¨ªn mensual. Hasta ahora, la autoridad monetaria consideraba que la recuperaci¨®n del euro era un movimiento l¨®gico que correg¨ªa la infravaloraci¨®n que mostraba desde su nacimiento y que su impacto negativo sobre las exportaciones se ha compensado por el dinamismo de la econom¨ªa mundial.
La apreciaci¨®n del euro desde septiembre equivale a una elevaci¨®n del tipo de inter¨¦s algo superior a los 50 puntos b¨¢sicos
Sin embargo, de no frenarse la actual tendencia, implicar¨ªa una sobrevaloraci¨®n del euro que puede da?ar el crecimiento, sobre todo porque se est¨¢ produciendo en la primera fase de la recuperaci¨®n. Seg¨²n el ¨ªndice de condiciones monetarias de AFI, la apreciaci¨®n del euro desde septiembre equivale a una elevaci¨®n del tipo de inter¨¦s algo superior a los 50 puntos b¨¢sicos, hasta situarse en el punto m¨¢s restrictivo desde febrero de 1999.
Parece l¨®gico que el BCE haya comenzado a preocuparse cuando la cotizaci¨®n se ha acercado a la referencia de 1,30, y que haya introducido las primeras se?ales de advertencia. Si contin¨²a la apreciaci¨®n del euro, el BCE tiene tres opciones. La primera, presionar a otros pa¨ªses (fundamentalmente asi¨¢ticos) para que sean sus monedas las que se aprecien frente al d¨®lar. La segunda, intervenir, inicialmente de forma verbal, como ya lo est¨¢ haciendo y, posteriormente, de forma directa en el mercado de divisas (como sucede con el Banco de Jap¨®n). La tercera alternativa es recortar los tipos de inter¨¦s, como esta semana ha decidido el Banco de Canad¨¢. Lo m¨¢s probable es que agote las dos primeras opciones, ya que la tercera, adem¨¢s de no tener garantizada su eficacia, podr¨ªa introducir dudas sobre la recuperaci¨®n econ¨®mica en un momento en el que las expectativas de los agentes es una variable sobre la que descansa la propia reactivaci¨®n del ciclo.
David Cano y C¨¦sar Cantalapiedra son socios de AFI y profesores de la EFA.
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