Los inmigrantes se atan a las hipotecas
Cada vez m¨¢s extranjeros deciden comprar casas en Espa?a a pesar de que los precios baten r¨¦cords. El inmigrante que est¨¢ en situaci¨®n legal alquila un piso para subarrendarlo a otros a precio de oro
Cuando llegaron a Espa?a, muchos inmigrantes jam¨¢s pensaron que un d¨ªa podr¨ªan comprarse una casa. Era dif¨ªcil conseguir un salario estable, muy complicado encontrar un piso de alquiler y m¨¢s dif¨ªcil a¨²n lograr la residencia permanente. Sin embargo, cada vez m¨¢s inmigrantes dan el triple salto mortal y contratan una hipoteca. En Caja Madrid hace cinco a?os s¨®lo el 3% de las hipotecas se contrataban por inmigrantes. Este a?o, los extranjeros han copado el 14% de esos cr¨¦ditos.
Los pisos suben por las nubes pero ellos cada vez compran m¨¢s. La revista brit¨¢nica The Economist no deja de asombrarse de los precios que alcanza la vivienda en Espa?a. En el n¨²mero de la semana pasada publicaba un gr¨¢fico donde se aprecia que Espa?a es el pa¨ªs donde m¨¢s sobrevaloradas se encuentran las viviendas, seguida de Reino Unido, Holanda, Irlanda y Australia. Sin embargo, los inmigrantes se apuntan al carro de las hipotecas.
"Se llega a pagar hasta 300 euros por un colch¨®n, ni siquiera por una cama"
"Los bancos no son ninguna ONG. Saben que si no pagamos se quedan con el piso"
?C¨®mo? ?Con qu¨¦ dinero? Si alguien se acerca al hogar de 60 metros cuadrados que el ecuatoriano William Cebayos ha comprado por 143.000 euros (23.793.000 pesetas) se puede atisbar la f¨®rmula secreta. William Cebayos, portavoz de la asociaci¨®n ecuatoriana Llactacaru (Tierra Lejana en idioma kichwa), era profesor en Ecuador y en Espa?a, dependiente de una fruter¨ªa.
La casa la comparte con su esposa, Kelly Escalante, y su hermano. Ninguno lleva m¨¢s de tres a?os en Espa?a. Los tres presentaron la n¨®mina en el banco. Y casi ninguno coincide en casa. Ella llega de trabajar en el Mc Donald's de Las Ramblas a las cinco de la ma?ana. A las seis de la ma?ana William Cebayos parte para la tienda. Y una hora despu¨¦s sale el hermano de William hacia una droguer¨ªa.
Alquileres por las nubes
"No paramos de trabajar, pero antes pag¨¢bamos 550 euros de alquiler y ahora pagamos 700 al mes por la hipoteca. Creo que hemos hecho un buen negocio".
En Lepe (Huelva) los precios de las casas son m¨¢s baratos, pero los salarios tambi¨¦n. Y el problema es que tampoco hay plazas de alquiler. "Aqu¨ª los alquileres m¨¢s baratos cuestan unos 300 euros. Y las hipotecas vienen a salir por unos 400 euros mensuales. Y encima es muy dif¨ªcil encontrar un sitio de alquiler. Cuando lo encuentras, siempre vives con la inquietud de que te echen y tengas que empezar a buscar de nuevo", indica Abderram¨¢n Essadi, secretario general de Andaluc¨ªa Acoge. ?l mismo se compr¨® un piso hace un a?o junto a su esposa, que tambi¨¦n trabaja. A pesar de todos los pesares y de que el precio de la vivienda no deja de subir, Essadi aconseja a los inmigrantes que, si pueden, inviertan en una vivienda. "En Lepe un piso de segunda mano, de protecci¨®n oficial, con 15 a?os de antig¨¹edad te puede salir por ocho millones de pesetas [48.000 euros]. Y tienes que pagar unos 400 euros durante 25 a?os. Toda tu vida hipotecada. Pero compensa, porque inviertes en algo tuyo".
El Instituto Nacional de Estad¨ªstica ha revelado que en el padr¨®n de 2003 aparecen 42,6 millones de habitantes registrados en Espa?a. De ellos, dos millones y medio son extranjeros. Y de ¨¦stos, una buena parte, imposible de determinar, son emigrantes que llegaron huyendo de la pobreza.
Los bancos se muestran encantados con los nuevos clientes. "La morosidad es incluso m¨¢s baja que la del resto de los clientes porque est¨¢n en una situaci¨®n en la que lo ¨²ltimo que quieren es tener problemas legales", declaraba a este peri¨®dico Francisco Sancha, del Banco Popular.
Un portavoz de Caja Madrid ha indicado que los clientes extranjeros suelen contratar a mayor plazo y por m¨¢s dinero que los nacionales. El a?o 2002 los inmigrantes firmaron con Cajamadrid hipotecas por un valor medio de 112.000 euros (18.635.000 pesetas) y por un plazo de 23 a?os.
Para que la monta?a se acerque a Mahoma, los bancos han decidido contratar en sus oficinas a extranjeros que manejen el mismo lenguaje que sus clientes.
"Pero eso no es suficiente. Sigue habiendo mucha desconfianza hacia el inmigrante" se?ala Mustapha El Merabet, presidente del colectivo Atime (Asociaci¨®n de Trabajadores e Inmigrantes Marroqu¨ªes de Espa?a).
"A menudo el director de la oficina bancaria suele preguntarnos si tenemos permiso de trabajo, que caduca a los seis meses. Y por mucho que insistas en que la renovaci¨®n es un mero tr¨¢mite administrativo que tarda un a?o. Pero el director del banco cree que el permiso no es v¨¢lido cuando caduca. No entiende que cuando caduca solicitas la renovaci¨®n, te dan un papel y sigues siendo legal aqu¨ª", a?ade El Merabet.
"Los bancos no son ONG ni almas caritativas", comenta el presidente de la Asociaci¨®n de Trabajadores e Inmigrantes Marroqu¨ªes de Espa?a. "Los bancos se han dado cuenta de que hay m¨¢s de un mill¨®n de trabajadores de este pa¨ªs. Somos clientes potenciales. Y se est¨¢n peleando por nosotros. Pero, aparte de poner inmigrantes en sus oficinas, han de poner gestos, mensajes, ciertas ofertas. Saben que van a sacar beneficios de un mill¨®n y medio de clientes potenciales. Luego habr¨¢ personas que no puedan cumplir con sus compromisos, lo mismo que los espa?oles, pero el banco nunca pierde. Si no cobra el dinero, se queda con el piso".
El recelo y la desconfianza hacia el inmigrante no siempre termina en el despacho del director del banco. A veces tambi¨¦n se prolonga hacia los propios vecinos.
"Los magreb¨ªes, que fueron los primeros en llegar a la huerta murciana, all¨¢ por 1990, ya est¨¢n comprando casas por Murcia", indica Jos¨¦ Contreras Conesa, responsable de vivienda de la ONG Columbares. En teor¨ªa cuestan entre los ocho y los 10 millones de pesetas. Pero se est¨¢n elevando los precios de vivienda de segunda mano, porque han llegado muchos jubilados ingleses a la regi¨®n buscando el sol y el golf para instalarse definitivamente. As¨ª que no hay en el mercado precios asequibles. Y parte de la poblaci¨®n aut¨®ctona culpa a los inmigrantes".
Nuevas soluciones
La respuesta que ofrece Contreras a quien se?ala a los inmigrantes es que ante una nueva realidad hay que aportar nuevas soluciones.
"Si hay muchos ni?os y pocos pediatras, habr¨¢ que buscar m¨¢s m¨¦dicos. Ellos aportan recursos. Hay que buscar alcaldes que den soluciones, no que nos enfrenten a los unos con los otros. En Fuente ?lamo hay 13.000 habitantes, el 30% son inmigrantes. En el consultorio se les atiende cada vez con m¨¢s prisa; la polic¨ªa es la misma, no aumenta; y las viviendas tambi¨¦n. Pero la administraci¨®n debe procurar maestros, m¨¦dicos y viviendas. Hay que poner recursos para que esto no estalle. Si queremos que estalle vamos por buen camino".
Todas las personas consultadas coinciden en se?alar que a menudo el inmigrante con papeles es el ¨²nico al que se permite alquilar piso. Y lo que hace entonces es que les subalquila a sus compatriotas las habitaciones a precio de oro.
"Se llega a pagar hasta 50.000 pesetas al mes [300 euros] por un colch¨®n, ni siquiera por una cama. A mi asociaci¨®n vienen muchos compatriotas ecuatorianos buscando vivienda", se?ala Ra¨²l Jim¨¦nez, miembro de la asociaci¨®n ecuatoriana Rumi?ahui.
El propio Ra¨²l Jim¨¦nez tambi¨¦n se compr¨® un piso hace un a?o y cinco meses en Madrid. "Trae m¨¢s cuenta comprarlo. Para meterte en una casa alquilado a veces te piden 500 euros. La mayor¨ªa de los propietarios no s¨®lo te exigen una n¨®mina, sino dos o tres meses de garant¨ªas".
Si mal lo pasan ellos a la hora de encontrar un techo, peor lo tienen las mujeres inmigrantes. "Muchas de ellas vienen con ni?os y nadie quiere ni?os para alquilar una casa", se?ala ?ngela S¨¢nchez, coordinadora de la ONG Provivienda.
"Adem¨¢s, la discriminaci¨®n en el salario con el hombre es notable. Un inmigrante en la construcci¨®n gana unos 1.200 euros al mes, mientras que las mujeres que trabajan en el servicio dom¨¦stico no pasan de los 600 o 700 euros mensuales. Eso precisamente es lo que cuesta alquilar un piso de unos 80 metros cuadrados en Madrid", indica ?ngela S¨¢nchez.
Ante la desmesura del alquiler y la de la hipoteca, cada vez m¨¢s inmigrantes optan por lo ¨²ltimo. Aunque eso les ate 20 a?os al banco.
Dif¨ªcil de denunciar
Los miembros de la organizaci¨®n no gubernamental SOS Racismo est¨¢n muy acostumbrados a que lleguen inmigrantes quej¨¢ndose de que alguien no les alquila un piso por el mero hecho de ser magreb¨ª o ecuatoriano o colombiano o simplemente extranjero.
"Tenemos cientos de casos comprobados en que si va cualquiera de nosotros a alquilar un piso no hay problema y cuando va el inmigrante, el piso no est¨¢ disponible", se?ala un portavoz de SOS Racismo en Catalu?a.
"Pero demostrar la discriminaci¨®n jur¨ªdica es muy dif¨ªcil, a no ser que conste por escrito, porque el propietario siempre puede alegar que no alquil¨® el piso por otros motivos. En Catalu?a s¨®lo hemos llevado a los juzgados dos casos y a¨²n est¨¢n en proceso", indica la citada fuente.
"Lo que est¨¢ claro es que los inmigrantes suelen pagar m¨¢s que los espa?oles, tanto si alquilan como si compran", se?ala Ubaldo Mart¨ªnez, catedr¨¢tico de Antropolog¨ªa social de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
"Yo mismo he hecho an¨¢lisis por tel¨¦fono. Primero llamaba yo y me fijaban un precio. Despu¨¦s llamaban unos amigos senegaleses y al instante el precio hab¨ªa subido un 30%", a?ade Mart¨ªnez.
Pero cuando el inmigrante se presenta con los euros y el aval bancario, es decir, cuando se trata de comprar en vez de alquilar, el racismo se esfuma por arte de magia. O eso parece.
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