"El antisemitismo en Alemania es m¨¢s peligroso que en el resto de Europa"
El fil¨®sofo y soci¨®logo J¨¹rgen Habermas, que el pr¨®ximo 18 de junio cumplir¨¢ 75 a?os, se ha convertido en una instancia moral desde su retiro junto a un lago de Baviera que se implica, desde hace casi medio siglo, en todos los debates intelectuales de su tiempo, desde su enfrentamiento con el fallecido l¨ªder del movimiento estudiantil alem¨¢n del 68 Rudi Dutschke, cuando Habermas critic¨® algunas de sus posiciones como "fascismo de izquierdas", a su oposici¨®n a la guerra de EE UU en Irak y su reciente pol¨¦mica por haber recomendado la publicaci¨®n del libro Tras el
terror, de Ted Honderich, retirado de las librer¨ªas por la editorial Suhrkamp ante las acusaciones de antisemitismo. Quiz¨¢ para evitar malas interpretaciones de sus palabras, Habermas puso como condici¨®n para esta entrevista que sus respuestas se fijasen en un cuestionario. Habermas es el fil¨®sofo por antonomasia en la Alemania que se prepara a celebrar el bicentenario del nacimiento de Kant. El semanario Die Zeit lo defini¨® como el Hegel contempor¨¢neo, y el diario berlin¨¦s Tagesspiegel escribi¨® que es tan grande que "la mayor¨ªa de los que quieren darle una palmada en los hombros no le llegan a la suela de los zapatos".
"Europa deber¨ªa aprovechar la ocasi¨®n de una uni¨®n pol¨ªtica con la Turqu¨ªa laica"
"El antiamericanismo en Alemania ha ido unido a los movimientos m¨¢s reaccionarios"
Pregunta. Sondeos recientes apuntan a un incremento del antisemitismo en la Europa central y occidental, y el Gobierno israel¨ª acusa a la UE de antisemitismo.
Respuesta. Algunas observaciones que hago en mi entorno o las que leo en el peri¨®dico concuerdan con ese diagn¨®stico. Por otra parte, hace d¨¦cadas que, en casi toda Europa, constatamos un potencial constante de prejuicios y actitudes que afectan a cerca de un 15% de la poblaci¨®n. Es dif¨ªcil decir si, en las circunstancias actuales, ese potencial s¨®lo se manifiesta de una manera m¨¢s llamativa, si sale a la luz en mayor medida, o si ha aumentado. No conozco ninguna investigaci¨®n fiable.
P. ?Contribuye la pol¨ªtica de Israel en Palestina al auge del antisemitismo?
R. Sin duda, en la medida en que la cr¨ªtica de inspiraci¨®n progresista de la pol¨ªtica autodestructiva y sin perspectiva del Gobierno de Sharon crea otro clima de opini¨®n. Ah¨ª pueden propagarse subrepticiamente los resentimientos alimentados por tradiciones muy distintas. Una consecuencia m¨¢s desagradable de todo ello ha sido en Alemania la polarizaci¨®n de opiniones ante la guerra de Irak. Desde el fin de la II Guerra, muchas familias jud¨ªas se hicieron cada vez m¨¢s a la idea de permanecer en la RFA s¨®lo porque, en ¨²ltima instancia, confiaban en la protecci¨®n de EE UU. Por eso, la pol¨ªtica contraria al Derecho Internacional del Gobierno de Bush ha abierto, tambi¨¦n entre los progresistas, una brecha dolorosa entre ciudadanos jud¨ªos y no jud¨ªos que antes no exist¨ªa. As¨ª se ha perdido un importante capital de confianza. Tanto mayores deben ser nuestros esfuerzos para que la opini¨®n tenga una conciencia del peligro, la conciencia de que el antisemitismo en Alemania es m¨¢s peligroso que el antisemitismo, incluso a veces m¨¢s pronunciado, de otros pa¨ªses.
P. ?Ve conexi¨®n entre antiamericanismo y antisemitismo?
R. S¨ª, y es caracter¨ªstica de ese nacionalismo radical que tambi¨¦n contribuy¨® a la ca¨ªda de Weimar. El antiamericanismo en Alemania siempre ha ido unido a los movimientos m¨¢s reaccionarios, y a¨²n hoy sirve a los incorregibles como tapadera del antisemitismo. El miedo a este complejo hist¨®rico nubla el debate y explica por qu¨¦ la protesta fundada contra la guerra de Irak y una cr¨ªtica justificada al Gobierno de Sharon despiertan a menudo falsas sospechas.
P. ?C¨®mo diferencia antisemitismo y antisionismo?
R. En el plano anal¨ªtico cabe hacer distinciones conceptuales que, en el uso pol¨ªtico, hace tiempo que se han desdibujado. El antisionismo no tiene que tener connotaciones antisemitas cuando, y s¨®lo cuando, en ¨¦l se expresan reservas contra consecuencias normativas indeseables de todo nacionalismo. Hay muchos y notables intelectuales jud¨ªos que no son sionistas. Pero el antisionismo est¨¢ desacreditado. Tras el Holocausto, ?qu¨¦ europeo podr¨ªa negar a Israel el derecho a existir, o desentenderse de esta cuesti¨®n pol¨ªtico-existencial?
P. ?Puede hablarse de un antisemitismo de izquierdas y, si es as¨ª, qu¨¦ rasgos lo diferencian del tradicional?
R. Hist¨®ricamente, hubo antisemitismo de izquierdas en forma de una mezcla turbia de motivos anticapitalistas y antisionistas. Las reservas de la izquierda contra las ra¨ªces nacionalistas del sionismo se nutrieron de tradiciones cosmopolitas ilustradas, que m¨¢s bien han contribuido a la tolerancia que al rechazo de los extranjeros. Pero hay mezclas ideol¨®gicas contradictorias, cuyo aglutinante es el miedo a la p¨¦rdida de estatus y al desarraigo. El antisemitismo de izquierdas y el de derechas confluyen en el bagaje sentimental etnoc¨¦ntrico y xen¨®fobo de las capas de poblaci¨®n que se sienten amenazadas por los procesos de modernizaci¨®n.
P. El caso del diputado de la CDU Martin Hohmann
[expulsado del grupo parlamentario por recientes manifestaciones antisemitas] podr¨ªa ser un ejemplo de antisemitismo intelectual. ?Puede decirse que en Europa est¨¦n en peligro los jud¨ªos?
R. Respecto a Hohmann, cabe hablar de una forma intelectualizada de antisemitismo: Anna Freud conceb¨ªa la intelectualizaci¨®n como una estrategia defensiva, la traducci¨®n de motivos inconscientes en una argumentaci¨®n desprovista de emociones. El caso Hohmann debe entenderse en el contexto alem¨¢n de la "revisi¨®n" del pasado nacionalsocialista. Tras una fase de represi¨®n y de "incapacidad de duelo" [como dijo el psicoanalista Alexander Mitscherlich] que dur¨® hasta los cincuenta, vivimos movimientos pendulares: intentos de confrontaci¨®n sincera con la ¨¦poca nacionalsocialista y llamamientos a la restauraci¨®n de la "normalidad", que se suceden entre s¨ª.
La intensidad de la controversia no ha disminuido, al menos en los medios de comunicaci¨®n o en el debate p¨²blico. Lo que ha cambiado es otra cosa. S¨®lo por medio de una barrera informal, pero efectiva, entre el discurso p¨²blico oficialmente permitido y los prejuicios manifestados en privado, se ha liberalizado de hecho a lo largo de d¨¦cadas la forma de pensar de la poblaci¨®n. En el caso de Hohmann, el mecanismo ha funcionado de nuevo. Pero, tres generaciones despu¨¦s de Auschwitz, la proscripci¨®n de mentalidades pol¨ªticamente nefastas tiene que imponerse tambi¨¦n sin una brecha en cierto modo artificial, y mantenida con fines pedag¨®gicos entre la opini¨®n p¨²blica y la informal.
P. En Espa?a est¨¢ muy extendida la xenofobia contra los moros; en Alemania, contra los turcos, y en Francia, tambi¨¦n contra los ¨¢rabes. Todas estas manifestaciones podr¨ªan definirse como islamofobia. ?No supone esto un peligro mayor que el antisemitismo?
R. Usted mismo distingue entre naciones, y en Inglaterra el problema se manifiesta de una forma distinta. El desaf¨ªo del mundo isl¨¢mico a Occidente se presenta en cada pa¨ªs ante un trasfondo de experiencia nacional diferente. En Alemania, ahora como antes, el antisemitismo es el bar¨®metro y la se?al de alarma para el estado de la cultura pol¨ªtica. En este s¨ªndrome se concentran los motivos m¨¢s oscuros y abismales, anclados tambi¨¦n en nuestras tradiciones, y que, ya mucho antes de la ¨¦poca nazi, adquirieron la fuerza de forjar mentalidades. Por otra parte, la xenofobia contra los componentes de nuestra mayor minor¨ªa y -por isl¨¢mica- tambi¨¦n m¨¢s visible est¨¢n arraigados en id¨¦nticos miedos y proyecciones que el antisemitismo. Incluso est¨¢n m¨¢s extendidos y encuentran en la opini¨®n p¨²blica una comprensi¨®n tambi¨¦n mayor. Los partidos conservadores que se revuelven contra el antisemitismo no tienen reparos en llevar el agua de la islamofobia a su molino. Como ocurre hoy con el ingreso de Turqu¨ªa en la UE.
P. ?Cree que Turqu¨ªa deber¨ªa ingresar en la UE?
R. Europa deber¨ªa aprovechar la oportunidad que ofrece una uni¨®n pol¨ªtica estrecha con la Turqu¨ªa laica que fue creada por Ataturk, precisamente hoy, ante la lucha de las culturas avivada por el terrorismo internacional. Turqu¨ªa ha resuelto el problema de la separaci¨®n de Estado y mezquita, y parece experimentar una modernizaci¨®n de la conciencia religiosa en amplias capas de la poblaci¨®n. Potenciar un euroislam ilustrado redunda en el inter¨¦s de nuestros pa¨ªses, que s¨®lo ahora, casi siempre con dolor, est¨¢n aprendiendo a tomarse en serio el pluralismo religioso, de antiguo consagrado en sus constituciones. Los musulmanes no son ciudadanos de segunda clase.
P. ?Qu¨¦ opina de la prohibici¨®n del velo y otros s¨ªmbolos religiosos en la escuela francesa?
R. Con mi respeto por la gran tradici¨®n laica del republicanismo franc¨¦s, creo que la deseada integraci¨®n de los ¨¢rabes m¨¢s bien se dificulta con esta medida. Ante la voluntad de autorrepresentaci¨®n cultural y el deseo de reconocimiento pol¨ªtico de una minor¨ªa religiosa, convendr¨ªa una mayor serenidad. El maestro est¨¢ ante la clase, pero, ?por qu¨¦ las alumnas no habr¨ªan de poder llevar un velo en la cabeza o una cruz al cuello?
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