Guerra entre los Blair y los Bush
Una biograf¨ªa revela las diferencias de las esposas de los presidentes
Los Blair y los Bush, ?se quieren o se odian? Si hubiera que hacer caso de lo que dicen en p¨²blico, los dos matrimonios han forjado una amistad inquebrantable al calor de su lucha com¨²n contra el terrorismo. Pero los hechos vienen a demostrar m¨¢s bien lo contrario: el presidente no deja de mostrar desd¨¦n tras desd¨¦n hacia el primer ministro a pesar del apoyo pol¨ªtico y militar que ¨¦ste le ha dispensado en la guerra de Irak.
Philip Stephens, columnista pol¨ªtico del Financial Times, a?ade ahora datos privados para sumar a la especulaci¨®n. Seg¨²n una biograf¨ªa sobre Blair, que aparecer¨¢ en marzo pr¨®ximo, titulada Tony Blair: la creaci¨®n de un l¨ªder mundial, quien de verdad no soporta a los Bush es la mujer del primer ministro, la abogada Cherie Booth.
A juicio de Cherie Blair, Bush "le rob¨®" la presidencia a Al Gore, revela el libro de Philip Stephens
Geoffrey Robinson, uno de los m¨¢s veteranos e influyentes diputados laboristas, no supo ayer qu¨¦ contestar a esta pregunta en un almuerzo en la Asociaci¨®n de la Prensa Extranjera en Londres: "Tony Blair qu¨¦ prefiere, ?que Bush sea reelegido o que pierda las elecciones?". Si Bush pierde, Blair se quedar¨ªa aislado en defensa de la campa?a de Irak, lo que para ¨¦l ser¨ªa un desastre pol¨ªtico.
Pero, si gana Bush, ?qu¨¦ gana Blair? El presidente estadounidense ha dejado al primer ministro en numerosas ocasiones en la estacada. No quiso ceder en la guerra del acero entre europeos y norteamericanos en su reciente visita a Londres, en oto?o, acaparada por la reina Isabel II. Los ciudadanos brit¨¢nicos apresados en Afganist¨¢n siguen detenidos en Guant¨¢namo (Cuba) a pesar de las constantes peticiones de Blair.
La ¨²ltima bofetada ha sido quiz¨¢s la m¨¢s sonora: al convocar una investigaci¨®n sobre los fallos de inteligencia en Irak, el presidente ha aguado la fiesta que el primer ministro a¨²n estaba celebrando tras el dictamen del juez lord Hutton y le ha obligado a abrir una investigaci¨®n similar.
Pero ahora parece que las tensiones entre los Blair y los Bush empezaron el mismo d¨ªa en que George W. Bush consigui¨® la presidencia por un pu?ado de votos en Florida, donde su hermano Jeff es el gobernador. A juicio de Cherie, Bush "le rob¨®" la presidencia a Al Gore, revela el libro de Stephens.
Mientras atravesaba el Atl¨¢ntico junto a su marido, camino de la primera visita al nuevo presidente, Cherie se pas¨® el viaje lament¨¢ndose de tener que ponerle buena cara "a esa gente". Para alivio de Blair y su equipo de ayudantes, el comportamiento de Cherie fue impecable, relata el libro de Stephens, seg¨²n las informaciones divulgadas d¨ªas atr¨¢s por The Times.
Pero las cosas no fueron tan bien cuando, unos meses despu¨¦s, en el verano de 2001, los Bush le devolvieron la visita a los Blair. Las dos parejas cenaban a solas, sin ayudantes, cuando Cherie, que como abogada especializada en derechos humanos es una firme militante contra la pena de muerte, empez¨® a lanzar diatribas contra la pena capital, autorizada en m¨¢s de 150 ocasiones por George W. Bush cuando era gobernador de Tejas.
Aunque Blair comparte los mismos puntos de vista que su esposa en esa cuesti¨®n, el primer ministro no sab¨ªa c¨®mo ponerse. Blair no pudo ocultar su incomodidad cuando Philip Stephens le pregunt¨® acerca de aquella cena en una de sus entrevistas preparatorias de la biograf¨ªa del primer ministro.
Seg¨²n Downing Street, residencia del primer ministro brit¨¢nico, Cherie Blair "siempre ha tenido una buena relaci¨®n con el presidente Bush y por supuesto han discutido de muchos asuntos, incluida la pena capital. Pero las discusiones han tenido siempre buen talante", escribe The Times.
Las versiones que circulan sobre la amistad entre Laura Bush y Cherie Blair son contradictorias. Algunas versiones se?alan que Cherie no soporta a Laura porque la considera "cerrada, obtusa y demasiado conservadora". Pero Philip Stephens afirma en su libro que, aquella misma noche, Laura Bush puso en apuros a su marido al dejar claro que ten¨ªa una visi¨®n mucho m¨¢s liberal que el presidente en temas como el aborto.
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