Un sector que vive peligrosamente
Durante los ¨²ltimos a?os de la pasada d¨¦cada de los noventa, los fondos tecnol¨®gicos, y el sector tecnol¨®gico en s¨ª, se convirtieron en una versi¨®n contempor¨¢nea de El Dorado. La idea de aventura (empresarial), riesgo (financiero) y descubrimientos en la ¨²ltima frontera presid¨ªan todo lo relacionado con las nuevas tecnolog¨ªas.
A la vez, la rapidez con la que Internet se convirti¨® en algo cotidiano, que democratizaba el saber, poni¨¦ndolo al alcance de todos (de todos los que no estuvieran del lado equivocado de la brecha digital) hizo que se magnificaran las expectativas de una nueva era en la que el saber (o el conocimiento, por usar la expresi¨®n anglosajona) se habr¨ªan de erigir en la verdadera espina dorsal de la sociedad contempor¨¢nea. Poco despu¨¦s son¨® la hora de la vuelta a la realidad y el sector llamado TMT (tecnolog¨ªa, medios y telecomunicaciones) se vio abocado a un proceso recesivo en el que numerosas empresas tuvieron que cerrar o ser absorbidas.
La reacci¨®n de las bolsas es bien conocida y lleg¨® en el caso de algunos ¨ªndices como el Nasdaq Composite (que mide la evoluci¨®n de m¨¢s de 3.000 empresas, principalmente del sector de nuevas tecnolog¨ªas) a acumular p¨¦rdidas cercanas al 80%. En pocas ocasiones se han visto ca¨ªdas de una tal magnitud. De hecho, si se repasan los 108 a?os de historia del ¨ªndice Dow Jones s¨®lo se registra una ca¨ªda de esa magnitud (89%) entre 1929 y 1932, coincidiendo con la primera fase de la Gran Depresi¨®n. Otro ejemplo m¨¢s reciente ser¨ªa la evoluci¨®n del ¨ªndice Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio entre 1990 y la actualidad, con una p¨¦rdida tambi¨¦n superior al 80%.
Pues bien, el a?o pasado el ¨ªndice Nasdaq inici¨® una fort¨ªsima recuperaci¨®n que lo ha llevado a conseguir una revalorizaci¨®n de casi el 100%. Algo que s¨®lo ha sucedido con esa rapidez en muy contadas ocasiones; y para caer inmediatamente despu¨¦s (el ejemplo puede ser el propio Dow Jones en 1904-1905 o en 1932-1933; o el Nikkei, en versi¨®n m¨¢s contenida, a lo largo de los noventa).
Los fondos tecnol¨®gicos que aparecen en el cuadro adjunto reflejan la grandeza y la miseria propia del sector. En el plazo de tres a?os, las p¨¦rdidas siguen siendo espectaculares. Pero si se mira la columna de la rentabilidad interanual, la recuperaci¨®n resulta espectacular tambi¨¦n: hay un fondo de JP Morgan, el Europe Technology, que ha producido un 82,3%.
?Qu¨¦ va a ser de estos fondos en un futuro? Est¨¢ haciendo furor la discusi¨®n sobre si no se estar¨¢ produciendo una miniburbuja en las bolsas en general y en el sector tecnol¨®gico en particular. Las limitaciones hist¨®ricas han quedado puestas de manifiesto, pero, con independencia de cu¨¢l pueda ser la direcci¨®n que en el corto plazo tome el Nasdaq Composite, y lo improbable de que contin¨²e su ascenso inmediato, su sino, por mucho tiempo, es el que est¨¢ expresado en la evoluci¨®n del fondo que encabeza el cuadro: siendo al que mejor le ha ido en los tres ¨²ltimos a?os, a¨²n est¨¢ lejos de recuperar el capital inicial.
Juan Ignacio Crespo es director de An¨¢lisis de Lipper.
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