Las claves del ¨¦xito
Los cient¨ªficos coreanos han dispuesto de un enorme n¨²mero de ¨®vulos humanos para culminar una t¨¦cnica desarrollada en otros pa¨ªses
Salvo para un peque?o grupo de connoisseurs, los cient¨ªficos surcoreanos no estaban en las quinielas. El caballo ganador en la carrera de la clonaci¨®n humana era la empresa de Massachusetts Advanced Cell Technology (ACT), que llevaba desde finales de los a?os noventa contratando a los mejores especialistas en la materia, y que ya en noviembre de 2001 hab¨ªa destapado la caja de los truenos al anunciar la clonaci¨®n de un embri¨®n, pese a que ¨¦ste no logr¨® superar la fase de seis c¨¦lulas, y por tanto era in¨²til para extraer de ¨¦l c¨¦lulas madre (y para cualquier otra cosa). ?C¨®mo han logrado los coreanos superar a la empresa norteamericana l¨ªder en el campo?
"No ten¨ªamos suficientes ¨®vulos", asegura lac¨®nicamente Jos¨¦ Cibelli, ex investigador de ACT y ¨²nico firmante estadounidense del trabajo surcoreano que se publica hoy en Science. Cibelli dej¨® la empresa en diciembre de 2002 para colocarse en el departamento de fisiolog¨ªa animal de la Universidad de Michigan.
La eficacia del ensayo con embriones humanos ha sido superior a la lograda con otros animales
El mismo tipo de embriones que se han usado ahora se pueden implantar en una mujer
El vicepresidente cient¨ªfico de ACT, Robert Lanza, explica a EL PA?S: "La clonaci¨®n es un juego num¨¦rico. Nosotros ten¨ªamos la parte cient¨ªfica resuelta, pero no pudimos sacar adelante el proyecto al no tener suficientes ¨®vulos. Los cient¨ªficos coreanos han dispuesto de una enorme cantidad de ¨®vulos humanos, casi 250, y adem¨¢s no han tenido que pagar por ellos. Nosotros pagamos varios cientos de miles de d¨®lares, 4.000 a cada mujer, y s¨®lo conseguimos un par de docenas de ¨®vulos humanos con los que poder trabajar. Nuestro proyecto de clonaci¨®n humana sufri¨® un par¨®n por razones financieras".
Los 242 ¨®vulos donados por 16 mujeres han sido la clave del ¨¦xito, porque han permitido a los cient¨ªficos coreanos intentar la clonaci¨®n en 14 tipos de condiciones experimentales distintas, hasta dar con la ¨®ptima. Esas condiciones no tienen el menor inter¨¦s para un profano -se trata simplemente de ensayar distintos periodos de tiempo entre un paso y otro, diversas concentraciones de ciertos compuestos qu¨ªmicos y cosas as¨ª-, pero constituyen la receta para que cualquier otro laboratorio experto del mundo pueda clonar un embri¨®n humano.
Y ese laboratorio ni siquiera necesitar¨¢ 242 embriones. Con la mejor de las recetas ensayadas por los coreanos, 66 intentos de clonaci¨®n han producido nada menos que 19 embriones cl¨®nicos en la fase de desarrollo llamada blastocisto (de una a dos semanas de edad), que es la ¨²til para obtener c¨¦lulas madre. Eso significa una eficacia del 29%, muy superior a la conseguida con otros animales. Y tambi¨¦n significa que cualquier experto suscrito a Science podr¨¢ clonar un embri¨®n humano aunque s¨®lo cuente con "un par de docenas" de ¨®vulos.
Pero Lanza tiene buen perder: "Es un hito m¨¦dico muy importante, y representa un avance capital en la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre, que ofrece esperanzas a millones de pacientes de una larga lista de enfermedades. Creo que disparar¨¢ una revoluci¨®n m¨¦dica tan importante como las vacunas y los antibi¨®ticos".
Todos los expertos se ocuparon ayer de subrayar que esas aplicaciones cl¨ªnicas tardar¨¢n a¨²n varios a?os. La receta coreana sirve para obtener embriones cl¨®nicos y derivar de ellos c¨¦lulas madre, pero los cient¨ªficos tienen que aprender a¨²n a transformar esas c¨¦lulas en tejidos ¨²tiles para trasplantar al paciente. Nadie pone en duda que se lograr¨¢ -las c¨¦lulas madre del embri¨®n son las que, en el desarrollo uterino normal, generan el cuerpo humano entero-, pero a¨²n quedan muchos problemas t¨¦cnicos por resolver para emular ese proceso en el laboratorio.
El m¨¦todo para obtener cultivos de c¨¦lulas madre a partir de embriones humanos de menos de 14 d¨ªas -como los 200.000 que est¨¢n congelados en las cl¨ªnicas de fertilidad espa?olas- fue demostrada en 1998 por James Thomson, de la Universidad de Wisconsin, y abri¨® la posibilidad de transformar (diferenciar) esas c¨¦lulas en neuronas, m¨²sculo cardiaco, tejidos pancre¨¢ticos productores de insulina, hueso, piel y cualquier otro material humano que pueda trasplantarse a las v¨ªctimas de muchas enfermedades hoy incurables.
Los cient¨ªficos tambi¨¦n se dieron cuenta enseguida de que esos trasplantes funcionar¨ªan mucho mejor si el embri¨®n de partida fuera un clon del paciente, una perspectiva realista tras el nacimiento, en 1997, de la oveja Dolly, el primer mam¨ªfero clonado de la historia. La raz¨®n es que, si el embri¨®n es un clon, los tejidos trasplantados ser¨¢n gen¨¦ticamente id¨¦nticos al paciente, y por tanto no inducir¨¢n el m¨¢s m¨ªnimo rechazo inmunol¨®gico (v¨¦ase gr¨¢fico). En caso contrario, el paciente se ver¨ªa forzado a tomar medicamentos inmunosupresores de por vida.
Este tipo de clonaci¨®n, que en ning¨²n momento requiere implantar el embri¨®n en una mujer, se denomina terap¨¦utica, por oposici¨®n a la clonaci¨®n reproductiva, que pretende el nacimiento de beb¨¦s. A¨²n as¨ª, la idea ha encontrado una fort¨ªsima oposici¨®n de la Iglesia cat¨®lica y de los cultos fundamentalistas norteamericanos, que consideran que un embri¨®n de 14 d¨ªas es un ser humano a todos los efectos. La clonaci¨®n terap¨¦utica est¨¢ prohibida en casi todos los pa¨ªses occidentales, incluida Espa?a. Est¨¢ permitida, sin embargo, en pa¨ªses como el Reino Unido, Corea del Sur y Singapur.
Otros sectores m¨¢s moderados se muestran cautos frente a la clonaci¨®n terap¨¦utica porque consideran que abre la puerta a la clonaci¨®n reproductiva. El mismo tipo de embriones (blastocistos) que se han usado ahora para extraer c¨¦lulas madre podr¨ªan utilizarse tambi¨¦n para implantarlos en una mujer. La bio¨¦tica Laurie Zoloth, del Centro de Medicina Gen¨¦tica de la Northwestern University, en Chicago, explica a EL PA?S:
"Los investigadores surcoreanos han hecho bien en publicar los detalles de su t¨¦cnica, as¨ª debe hacerse en la ciencia de calidad, pero es cierto que ello supone un riesgo, porque algunos cient¨ªficos marginales podr¨ªan tratar de desafiar la prohibici¨®n internacional de clonar ni?os. Espero que nadie tenga la necesaria combinaci¨®n de habilidad t¨¦cnica y mala intenci¨®n. Es una preocupaci¨®n leg¨ªtima, aunque compartida con toda tecnolog¨ªa, de la metalurgia a la fusi¨®n nuclear. Es fundamental establecer mecanismos de revisi¨®n, de manera que la clonaci¨®n reproductiva se impida, pero la investigaci¨®n en clonaci¨®n terap¨¦utica pueda seguir".
Lanza coincide: "Ahora que la metodolog¨ªa se ha publicado, y en una revista de tanto prestigio, creo que es absolutamente imperativo que se aprueben leyes internacionales para evitar que la t¨¦cnica se utilice para la clonaci¨®n reproductiva. Necesitamos superar toda la verborrea pol¨ªtica y religiosa y dejar fuera de la ley la clonaci¨®n de ni?os, y ¨¦sta es una postura que cuenta con el apoyo de casi cualquier cient¨ªfico, y de cualquier pa¨ªs".
El trabajo coreano tiene dos puntos relativamente d¨¦biles. El primero es que, para aumentar las probabilidades de ¨¦xito, los cient¨ªficos han usado en cada ensayo ¨®vulos y n¨²cleos de la misma mujer. El procedimiento deber¨¢ comprobarse con n¨²cleos de una persona distinta a la que aporta los ¨®vulos. El segundo punto d¨¦bil es que, pese a que la eficacia de la clonaci¨®n es muy alta (29%), la derivaci¨®n de cultivos de c¨¦lulas madre a partir del embri¨®n cl¨®nico ha sido muy ineficaz: s¨®lo han conseguido un cultivo a partir de 30 embriones. Esto podr¨ªa significar que los otros 29 embriones son defectuosos. En cualquier caso, esa eficiencia deber¨¢ mejorarse para que la t¨¦cnica resulte ¨²til.
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