Perico Sambeat y Brad Mehldau vuelven a reunirse en 'Friendship'
El saxofonista, autor de todos los temas del disco, reivindica la honradez del jazz
Perico Sambeat (Valencia, 1962), sin duda uno de los cinco mejores saxofonistas altos del momento, formado en el ya hist¨®rico Taller de Musics de Barcelona, ha tocado con los mejores y ha participado en experiencias a menudo desafiantes. Ahora acaba de lanzar un disco que le re¨²ne, poco m¨¢s de diez a?os despu¨¦s de su estreno en t¨¢ndem (New York-Barcelona crossing), con el pianista Brad Mehldau. El disco deber¨ªa haberse llamado Eterna, pero imperativos comerciales han impulsado al sello alem¨¢n ACT a titularlo Friendship.
"No hubo forma de convencerlos", explica Sambeat, "estaban empe?ados en plantearlo como una reuni¨®n de viejos amigos, cuando en realidad se trata de m¨²sica reciente escrita por m¨ª. Yo hab¨ªa participado ya en dos iniciativas de ACT [Jazzpa?a 2 y Danza negra, esta ¨²ltima a nombre del pianista cubano Ram¨®n Valle] y quer¨ªan que les propusiese algo m¨¢s personal. Les mand¨¦ un par de cosas con mi grupo y con material grabado con m¨²sicos gnawa. Tambi¨¦n les coment¨¦ que ten¨ªa planeado grabar en cuarteto con Brad, y esto ¨²ltimo les motiv¨® lo suficiente como para aceptar incluso un presupuesto alto. La verdad es que lo m¨¢s dif¨ªcil fue encontrar fechas compatibles para los m¨²sicos con los que quer¨ªa grabar. Llam¨¦ a Brad y me dijo que no estaba disponible hasta febrero; luego me puse en contacto con Jeff Ballard y Ben Street, la secci¨®n r¨ªtmica con la que quer¨ªa trabajar. Por suerte, estaban libres esos d¨ªas. Ya en Nueva York, todo result¨® m¨¢s sencillo. Ensayamos un d¨ªa antes de la fecha de grabaci¨®n y no hizo falta m¨¢s. Todo sali¨® tan perfecto que de los dos d¨ªas contratados de estudio nos sobr¨® una tarde. Musicalmente, todos se comportaron de maravilla, le pusieron un amor y un empe?o incre¨ªble. Creo que por eso el disco ha quedado como quer¨ªa".
En efecto, Friendship respira una compenetraci¨®n espont¨¢nea, el tipo de empat¨ªa que s¨®lo el acuerdo absoluto de sensibilidades puede producir. Todas las piezas son originales de Sambeat y se basan en ritmos poco comunes, pero forman un todo homog¨¦neo que engarza a la perfecci¨®n con anteriores trabajos del valenciano. "Siempre escribo procurando buscar cierta identidad", afirma. "Estos mismos temas podr¨ªan parecerse a los que figuran en Cruce de caminos [otro estupendo disco anterior de Sambeat]. Mi m¨²sica tiene un sentimiento natural latino, entendido en su sentido m¨¢s amplio, y lo cierto es que nunca me he fijado mucho en los modelos americanos, as¨ª que si Friendship ha quedado algo m¨¢s americano, ha sido inconscientemente, quiz¨¢ por los m¨²sicos que han participado en ¨¦l".
A pesar de esa personalidad latina a la que alude, Sambeat conoce bien la tradici¨®n del jazz y los avatares hist¨®ricos de su instrumento. "Me considero un m¨²sico antipatrones, pero para desprenderte de clich¨¦s tienes que conocer la tradici¨®n. El saxo estaba obligado a dar un salto hacia delante. Casi desde el principio, el alto y el tenor se han pasado la pelota como emblema del jazz. Charlie Parker adapt¨® al alto parte del estilo del tenor Lester Young; m¨¢s tarde, Sonny Rollins sonaba casi como Parker al tenor. En un momento dado, el propio Rollins, John Coltrane, Wayne Shorter y Joe Henderson hicieron olvidar la importancia del alto. Ahora creo que los j¨®venes altistas han heredado las ense?anzas de aquellos tremendos tenores. Ten¨ªa que ocurrir. El exponente m¨¢s evidente es Kenny Garrett. Todos le debemos algo estil¨ªsticamente, porque ha devuelto al alto la expresividad coltraniana".
Y es precisamente la capacidad de transmitir emociones una de las preocupaciones prioritarias de Sambeat. "Aunque se posea una t¨¦cnica heterodoxa, caso de Archie Shepp, lo que importa en un m¨²sico de jazz es la honradez. A veces te das cuenta de que algunos estudian sus solos en casa, y eso no es tocar de verdad. La improvisaci¨®n es otra cosa. La m¨²sica escrita es escol¨¢stica, se puede analizar y comprobar si est¨¢ bien o mal hecha, pero dos notas de Coltrane pueden decir mucho m¨¢s que todo lo que haga un violinista que ha estudiado a fondo una partitura".
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