El Gobierno vendi¨® en 1997 el astillero p¨²blico Barreras a un grupo 'fantasma' de Luxemburgo
La venta se hizo a Odiel, pero la propietaria es una sociedad con ra¨ªces en para¨ªsos fiscales
El Gobierno privatiz¨® en diciembre de 1997 el astillero p¨²blico de Vigo Hijos de J. Barreras por 750 millones de pesetas (4,5 millones de euros). La SEPI y el Consejo de Ministros aprobaron la venta, en la que la mayor parte de las acciones del astillero (50%) eran para el grupo Odiel, cuya matriz es la sociedad Naviera Odiel. Pero algo no cuadra. La venta, materializada en junio de 1998, se realiz¨® al fin a una sociedad llamada Construcciones Navales del Odiel, propiedad de un grupo luxemburgu¨¦s de capital desconocido, Granata, que, supuestamente, nada tiene que ver con Naviera Odiel.
El Gobierno aprob¨® la privatizaci¨®n del astillero HJ Barreras en la reuni¨®n del Consejo de Ministros del 26 de diciembre de 1997. Lo vendi¨® por 750 millones de pesetas (4,5 millones de euros) al Grupo Odiel, cuya matriz es la Naviera Odiel, y a otros inversores (Albacora, Grupo Garc¨ªa Costas y directivos del astillero). Hasta aqu¨ª, todo normal. Todo claro.
Las cosas se complicaron cuando se concret¨® la venta de las acciones, el 9 de junio de 1998, seis meses despu¨¦s de la decisi¨®n del Consejo de Ministros. La mayor¨ªa de las acciones de HJ Barreras fueron a parar a Construcciones Navales del Odiel, una sociedad unipersonal domiciliada en Bilbao, constituida tres meses despu¨¦s de que se aprobara la privatizaci¨®n y propiedad 100% de una sociedad luxemburguesa. Esta sociedad, denominada Granata, est¨¢ participada a su vez por sociedades domiciliadas en para¨ªsos fiscales (islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas y Bahamas).
Construcciones Navales del Odiel, seg¨²n sostiene el consejero delegado de Naviera Odiel, Javier Pereda, nada tiene que ver con su grupo, que te¨®ricamente gan¨® la privatizaci¨®n de Barreras. "Ni como compa?¨ªa, ni como accionistas, ni como familia [Naviera Odiel es una empresa de car¨¢cter familiar] tenemos o tuvimos nada que ver con la privatizaci¨®n de HJ Barreras", afirma el consejero delegado de Naviera Odiel.
Misterio servido
El misterio est¨¢ servido y ya ha provocado iniciativas legales. En concreto, se ha presentado una querella que ha reca¨ªdo en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Madrid. Si Naviera Odiel no tuvo nada que ver con la compra de Barreras y si no es su propietaria, la consecuencia es que el Gobierno vendi¨® Barreras a una sociedad que no consta en el acuerdo del Consejo de Ministros; que se constituy¨® tres meses despu¨¦s de aprobada la venta; que, por lo tanto, no pudo ser ni investigada ni informada por el Consejo Consultivo de Privatizaciones; que tiene como socio ¨²nico una sociedad de Luxemburgo con p¨¦rdidas acumuladas entre 1999 y 2002 de unos 46 millones de pesetas (alrededor de 275.000 euros) y cuyo capital es de origen desconocido.
Todos estos interrogantes han sido contrastados con el administrador ¨²nico de Construcciones Navales del Odiel, Francisco Javier Iglesias (ex directivo de Barreras, ex directivo de Naviera Odiel y consejero de HJ Barreras). Y ¨¦sta es su explicaci¨®n: "Todo el proceso ha sido correcto. Barreras y Odiel [Construcciones Navales] funcionan correctamente y han cumplido todos los compromisos contra¨ªdos en la compra". La seguridad de Iglesias, la ¨²nica cara visible de Construcciones Navales del Odiel, se apoya en dos argumentos: consejeros de Naviera Odiel (hasta cuatro de ellos) pasaron a formar parte del consejo de HJ Barreras tras la privatizaci¨®n, lo que respalda la idea de que fue la naviera la que compr¨® el astillero; el consejero delegado de Naviera Odiel en 1998, Rodolfo Burgos Mar¨ªn (accionista, adem¨¢s, del Grupo Odiel con un 5%), pilot¨® la operaci¨®n de compra que no reconoce ahora Naviera Odiel, el te¨®rico comprador.
La firma de Rodolfo Burgos Mar¨ªn aparece, adem¨¢s, en un documento fechado el 9 de junio de 1998 (el d¨ªa de la venta de Barreras), firmado tambi¨¦n por un representante de Astilleros Espa?oles (sociedad vendedora), en el que la empresa Naviera del Odiel responde de todas las obligaciones contra¨ªdas por Construcciones Navales del Odiel.
El supuesto aval, que el actual consejero delegado de Naviera Odiel, Javier Pereda, niega haber conocido o facilitado desde la empresa, especifica en su ¨²ltimo p¨¢rrafo que es un documento "confidencial, salvo que su contenido o exhibici¨®n resulte necesario para la defensa y/o ejercicio de los derechos derivados de la presente carta".
Ante las evidentes discrepancias entre las partes implicadas en la compra caben dos posibilidades: o Naviera Odiel niega por razones desconocidas ser propietaria de una sociedad por la que licit¨® en 1997, o directivos y accionistas de la compa?¨ªa actuaron, a t¨ªtulo personal, en la compra del astillero p¨²blico sin el conocimiento de los accionistas mayoritarios, la familia Pereda.
Todo claro y legal
Consultado al respecto Rodolfo Burgos, una de las personas clave en la operaci¨®n, ¨¦ste desvi¨® cualquier aclaraci¨®n hacia el administrador ¨²nico de Construcciones Navales del Odiel, Francisco Javier Iglesias, para quien todo el proceso de venta "al Grupo Odiel" est¨¢ claro y es legal. Iglesias no da detalles sobre los accionistas de Granata, propietarios de la sociedad que administra en Espa?a.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), por su parte, se?ala que el plan industrial pactado con los compradores del astillero HJ Barreras se ha cumplido "y est¨¢ acabado". La tutela del proceso de privatizaci¨®n por parte del Estado ha finalizado y no consta irregularidad alguna. Para la SEPI, el Grupo Odiel sigue siendo el referente en la venta de HJ Barreras, un astillero que, seg¨²n Iglesias, "gana dinero" y cuenta actualmente con m¨¢s de 300 empleados.
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