Kahn hace un favor gal¨¢ctico
El Madrid, que jug¨® mal, arranca un empate en M¨²nich gracias a un clamoroso error del portero del Bayern
El viejo Kahn, tan celebrado por su histrionismo, hizo comedia bufa y concedi¨® un resultado estupendo al Madrid, que pas¨® de la peor de las situaciones posibles a un empate que no mereci¨®. Jug¨® francamente mal en M¨²nich, atenazado por el fr¨ªo y por su incapacidad para manejar la pelota con alg¨²n criterio. En sus mejores momentos su f¨²tbol fue insustancial. En los peores, no tuvo juego alguno. Se lleg¨® a pensar en una situaci¨®n cr¨ªtica tras el gol de Makaay en el segundo tiempo, pero Kahn se cay¨® como un saco en el tiro de Roberto Carlos y dej¨® la pelota dentro de la porter¨ªa, ante el estupor de la hinchada del Bayern.
Al Madrid no le sali¨® la vena tropical entre la nieve y un fr¨ªo m¨¢s que intenso, casi insoportable. Acostumbrado a manejar los partidos desde la posesi¨®n de la pelota, no se encontr¨® con el ¨¢nimo suficiente para hacer un ejercicio de estilo en un partido decididamente invernal. Pas¨® de puntillas por la primera parte, sin otra noticia que un tiro de Ronaldo en el ¨²ltimo minuto. Todo un s¨ªntoma del estado de las cosas, que no eran buenas para el Madrid pero tampoco estrepitosas. En otros tiempos, el Bayern hubiera sacado su alma incontenible, el f¨²tbol sin respiro que tanto da?o ha hecho tradicionalmente al Madrid. Es cierto que sus aproximaciones al ¨¢rea se cerraban con remates y que emit¨ªa algunas se?ales de peligro, especialmente a trav¨¦s de Ze Roberto, pero al fondo se vio un Bayern menor. Su futbolista m¨¢s acreditado, Ballack, pas¨® desapercibido. Nunca se ha distinguido por su continuidad, pero gastaba merecida fama por su olfato para sorprender en el ¨¢rea y por sus excelentes remates de media distancia. Esta vez Ballack fue un jugador deprimido, sin nada que decir en un partido discreto, plano en el primer tiempo y algo m¨¢s vibrante en el segundo.
BAYERN M?NICH 1 - REAL MADRID 1
Bayern: Kahn; Sagnol, Kuffour, R. Kovac, Lizarazu (Salihamidzic, m. 46); Hargreaves, Demichelis (Jeremies, m. 90), Ballack, Z¨¦ Roberto; Pizarro (Santa Cruz, m. 76) y Makaay.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Helguera, Ra¨²l Bravo, Roberto Carlos; Beckham, Guti; Figo, Ra¨²l, Zidane; y Ronaldo (Solari, m. 90).
Goles:1-0. M. 75. Centro bombeado desde la derecha de Pizarro, Makaay cabecea desde el borde del ¨¢rea peque?a y Casillas no llega.
1-1. M. 83. Falta que lanza raso Roberto Carlos, pegada al palo izquierdo; Kahn se lanza, toca el bal¨®n y lo introduce en su porter¨ªa.
?rbitro: Terje Hauge (Noruega). Amonest¨® a Ballack, Zidane, Demichelis, Ronaldo y Figo.
Lleno. Unos 69.000 espectadores en el Ol¨ªmpico de M¨²nich.
A su tradicional querencia a jugar en la raya de gol a?ade ahora una rigidez mortal para los porteros
El inter¨¦s del Madrid por poner sordina al juego no tuvo mayor ¨¦xito. Perdi¨® la pelota con demasiada frecuencia, sin capacidad para encadenar cuatro pases y amenazar a Kahn, que estuvo al borde de la pulmon¨ªa. Apenas se estir¨® en todo el encuentro. Y cuando lo hizo, se encarg¨® de confirmar su condici¨®n de portero sobrevalorado. Su grav¨ªsimo error en el tanto de Roberto Carlos puede tener efectos letales para el Bayern. En cambio, Casillas se gan¨® el sueldo. Estuvo impecable en el juego a¨¦reo y respondi¨® con eficacia a un par de tiros venenosos. Uno de Hargreaves pareci¨® muy dif¨ªcil de detener, pero Casillas lo agarr¨® sin despeinarse. Su madurez fue la mejor noticia para el Madrid, que se defendi¨® con cierto descontrol. Alrededor de Casillas no hubo tanta firmeza. Salgado pas¨® alg¨²n mal rato con Ze Roberto, que regateaba o filtraba buenos pases. Roberto Carlos tampoco tuvo su mejor noche, en algunos casos con problemas de comunicaci¨®n con Ra¨²l Bravo.
Suelen ir en la paga del Madrid las concesiones defensivas, que en esta ocasi¨®n no fueron clamorosas, aunque suficientes para ponerse en situaciones cr¨ªticas, como sucedi¨® en el gol de Makaay. Pizarro le dio vuelta a Ra¨²l Bravo, que permiti¨® girarse al delantero y sacar un centro limpio, perfectamente cabeceado por Makaay, martillo habitual del Madrid. Lo era en sus d¨ªas con el Deportivo y lo es ahora en el Bayern. Su gol vino a consagrar la superioridad del Bayern, por mucho que el juego del equipo alem¨¢n no desplegara un f¨²tbol poderoso. El tanto coloc¨® al Madrid en una situaci¨®n muy delicada. Jugaba mal, no remataba y perd¨ªa en M¨²nich. Era toda una invitaci¨®n al optimismo del Bayern. No lo aprovech¨®. O no tuvo tiempo de hacerlo.
La respuesta del Madrid fue inmediata. No necesit¨® del juego para equilibrar el resultado. Le bast¨® con un remate de Roberto Carlos y con el clamoroso error de Kahn, s¨²bitamente envejecido. A su tradicional querencia a funcionar demasiado cerca de la raya de gol a?ade ahora una rigidez mortal para los porteros. Se cay¨® sobre la pelota y no par¨® hasta introducirla en la porter¨ªa. Un silencio abrumador se apoder¨® del estadio. El partido, que hab¨ªa entrado en una fase absolutamente favorable para el Bayern, se le hab¨ªa ido por el sumidero. Que fuera Kahn, h¨¦roe indiscutible del equipo alem¨¢n, agreg¨® m¨¢s dolor a la hinchada, porque ese gol pone al Bayern en estado cr¨ªtico y coloca al Madrid en la m¨¢s c¨®moda de las posiciones despu¨¦s del m¨¢s mediocre de sus partidos.
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