La peligrosa vecindad de TV y poder
El Gobierno italiano reclama la primera y la ¨²ltima palabra en los debates televisados
Lo que parec¨ªa el triunfo de la televisi¨®n en el territorio de la pol¨ªtica -Silvio Berlusconi en la presidencia semestral de la UE- era s¨®lo el inicio de un dur¨ªsimo ajuste de cuentas entre el poder y la televisi¨®n, entre quienes empu?an las palancas del mando y las del telemando. La BBC ha sufrido un terremoto, France 2 ha sido guillotinada, la RAI navega en medio de una tormenta y TVE se sienta en el banco de los acusados. Cuatro realidades televisivas muy diversas que cuentan, sin embargo, con el mismo tipo de protagonistas: gobernantes y periodistas.
El enfrentamiento entre la BBC y el Gobierno de Blair, por ejemplo, es el caso de una televisi¨®n p¨²blica que act¨²a agresivamente contra el Ejecutivo por la intervenci¨®n militar en Irak, presunta prueba de la independencia del llamado cuarto poder. Pero cuando a consecuencia del informe Hutton ca¨ªan las cabezas del presidente, del director general y del reportero autor de la exclusiva bajo sospecha, la pol¨ªtica tomaba cumplida revancha, exigiendo las excusas p¨²blicas que humillaban a la orgullosa cadena brit¨¢nica.
Cinco telediarios de seis est¨¢n controlados en Italia por el Gobierno de Berlusconi
Ha vencido Tony Blair, al menos de momento, y el derrotado Greg Dyke -el ex director general que hab¨ªa sido un generoso donante del partido laborista y, por tanto, nada sospechoso de actuar guiado por motivos pol¨ªticos- s¨®lo puede defenderse ahora recordando las "sistem¨¢ticas intimidaciones" de Downing Street para que la BBC contase a los "ingleses lo que quer¨ªa el Gobierno".
No se conocen las presiones que haya sufrido el director de France 2, Olivier Mazerolle, pero seguro que no era para hacer un favor al Ejecutivo cuando la noche del 3 de febrero decid¨ªa abrir el telediario con la noticia de que el ex primer ministro gaullista Alain Jupp¨¦ -condenado por el asunto de los empleos falsos en la alcald¨ªa de Par¨ªs- se retiraba de la pol¨ªtica. Y al quedar desmentida la noticia, ten¨ªa que decir adi¨®s a la cadena, una de las dos televisiones p¨²blicas de Francia. El que quer¨ªa ser el primero en anunciar el fin pol¨ªtico de un antiguo aliado, as¨ª como probable delf¨ªn del presidente Chirac, ha pagado cara su pretensi¨®n, avergonzado en directo por la entrevista que el propio Jupp¨¦ conced¨ªa en esos mismos momentos a la cadena privada TF1.
Hasta aqu¨ª, periodistas que se enfrentan a pol¨ªticos, telediarios irreverentes con el poder, directores que combaten la verdad oficial. Es como contar historias de otro planeta, que se contemplan desde una Italia donde la televisi¨®n se ve acusada de todo lo contrario: ser el arma de destrucci¨®n masiva de Berlusconi, el rey de la televisi¨®n comercial, que ahora se mete en todos los prime time de la televisi¨®n p¨²blica para dar instrucciones a los periodistas, que coloca a sus hombres en los puestos clave del medio y que invade hasta el espacio Domenica Sportiva -la emisi¨®n de f¨²tbol m¨¢s popular de la televisi¨®n italiana- revestido con el uniforme de su otra presidencia, la del Milan club de f¨²tbol, para largar durante 20 minutos una verdadera soflama pol¨ªtica.
Una televisi¨®n que acusa al Gobierno no es ni remotamente imaginable en un pa¨ªs donde cinco telediarios sobre seis est¨¢n bajo el control editorial y pol¨ªtico del centro-derecha; donde el telediario m¨¢s importante de la RAI ha suprimido el sonido al gafe de Berlusconi cuando trataba de kapo de campo de concentraci¨®n al eurodiputado alem¨¢n Martin Schulz; y donde el ministro de Relaciones con el Parlamento, Carlo Giovanardi, se ha permitido teorizar sobre la plena legitimidad de la procelosa idea de que el Gobierno ha de tener siempre la primera y la ¨²ltima palabras en todos los debates, hoy pr¨¢ctica habitual, por otra parte, en el primer telediario de la RAI.
La sospecha de que los telediarios no nos cuentan toda la verdad, de que se han convertido en ¨²til de persuasi¨®n oculta del poder pol¨ªtico, se insin¨²a incluso en el pa¨ªs gobernado por el pol¨ªtico europeo m¨¢s pr¨®ximo a Berlusconi: la Espa?a de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Presunci¨®n que ha cobrado cuerpo cuando la Universidad Carlos III de Madrid ha contabilizado, cron¨®metro en mano, las informaciones sobre la guerra de Irak, descubriendo que el m¨¢s seguido de los telediarios de TVE hab¨ªa concedido a los partidarios de invadir el pa¨ªs ¨¢rabe m¨¢s del triple de tiempo que a los contrarios a la intervenci¨®n (63% contra 18,2%).
Por todo ello, los periodistas de TVE reclaman una televisi¨®n "sincera, independiente, pluralista y de calidad"; exactamente lo mismo que echan en falta los periodistas de la televisi¨®n berlusconizada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.