Una cabecera poco plural

No se respet¨® el acuerdo y la cabecera de la gran manifestaci¨®n de Valencia no fue la que partidos pol¨ªticos, sindicatos e instituciones pactaron la noche anterior en la Delegaci¨®n del Gobierno en la Comunidad Valenciana. La presencia de los pol¨ªticos del PP fue abrumadora.

A la cabeza de la manifestaci¨®n, sujetando la pancarta, estaban el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, el delegado del Gobierno, Juan Cotino, la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, el presidente de la Diputaci¨®n, Fernando Giner, el presidente de las Cortes Valencianas, Julio de Espa?a, el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla y la coordinadora general de EU, Gl¨°ria Marcos. No estaban los secretarios generales de UGT y CC OO, a pesar de que eran dos de las personas que deb¨ªan ir en cabeza y que se encontraban desde las seis y media de la tarde en los despachos de Cotino, a la espera de que empezase el el acto c¨ªvico por el atentado de Madrid.

S¨ª estaban, sin embargo, al inicio, miembros que en principio no estaban previstos. Fue el caso de la candidata del PP Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-LLin, del candidato al Senado del PP Jos¨¦ Mar¨ªa Chiquillo, del ex presidente de la Generalitat y actual responsable de Bancaixa, Jos¨¦ Luis Olivas, o del presidente de la Diputaci¨®n, Fernando Giner. En las filas siguientes, buena parte de los consejeros del Consell.

La manifestaci¨®n avanzaba a duras penas por el trayecto previsto, corto para la gente que se esperaba, cuando en contradirecci¨®n se incorpor¨® a la cabeza el secretario general de CC OO, Joan Sifre. Poco despu¨¦s hac¨ªan lo mismo la candidata de EU Isaura Navarro y la del PSOE Carmen Alborch. El l¨ªder de la UGT, Rafael Recuenco, no logr¨® llegar. S¨ª comparti¨® la cabecera de la manifestaci¨®n, cuando esta recorr¨ªa la calle de La Paz, Francisca Mar¨ªn, v¨ªctima de uno de los atentados cometidos por la banda terrorista ETA en Valencia el a?o 1990.

Seg¨²n contaron personas presentes en los despachos de la Delegaci¨®n del Gobierno, de donde ten¨ªan que salir todos los dirigentes que encabezaban la marcha, los m¨¢ximos dirigentes del PP abandonaron el edificio oficial sin aviso y el colapso de gente aisl¨®, no s¨®lo a los dirigentes sindicales, sino tambi¨¦n a alguno de los candidatos del PSPV, EU y hasta al arzobispo de Valencia. "Han jugado a una supuesta improvisaci¨®n para controlar el tema", opin¨® una de las personas asistentes.

A diferencia de lo que sucedi¨® en la ciudad de Valencia, en las marchas c¨ªvicas de Castell¨®n y Alicante no se produjeron empujones ni codazos para hacerse hueco en el lugar m¨¢s visible de la protesta.