"?Usted puede hacer que venga el traumat¨®logo?"

"?Usted puede hacer que venga el traumat¨®logo?" "S¨ª, mujer, ahora mismo", responde la ministra de Sanidad en funciones, Ana Pastor. Jana Gallardo cierra los ojos y se tranquiliza. "Quiere que el traumat¨®logo le explique todo lo que le ha pasado", casi se disculpa un familiar de la joven. Pero el traumat¨®logo dif¨ªcilmente podr¨¢ ayudarla a superar aquella imagen de su novio, ?scar Abril, muerto junto a ella en el tren que les llevaba a la clase en el Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica.

Sin avisar a la prensa, Pastor acudi¨® ayer al hospital Cl¨ªnico para visitar a la decena de heridos a¨²n ingresados tras los atentados del 11-M. Algunos familiares la saludaban como a una antigua conocida: "Ya ha venido m¨¢s veces", justificaban. La ministra, m¨¦dico de profesi¨®n, se dirig¨ªa a los enfermos con suavidad, miraba las radiograf¨ªas al pie de la cama y ped¨ªa informaci¨®n a sus colegas.

"Seguir¨¦ viniendo todas las semanas hasta que est¨¦n todos en casa", promet¨ªa Pastor a los familiares. "?Vaya diferencia! El viernes vino Aznar y me dio ¨¢nimo diciendo que si ¨¦l era un alfe?ique y hab¨ªa salido vivo de un atentado, mi marido, que pesa 100 kilos, tambi¨¦n saldr¨ªa. Pero mi marido no iba en un coche blindado. Tambi¨¦n le cont¨¦ que ¨ªbamos a ampliar la hipoteca del piso y me dijo que tambi¨¦n ¨¦l estaba pagando una, pero mi marido no gana lo que ¨¦l", comparaba despu¨¦s Sandra.

Pastor, acompa?ada por varios responsables del hospital, recorr¨ªa las habitaciones de los heridos. Ped¨ªa permiso para entrar. En la de Valent¨ªn Fatu escuchaba una historia de valent¨ªa. El jueves, este alba?il rumano de 27 a?os hab¨ªa llegado a Atocha desde Parla. Cuando sinti¨® la primera explosi¨®n, corri¨® hacia el tren da?ado. "Fue a ayudar a la gente y le alcanz¨® la segunda bomba", relata su esposa, Georgiana. "Est¨¢ mejorando. Tiene un clavo en un hombro y otro en el f¨¦mur", detalla esta joven que, como su marido, carece de papeles en regla tras a?o y medio en Espa?a.Valent¨ªn agradece esta segunda visita de un ministro en pocas horas. Antes hab¨ªa llegado el titular de Trabajo rumano. "Vino a apoyarnos", explica Georgiana.

Minutos despu¨¦s de que saliera Pastor, llegaron a la habitaci¨®n la madre y el hermano de Valent¨ªn. Acababan de llegar a Barajas desde Bucarest. Se fundieron en un abrazo que casi dio al traste con el gotero. Luego le mostraron un peri¨®dico rumano en el que se hablaba de ¨¦l. Qued¨® abierto sobre la cama: era lo de menos. Mientras la emoci¨®n crec¨ªa, una voluntaria de Cruz Roja se afanaba en encontrar uno de los hoteles que se han ofrecido gratis para alojar a los familiares de las v¨ªctimas.

-"Vengo a desearte ¨¢nimo y una recuperaci¨®n r¨¢pida".

-Gracias.

Pedro Carrasquilla tiene el ojo vendado y pocas ganas de hablar. La ministra le pregunta si tiene novia. El chico dice que no. "Ah, pero est¨¢ tu madre cuid¨¢ndote". "Claro", sonr¨ªe la aludida.

En la habitaci¨®n del ecuatoriano Michuy Darque reina el silencio. Al contrario de lo que ocurre en la de Saray, una joven aficionada al k¨¢rate. Ha venido a visitarla su profesora, que se echa a llorar al ver los ojos amoratados de la alumna. "Pronto los tendr¨¢ bien. Es llamativo, pero no grave", le explica Pastor. Sobre el alf¨¦izar, dos ramos de flores y un elefante de peluche gris.

Mar¨ªa Teresa Sotillo se pone en pie para atender la visita ministerial. S¨®lo hace un rato que han tra¨ªdo a su hija Silvia desde la unidad de cuidados intensivos (UCI), donde permanec¨ªa desde el jueves. La chica, de 26 a?os, ha sufrido un fuerte traumatismo craneal. Tiene heridas superficiales por todo el cuerpo y perforaci¨®n de t¨ªmpanos. "Est¨¢ mejor. Ayer por la tarde nos reconoci¨® por primera vez, pero a¨²n no es capaz de mantener una conversaci¨®n", explica la madre.

Camiseta firmada en la UCI

En la UCI permanece a¨²n Manuel Antonio Fern¨¢ndez-Villaca?as. La onda expansiva le destroz¨® los pulmones y el Real Madrid le trae aire para la recuperaci¨®n. El domingo por la noche, cuando permanec¨ªa en estado cr¨ªtico, su hermano Ram¨®n le anunci¨® que al d¨ªa siguiente recibir¨ªa algo del equipo de sus amores. "Se puso muy contento. Mejor¨® tanto que el lunes le quitaron el ventilador", relata Ram¨®n. Y por la tarde, a¨²n mejor: el director deportivo del club blanco, Jorge Valdano, entr¨® en la UCI y se acerc¨® a la cama del forofo Manuel Antonio. Le dej¨® una camiseta firmada por todos los jugadores y le invit¨® a acompa?ar al equipo si juega la final de la Copa de Europa.

"Esta ma?ana ha preguntado que d¨®nde estaba la camiseta", relatan sus familiares. A ellos les ha pedido que busquen a una joven rumana morena y con gafas "que siempre baja en Nuevos Ministerios". "Quiere darle las gracias porque le ayud¨® mucho en el atentado. ?D¨®nde podr¨ªamos encontrarla?".