De la imagen a las letras
Algunos historiadores espa?oles deploraban no hace tanto tiempo que la indudable pujanza de la investigaci¨®n aut¨®ctona sobre nuestro pasado no hubiera tenido la esperable y deseada traducci¨®n en el terreno de la divulgaci¨®n. Pero ahora no es ya as¨ª: no s¨®lo las m¨¢s importantes novedades proceden de historiadores espa?oles sino que ¨¦stos son autores de los manuales m¨¢s atrayentes y puestos al d¨ªa. Sin embargo, los apellidos anglosajones siguen teniendo un prestigio que no siempre resulta por completo merecido. Esta afirmaci¨®n vale para los dos campos mencionados de la literatura hist¨®rica.
Memoria de Espa?a sigue casi al pie de la letra la serie de televisi¨®n y tras leerla cabe llegar a una conclusi¨®n inmediata: m¨¢s vale hacerlo que contemplar los episodios semanales que se nos ofrecen en pantalla. En ellos las escenificaciones realizadas por actores resultan tan grotescas y agobiantes que el rastro real de la Historia en forma de im¨¢genes -que podr¨ªan ser tan bellas y originales- se reduce a casi la nada. De esta manera lo visual resulta grotesco mientras que una voz recita p¨¢rrafos y p¨¢rrafos que se adivinan interesantes pero cuya conexi¨®n con lo ofrecido es dudosa o puramente mec¨¢nica. Se sit¨²a, adem¨¢s, en un plano distinto y superior, quiz¨¢ demasiado sofisticada para el espectador poco informado. El texto que se oye como fondo es el que el lector podr¨¢ leer y comprender m¨¢s reposadamente en el libro que ahora publica Aguilar. No es un manual universitario pero si, en buena parte del texto, un buen sistema para saber m¨¢s acerca de nuestro pasado y para leer Historia m¨¢s concreta y monogr¨¢fica.
MEMORIA DE ESPA?A
Garc¨ªa de Cort¨¢zar, Alvar, Claramunt y Garc¨ªa C¨¢rcel
El Pa¨ªs Aguilar. Madrid, 2004
600 p¨¢ginas. 29,50 euros
Para hacer buena divulgaci¨®n no basta un lenguaje literario ¨¢gil y una estructura narrativa accesible al gran p¨²blico. Es preciso tambi¨¦n estar muy al d¨ªa de las publicaciones de los historiadores acerca del periodo tratado, haber hecho sobre ¨¦l investigaci¨®n relevante, tener ideas originales y reflejar, al menos, una parte de las tendencias m¨¢s influyentes en la ciencia hist¨®rica del momento. En t¨¦rminos generales, el gui¨®n de Memoria de Espa?a re¨²ne estas caracter¨ªsticas y, en ocasiones, lo hace de forma excelente. Parece que se ha intentado un tipo de narraci¨®n muy tradicional que tiene la ventaja de llegar al gran p¨²blico. Pero, adem¨¢s, el texto de Alvar tiene, por ejemplo, el inter¨¦s de resumir, muy al d¨ªa de hoy, los interrogantes de la prehistoria y la protohistoria. En ¨¦l como en el de Claramunt y en el de Garc¨ªa C¨¢rcel existe una voluntad de ofrecer dos aspectos que pueden interesar de forma especial al p¨²blico lector: retratos biogr¨¢ficos y escenas de la vida cotidiana. Garc¨ªa C¨¢rcel resume, adem¨¢s, con mucha inteligencia una cuesti¨®n que est¨¢ presente a lo largo de toda la Historia de Espa?a: la de su unidad y pluralidad. Lo hace con matices y con conocimiento profundo como ya lo hizo en su celebrado libro acerca de Felipe V.
Es muy posible que la estructura general del gui¨®n le deba mucho al director del volumen y de la serie, pero lo cierto es que la ¨¦poca contempor¨¢nea que ¨¦l ha redactado resulta decepcionante en relaci¨®n con las anteriores. Quiz¨¢ necesite m¨¢s espacio y precisi¨®n para desarrollarla y menos ep¨ªgrafes resonantes. Adem¨¢s una dudosa pretensi¨®n literaria le gana al matiz y el conjunto resulta demasiado vaporoso y elemental aunque las citas po¨¦ticas sean siempre oportunas y bien elegidas. Afortunadamente, sin embargo, en esta parte del libro no se insiste en exceso en ese tipo de interpretaci¨®n antag¨®nica a la concepci¨®n de la Espa?a plural y muy pegada a los debates del presente con la que se ha presentado la serie televisiva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.