Salvar la India
Dominaci¨®n isl¨¢mica y ocupaci¨®n brit¨¢nica no pudieron acabar con la cultura hind¨². Las Upanisads, los Brahmanas y la m¨ªstica medieval recogidos en estos dos tomos son la prueba de fuerza de una India que se enfrenta ahora al peligro del comercio global.
Las Upanisads (literalmente, "el acto de recibir las ense?anzas") m¨¢s antiguas se remontan al siglo VIII antes de Cristo. Fueron precedidos, por un lado, por los Brahmanas (Tratados acerca de los rituales brahm¨¢nicos) y, por otro, por los Aranyakas, o Libros del bosque (aranya, en s¨¢nscrito, significa bosque). Puede decirse que son el compendio del conocimiento de la tradici¨®n ritual¨ªstica v¨¦dica, en su mayor parte transmitida en forma de himnos o cantos rituales, con una posterior elaboraci¨®n metaf¨ªsica compleja y no solamente te¨®rica cuya ense?anza se transmit¨ªa de maestro a disc¨ªpulo. Dicha ense?anza atend¨ªa a un tipo de conocimiento secreto, propio no ya de quienes detentaban el poder (la casta sacerdotal) sino de quienes, retirados en los bosques, se dedicaban a la vida asc¨¦tica o contemplativa.
LA SABIDUR?A DEL BOSQUE. Antolog¨ªa de las principales Upanisads
Edici¨®n y traducci¨®n
de ?scar Pujol y F¨¦lix Il¨¢rraz
Trotta. Madrid, 2004
374 p¨¢ginas. 18 euros
M?STICA MEDIEVAL HIND?
Edici¨®n de Swami
Satyananda Saraswati
Trotta. Madrid, 2004
188 p¨¢ginas. 11 euros
El bosque era m¨¢s que una met¨¢fora para los antiguos pobladores de la India. All¨ª sol¨ªan retirarse los hombres en la ¨²ltima etapa de su vida, una vez hubiesen cumplido con los requisitos sociales, y tambi¨¦n era el refugio de quienes eleg¨ªan el camino de la renuncia. Los textos upanis¨¢dicos, dirigidos a quienes viven en los bosques, se?alan una importante transformaci¨®n en la sociedad india pues dan cuenta del paso de una sociedad ritual a otra en la que la casta sacerdotal pierde hegemon¨ªa, prim¨¢ndose la libertad individual. Marcan el final del periodo v¨¦dico y el paso al vedanta (veda ulterior), una corriente especulativa que se caracteriza por la reducci¨®n de la diversidad a un principio absoluto, el brahman, y el entendimiento de que cada ser humano tiene la posibilidad de liberarse de la ignorancia de su condici¨®n ilusoria (la de ser por separado) mediante un sacrificio no ya de naturaleza ritual, sino interior y personal.
Hay, entre las Upanisads
y la poes¨ªa devocional hind¨², una relaci¨®n directa que pocas veces se ha tenido en cuenta y que no s¨®lo se refiere al car¨¢cter mist¨¦rico de aquello que sus palabras revelan, sino tambi¨¦n a su car¨¢cter pol¨ªtico. Que la historia de las religiones es una historia pol¨ªtica, no suele dudarse. Que la m¨ªstica tambi¨¦n tenga un papel pol¨ªtico es algo en lo que pocas veces se repara. El fen¨®meno m¨ªstico, en efecto, no puede tener lugar m¨¢s que en una sociedad que ve con buenos ojos la renuncia a las formas ortodoxas, a las convenciones sociales y la automarginaci¨®n, una sociedad que necesita incluso que sean transgredidas sus normas para reforzar su integridad, pues se consiente lo marginal (lo otro) siempre que sirve para resaltar el n¨²cleo (lo propio). La m¨ªstica medieval hind¨² cumple con estos requisitos. No s¨®lo fueron sus santos admirados rebeldes, sino tambi¨¦n depositarios, transmisores y hasta reformistas de la tradici¨®n hind¨² cuando ¨¦sta sufr¨ªa los embates de las persecuciones isl¨¢micas. Poetas, mujeres y hombres, que, habi¨¦ndose despojado de todas las ataduras, desde las de su condici¨®n social hasta la de los propios vestidos, se dedicaban a cantar, despose¨ªdos de s¨ª, a aquella forma de lo divino por la que se sent¨ªan atra¨ªdos, bien sea asign¨¢ndole un nombre nuevo, bien sea adoptando cualquiera de los que designan tradicionalmente uno de los aspectos de lo divino. As¨ª, Basavanna canta al Se?or de las Aguas que confluyen, Allama Prabu al Se?or de las Cuevas, la magn¨ªfica e imp¨²dica Akka Mahadevi al Se?or de Jazm¨ªn, mientras otros eligen a Siva, a Visnu, a Krisna o a cualquier otra divinidad de dicha cultura. Frente a la intolerancia del monote¨ªsmo (isl¨¢mico y cristiano), estos poetas devocionales (bhakti) fueron los depositarios de la m¨¢s pura tradici¨®n metaf¨ªsica y religiosa de la India y sus cantos mantuvieron unidos a su gente cuando, a partir del siglo XII, las escuelas filos¨®ficas empezaron a decaer.
La cultura hind¨², m¨²ltiple
e infinita en su ideal de diversidad, ha sobrevivido a m¨¢s de seis siglos de dominaci¨®n isl¨¢mica, al establecimiento de la Inquisici¨®n en Goa (a petici¨®n del jesuita Francisco Javier) y a tres siglos de ocupaci¨®n brit¨¢nica. Lo que est¨¢ por ver es si sus cantos lograr¨¢n salvar la ¨²ltima embestida: la agresi¨®n a la que Occidente la est¨¢ sometiendo con su implacable monote¨ªsmo comercial. Tambi¨¦n la metaf¨ªsica es un valor de mercado. Las doctrinas son importadas a nuestras regiones donde, despu¨¦s de ser sometidas a una sutil pero dr¨¢stica transformaci¨®n en cuyo transcurso su potencial de liberaci¨®n se convierte en potencial de consumo, se las vuelve a exportar a sus pa¨ªses de origen.
Hace mucho tiempo que el pensamiento de Occidente se nutre de las cosmovisiones hind¨²es. No hace tanto tiempo que la India se ha hecho permeable a nuestro modo de vida. Cu¨¢nto aguantar¨¢ la India sin ser fagocitada esta vez depender¨¢ en gran medida del conocimiento real que adquiramos de esta cultura y del inter¨¦s que tengamos en preservarla. ?sta es una deuda que tenemos pendiente. A estos efectos nos ser¨¢ de ayuda la lectura de textos como los que aqu¨ª se presentan en sus nuevas y hermosas versiones.
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