Un programa para ser cumplido
La herencia econ¨®mica que recibe el nuevo Gobierno no es f¨¢cil. Aunque la gesti¨®n del PP de la primera legislatura fue positiva, durante la legislatura de mayor¨ªa absoluta se paralizaron las reformas estructurales y se dej¨® a la macroeconom¨ªa acumular demasiados desequilibrios (endeudamiento de las familias, d¨¦ficit exterior, burbuja en la construcci¨®n, etc¨¦tera). La herencia es dif¨ªcil tambi¨¦n porque esta expansi¨®n desequilibrada ha mostrado hasta ahora s¨®lo sus efectos positivos -m¨¢s empleo y mayor crecimiento que la UE-, con lo que la mayor¨ªa de la gente cree que el nuevo Gobierno recibe una buena herencia y, si las consecuencias negativas de esos desequilibrios aparecieran durante esta legislatura, podr¨ªan ser achacadas al Gobierno socialista y no a su antecesor.
El partido socialista se ha presentado a las elecciones con un programa que justifica ser optimista sobre el futuro de la econom¨ªa espa?ola. Sus principios esenciales son tres: 1) estabilidad presupuestaria; 2) no injerencia en la vida empresarial, y 3) impulso a la productividad. Se trata de una f¨®rmula que equilibra continuidad, cambio e innovaci¨®n: 1) recoge lo mejor de la pol¨ªtica del PP -la importancia de la estabilidad presupuestaria- 2) hay un cambio hacia una mayor competencia y menos intervencionismo, con una actitud m¨¢s liberal que dar¨¢ fin al periodo de mayor injerencia pol¨ªtica en la vida empresarial de toda la democracia, y 3) es novedoso, en cuanto se propone desarrollar un campo en el que no ha hecho nada el PP, que es el aumento de la productividad.
La orientaci¨®n del programa sorprende por su seriedad. Cuando los j¨®venes Economistas 2004 dise?aron estos principios generales, los m¨¢s antiguos del partido socialista les dijeron que era un buen programa para gobernar, pero no para ganar las elecciones. Ahora resulta que el partido socialista va a gobernar y afortunadamente tiene un programa serio, ortodoxo en lo macroecon¨®mico, liberal en lo microecon¨®mico y dinamizador de la productividad, que es justamente lo que Espa?a necesita en este momento. Los responsables econ¨®micos del PSOE que llegaron al Gobierno en 1982 tuvieron que hacer lo contrario de lo que dec¨ªa su programa electoral. Ahora no. Ahora el nuevo ministro de Econom¨ªa s¨®lo deber¨¢ vigilar que se cumplan los principios esenciales del programa electoral, aunque seguramente tendr¨¢ que aplazar o modificar algunas propuestas concretas del propio programa que son contradictorias con esos ejes esenciales.
Aunque la herencia recibida no es buena, el nuevo Gobierno socialista no deber¨ªa dedicar un solo minuto a criticar al Gobierno anterior, y mucho menos a perseguir a sus antecesores, como hizo el PP en 1996, sino que deber¨ªa emplearse a fondo en cumplir lo que ha prometido. La productividad no es "un invento de los t¨¦cnicos", como dijo Rajoy a Gabilondo, sino un elemento esencial del progreso econ¨®mico. Adem¨¢s, el aumento de productividad es la ¨²nica posibilidad de recuperar competitividad dentro un sistema de moneda ¨²nica. Con la actitud dialogante que se supone va a caracterizar esta nueva legislatura, se deber¨ªa convocar a empresarios y trabajadores a dedicarse a esta tarea de mejorar la competitividad de nuestra econom¨ªa. Gran parte de esa labor consiste en provocar un cambio cultural entre los empresarios espa?oles porque nuestro tejido empresarial est¨¢ formado en su mayor parte por empresas de reducida dimensi¨®n que piensan que la innovaci¨®n es cosa de los grandes o los extranjeros. Adem¨¢s de aprobar decretos y ley, el Gobierno deber¨¢ dedicar mucho tiempo a convencer a los agentes econ¨®micos de la importancia de innovar, de ser eficientes, de ser flexibles. Espa?a no tiene por qu¨¦ volver a aparecer siempre a la cola de las estad¨ªsticas europeas que se refieren a productividad, sociedad del conocimiento, investigaci¨®n y desarrollo, etc¨¦tera. El Gobierno debe explicar que el hundimiento de la productividad que hemos vivido en Espa?a en los ¨²ltimos a?os no es una maldici¨®n inevitable, sino que el aumento de la productividad ser¨¢ la ¨²nica forma de que, cuando ceda el boom de la construcci¨®n que ha sido el motor de la actual fase expansiva, no nos encontremos con problemas de empleo y crecimiento. mfo@inicia.es
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