Educaci¨®n en derechos humanos: asignatura suspensa
Se ha cumplido ya el 55? aniversario de la aprobaci¨®n de la Declaraci¨®n de Derechos Humanos por las Naciones Unidas, un texto cuya importancia conviene seguir recordando. Porque, sin esos derechos, nuestra Constituci¨®n se romper¨ªa en mil pedazos, arrastrando en el naufragio uno de los pilares de nuestro sistema social: el derecho a la educaci¨®n. Y por eso no se entiende que -como se?ala el documento de investigaci¨®n de Amnist¨ªa Internacional, Educaci¨®n en derechos humanos: asignatura suspensa (Informe sobre la formaci¨®n en las escuelas de magisterio y facultades de pedagog¨ªa y ciencias de la educaci¨®n en materia de derechos humanos) (http://www.a-i.es/temas/educa/eq_educa_c.shtm)- en nuestro pa¨ªs pr¨¢cticamente ning¨²n futuro educador profesional oiga hablar de derechos humanos durante sus tres o cinco a?os de formaci¨®n universitaria.
Pero no se trata tan s¨®lo de que no haya asignaturas referidas directamente a estos derechos b¨¢sicos. El informe denuncia que "Espa?a no ha cumplido con las recomendaciones de Naciones Unidas en materia de educaci¨®n en derechos humanos. Tanto desde el Estado como desde las comunidades aut¨®nomas, Espa?a ha ignorado las directrices fundamentales que con motivo del Decenio de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n en la Esfera de los Derechos Humanos (1995-2004) se recomendaron: Plan Nacional o planes auton¨®micos de acci¨®n, y dentro de ¨¦stos, la creaci¨®n de un comit¨¦ nacional o comit¨¦s auton¨®micos para la educaci¨®n en la esfera de los derechos humanos". ?Una cuesti¨®n ideol¨®gica? No, nos parece. M¨¢s bien creemos encontrarnos ante la habitual falta de miras de muchos de nuestros pol¨ªticos -de uno y otro lado-, m¨¢s pendientes de rentabilizar pol¨ªticas de corto alcance.
Bien es verdad que la Ley Org¨¢nica de Calidad de la Educaci¨®n (LOCE) es un texto basado, en su mayor parte, en principios de eficacia empresarial, que prima la calidad de resultados instructivos frente a aspiraciones de equidad y de una educaci¨®n de calidad real para todos. Esta filosof¨ªa educativa implica necesariamente una degradaci¨®n de la educaci¨®n en actitudes y valores y, por tanto, un mayor alejamiento de la educaci¨®n en derechos humanos.
En cualquier caso, no es nuestro prop¨®sito utilizar la reivindicaci¨®n de la educaci¨®n en derechos humanos para arremeter contra la pol¨ªtica educativa del Gobierno o de las comunidades aut¨®nomas. No queremos caer en el error de identificar la ense?anza de derechos con una orientaci¨®n pol¨ªtica particular, porque estar¨ªamos tergiversando el sentido educativo de los mismos.
Una prueba de lo anterior es que tampoco en el ¨¢mbito universitario, y espec¨ªficamente en las facultades de Educaci¨®n, apenas ha habido esfuerzos por promover la ense?anza de los derechos humanos. Probablemente porque hemos considerado este tema tan b¨¢sico como algo natural, creyendo que siempre va a estar ah¨ª, hagamos lo que hagamos. Grave error. Los derechos humanos responden a un desarrollo hist¨®rico que trata de reflejar lo que los seres humanos tenemos en com¨²n. Si entendemos que la din¨¢mica, defensa y promoci¨®n de estos derechos es autom¨¢tica, al modo en que el sol sale todos los d¨ªas, lo m¨¢s probable -hay escandalosos ejemplos recientes- es que terminen siendo manipulados, y hasta usurpados, por intereses de grupos concretos para justificar todo tipo de atropellos contra la libertad, la justicia y la igualdad.
La principal tarea de la educaci¨®n en un Estado de derecho es lograr una formaci¨®n de talante humanizador. ?Para qu¨¦ le sirven los derechos humanos a un educador? Pues para comprender, precisamente, que su labor b¨¢sica es ayudar a sus educandos a que alcancen proyectos de vida -tanto personales como sociales- m¨¢s humanos.
La idea de la dignidad, base constitutiva de la igualdad, contribuye decisivamente a resaltar las bases ¨¦ticas de la educaci¨®n, porque nos ayuda a comprender el significado humanizador de las finalidades educativas. Nos ayuda a comprender que cuando afirmamos, por ejemplo, que la tarea educativa trata de favorecer el desarrollo personal, los derechos humanos son la base jur¨ªdica y ¨¦tica necesaria para establecer qu¨¦ valores resaltan la condici¨®n humana. Los educadores que, adem¨¢s de ense?ar estos derechos, pretenden hacer de la educaci¨®n un derecho humano son aquellos que, a su vez, est¨¢n guiados por el inter¨¦s pedag¨®gico de resaltar lo m¨¢s humano de sus alumnos: los que, all¨ª donde est¨¦n, logren para todos m¨¢s libertad, m¨¢s justicia, m¨¢s igualdad, m¨¢s pluralismo, m¨¢s tolerancia o m¨¢s solidaridad.
Por otra parte, los derechos humanos ofrecen a los educadores el horizonte cr¨ªtico necesario para saber armonizar sus funciones conservadoras y transformadoras. Un educador puede animar a sus alumnos a que aspiren a lograr la suficiente madurez moral para analizar cr¨ªticamente si sus comportamientos, las normas de convivencia o las instituciones ampl¨ªan o reducen las expectativas de moralidad de los derechos humanos. Y el mismo educador, a trav¨¦s de los derechos humanos, puede analizar cr¨ªticamente su tarea cotidiana: ?lo que estoy haciendo y diciendo, y c¨®mo lo hago y c¨®mo lo digo, respeta realmente la dignidad de mis alumnos? ?Qu¨¦ ideas y supuestos sobre la educaci¨®n me acercan o me alejan de favorecer su desarrollo humanizador?
Nos parece que la ense?anza de la igualdad esencial de los seres humanos puede ayudar a un educador a obtener una visi¨®n apasionada de las diversas y variadas posibilidades del desarrollo humano. El informe de Amnist¨ªa Internacional (AI) trata de fomentar el debate sobre esta carencia y alentar a los responsables de pol¨ªtica educativa, a las autoridades universitarias y a los docentes de todos los niveles para que hagan un esfuerzo por conseguir que la educaci¨®n en derechos humanos sea una asignatura aprobada, por lo menos, en septiembre.
Fernando Gil, Pedro L¨®pez y Francisco Anguita son profesores de la Universidad Complutense de Madrid. L¨®pez y Anguita son miembros de Amnist¨ªa Internacional.
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