Un enemigo imperial
Pese al revolc¨®n ante un majestuoso Milan, el ejemplo del Deportivo no tiene r¨¦plica en ning¨²n rinc¨®n de Europa. No hay d¨®nde seguir la pista a un equipo tan reputado en el f¨²tbol internacional que haya brotado casi de la nada en poco m¨¢s de una d¨¦cada. Una entidad que ha pasado m¨¢s tiempo entre tinieblas (37 cursos en Segunda Divisi¨®n, uno en Segunda B y otro en Tercera) que entre la nobleza (35 en Primera). Un club que representa a una ciudad de 250.000 habitantes, que cuenta con 30.850 abonados, alrededor de 280 pe?as y 90 millones de euros de presupuesto, ha sido capaz de dejar huellas inolvidables en templos como Old Trafford, el Ol¨ªmpico de M¨²nich, Highbury, el Parque de los Pr¨ªncipes, Delle Alpi, San Siro... Con unos cuantos misteriosos jerogl¨ªficos financieros resueltos por su presidente, Augusto C¨¦sar Lendoiro, el Depor ha sido capaz de enquistarse en la ¨¦lite europea en los ¨²ltimos tiempos. Y, al menos que se sepa, sin una multinacional que le respalde como la Philips al PSV Eindhoven o la Bayer al Leverkusen.
Su batacazo frente al actual campe¨®n de Europa -un mero accidente frente a un arist¨®crata- no deber¨ªa resultar una tragedia para el Depor. Fue azotado por un equipo magn¨ªfico, junto al Arsenal el m¨¢s en forma del globo. Un cl¨¢sico que lleva en la mochila seis Copas de Europa, que est¨¢ a punto de batir el r¨¦cord hist¨®rico de puntos conseguidos en una misma temporada en el Calcio -s¨®lo ha perdido un encuentro en su Liga-. Un club capitaneado por Maldini, que ayer cumpli¨® su 130? partido en Europa. Una sociedad amparada por el megaimperio del poderos¨ªsimo Silvio Berlusconi. Este Milan apunta tan alto como el de los holandeses, menos rebuscado que el tinglado pseudocient¨ªfico patentado por Arrigo Sacchi, pero m¨¢s refinado. Bufonadas de Berlusconi aparte, el t¨¦cnico, Carlo Ancelotti, se ha atrevido con un medio centro tan luminoso como Pirlo -un sacrilegio en el atrincherado f¨²tbol italiano- y ha dado vuelo a un reci¨¦n llegado tan deslumbrante como Kak¨¢. Ha recuperado con todo su esplendor a Caf¨², Seedorf y Schevchenko, lo que ha terminado por tejer un equipo soberbio que s¨®lo parece italiano en la cueva. Por todo, el Depor, antes de padecer una mala resaca, deber¨ªa mirarse al espejo de hace una d¨¦cada y, luego, echar una larga mirada a su imperial enemigo de anoche, que en otras ¨¦pocas brillantes tambi¨¦n machac¨® en San Siro a m¨¢s de una quinta ilustre.
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