SANAA BEN SALAH IMADAQUAN / Quer¨ªa conocer a sus primas de Palestina

Sanaa, hija ¨²nica de inmigrantes marroqu¨ªes, naci¨® hace 13 a?os en el hospital Gregorio Mara?¨®n. El tren de las 7.10 llevaba todas las ma?anas a Sanaa Ben Salah desde Alcal¨¢ de Henares hasta la estaci¨®n de Atocha. Ah¨ª, en el vest¨ªbulo, se sol¨ªa reunir con sus amigas Carla y Paula para ir hasta la parada de Acacias, en Lavapi¨¦s, la m¨¢s cercana a su colegio. Sanaa cursaba segundo de la ESO en el instituto Juan de la Cierva.

El jefe de estudios del centro recuerda que ten¨ªa amigos de or¨ªgenes muy distintos; espa?oles, ecuatorianos, colombianos, marroqu¨ªes. "Estaba totalmente integrada en Espa?a", a?ade.

Sanaa acud¨ªa a la mezquita central de Madrid junto a su familia y exhib¨ªa orgullosa el pa?uelo que cubr¨ªa sus cabellos, "aunque en Espa?a no est¨¦ muy bien visto", reflexiona su t¨ªo Ahmed. A Sanaa, que no hablaba ¨¢rabe con fluidez, le encantaba hacer los deberes nada m¨¢s llegar a casa, desayunar cereales y atiborrarse de queso. Disfrutaba viendo pel¨ªculas de terror. "Aunque fueran de Dr¨¢cula. Nunca pasaba miedo", recuerda Jamila, su madre.

Sanaa estaba enamorada de los animales y quer¨ªa ser veterinaria: "Le encantaba salir al campo, las excursiones a la sierra con el colegio, jugar con los perros abandonados... No me dejaba matar ni una mosca en casa, siempre estaba protegiendo a los animales", sonr¨ªe Jamila. Como a muchos otros ni?os, a Sanaa le gustaban los dibujos animados, pintar, leer libros y el Real Madrid. "Zidane era su jugador preferido, aunque nunca lleg¨® a ir a verle jugar al estadio", recuerda Ahmed. El pr¨®ximo verano planeaba viajar hasta Palestina para conocer a sus primas. Su cuerpo descansa en T¨¢nger.-