Bracons, el primer conflicto

El t¨²nel de Bracons, en la carretera que tiene que unir Vic, capital de Osona, con Olot, capital de la Garrotxa, se ha convertido en estos primeros 100 d¨ªas en un punto de desencuentro entre dos departamentos, el de Pol¨ªtica Territorial y el de Medio Ambiente. En la medida en que ambos tienen titulares de diferente partido, tambi¨¦n ha puesto de manifiesto las diversas sensibilidades medioambientales. Al final, Joaquim Nadal (PSC) impuso sus tesis sobre Salvador Mil¨¤ (ICV-EUiA) y tambi¨¦n sobre los consejeros de ERC, que apoyaban a Mil¨¤.

Nadal sosten¨ªa la necesidad de proseguir la obra introduciendo serias modificaciones. La primera, cambiar la calificaci¨®n de la carretera. Estaba previsto que el eje Vic-Olot formara parte de la red b¨¢sica de carreteras; es decir, que fuera una de las v¨ªas que tuvieran mucho tr¨¢fico, incluida la posibilidad de que circularan camiones pesados y de largo recorrido. Nadal defendi¨®, y logr¨®, la inclusi¨®n de la v¨ªa en la red comarcal, o sea, una carretera local, con el objetivo de evitar precisamente ese tipo de tr¨¢fico.

Pero hizo m¨¢s: redujo los carriles en todo el tramo del t¨²nel y vari¨® las pendientes. Con esta modificaci¨®n, reduc¨ªa el impacto ambiental de la obra y, tambi¨¦n, la hac¨ªa menos apetitosa para los veh¨ªculos pesados que pudieran optar por ella ya que dejaba de ser una v¨ªa r¨¢pida. Para rematar la faena, Nadal ha anunciado la posibilidad de que el t¨²nel sea de peaje s¨®lo para los camiones pesados de largo recorrido, nunca para el tr¨¢fico local.

Esta ha sido al final la decisi¨®n adoptada. Salvador Mil¨¤ ha logrado, en contrapartida, que sea exigible la declaraci¨®n de impacto ambiental para toda la obra, un aspecto obviado por el anterior Gobierno de CiU.

Nadal cree que Bracons era una prueba para el tripartito. El Ejecutivo ten¨ªa que demostrar que era capaz de mantener los compromisos heredados, pero mejor¨¢ndolos medioambientalmente. Quer¨ªa evitar a toda costa la imagen de un gobierno de oposici¨®n que dice no a antiguos proyectos sin ser capaz de aportar soluciones. Adem¨¢s, Nadal ten¨ªa tras s¨ª a las fuerzas econ¨®micas de las dos comarcas, que ven en esta v¨ªa un potencial de desarrollo notable para las industrias de uno y otro lado del t¨²nel.

ICV, en cambio, jugaba al ecologismo defensor del territorio. Pero todo tiene un l¨ªmite, tanto Mil¨¤ como Joan Saura comparten la idea de mantener la discrepancia hasta la toma de la decisi¨®n y asumir la medida una vez adoptada por el Gobierno. Y entiende que as¨ª debe ser en este caso, cuando se ha impuesto mayoritariamente la tesis de los socialistas, pero tambi¨¦n cuando sean ellos los que aporten la soluci¨®n ¨²ltima.

Del mismo modo que el empresariado de las dos comarcas apoyaba mayoritariamente a los socialistas, los ecosocialistas de ICV ten¨ªan detr¨¢s a los movimientos ecologistas que rechazaban la obra.

Un argumento con peso espec¨ªfico era el impacto que el t¨²nel, la carretera y el tr¨¢fico que ¨¦sta tenga que soportar pueden tener sobre la Vall d'en Bas. Una zona relativamente preservada de la especulaci¨®n y la agresi¨®n urban¨ªstica que se ha cebado sobre otras partes de Catalu?a. Si se ha logrado o no preservarlo, ser¨¢ algo que acabe por mostrar el paso del tiempo.

En la misma direcci¨®n, el Ejecutivo de Maragall lanz¨® un ambicioso programa medioambiental para salvar de la especulaci¨®n urban¨ªstica 55 kil¨®metros del litoral catal¨¢n e impedir la edificaci¨®n en estas zonas. Este plan tambi¨¦n prev¨¦ la imposici¨®n de una tasa del 1% sobre las grandes infraestructuras que ocupen terrenos no urbanizables, recaudaci¨®n que se destinar¨¢ a la protecci¨®n del paisaje.

En cumplimiento tambi¨¦n de una de las promesas electorales de Pasqual Maragall, la primera ley aprobada por el Ejecutivo de izquierdas fue un plan de choque para rehabilitar y mejorar las condiciones de vida de los barrios y ¨¢reas urbanas m¨¢s pobres de Catalu?a. La ambiciosa medida social, con una inversi¨®n de 600 millones de euros 0en cuatro a?os, afectar¨¢ a las 40 zonas de Catalu?a con m¨¢s problemas. En todas ellas hay una gran presencia de inmigrantes, junto a escasos servicios sociales, lo que conlleva riesgo de fractura social, involuci¨®n urban¨ªstica y un alto ¨ªndice de fracaso escolar.

El Departamento de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas, uno de los m¨¢s prol¨ªficos en estos 100 d¨ªas de gobierno, ha adoptado otros acuerdos. Por ejemplo, la adjudicaci¨®n del tramo de la L-9 del metro entre Onze de Setembre y Sagrera-Meridiana y el tramo de la L-4 desde Santander hasta Sagrera-Meridiana. En total, 179 millones de euros. O la inversi¨®n de 64 millones en la mejora de la red viaria.

En los ¨²ltimas d¨ªas, y despu¨¦s de la victoria del PSOE en las elecciones generales, Maragall lanz¨® una propuesta audaz: que la estaci¨®n del AVE se sit¨²e en el aeropuerto en lugar de estar en el centro de El Prat.