La derecha francesa sufre una derrota contundente en las elecciones regionales
La movilizaci¨®n del electorado conduce al triunfo de la izquierda en 21 de las 23 regiones
Zapatazo para la derecha de Jacques Chirac. A trav¨¦s de las elecciones regionales, una mayor¨ªa de votantes franceses desautoriz¨® ayer de manera contundente al Gobierno nombrado por el presidente hace dos a?os. La izquierda ha ganado en 20 de las 22 regiones de Francia metropolitana, se sit¨²a en cabeza en C¨®rcega (con un escrutinio a¨²n no definitivo); la derecha s¨®lo conserva Alsacia. Este vuelco consolida el liderazgo del primer secretario del Partido Socialista, Fran?ois Hollande, que anoche rehuy¨® todo triunfalismo pero reclam¨® a Chirac que cambie de pol¨ªtica y no siga recortando "conquistas sociales".
Con una participaci¨®n del 65% (tres puntos m¨¢s que en la primera vuelta), los resultados muestran hasta qu¨¦ punto Francia se ha arrepentido de haber despedido al Gobierno de la izquierda plural en 2002. El aumento del paro (casi el 10%; un punto m¨¢s), el goteo de cierres y deslocalizaciones de empresas, la reforma de las pensiones, el recorte de prestaciones para desempleados de larga duraci¨®n y las grandes reformas que anunciaba el Ejecutivo -desde el Seguro de Enfermedad a la privatizaci¨®n de servicios p¨²blicos- aparecen severamente cuestionadas.
Tras la marea roja de ayer, Chirac tendr¨¢ que decidir inmediatamente qu¨¦ hace con el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, y con el programa pol¨ªtico adoptado hace dos a?os, uno de cuyos aspectos clave era la reducci¨®n de impuestos en un pa¨ªs en el que comenz¨® a ampliarse el d¨¦ficit p¨²blico.
Entre los vencidos de ayer se encuentra el ministro de Asuntos Sociales, Fran?ois Fillon, faro de la reforma de las pensiones el a?o pasado y a quien se supon¨ªa un basti¨®n inexpugnable en la regi¨®n del Pa¨ªs del Loira.
No menos significativo es el 55% de votos alcanzado por la ex ministra socialista S¨¦gol¨¨ne Royal en Poitou-Charentes, que durante 14 a?os fue la regi¨®n dirigida por Raffarin y a donde Chirac fue a buscarle para nombrarle primer ministro, relegando al candidato natural, Nicolas Sarkozy. El fracaso golpea cruelmente a Raffarin pero no faltar¨¢n los que imputen a Chirac un error absurdo a la hora de elegir a sus colaboradores.
Hollande compareci¨® anoche muy serio. Su imagen acentu¨® la de un hombre de Estado y no la de un dirigente de un partido que festeja ante todo la victoria con sus partidarios. Una expresi¨®n sobria en una escenograf¨ªa cuidada le sirvi¨® para lanzar una clara advertencia al presidente Chirac, para que cambie de pol¨ªtica y no se limite a ejecutar el reajuste ministerial en que Raffarin se hab¨ªa refugiado durante la semana precedente a la votaci¨®n de ayer, jugando a su propia continuidad.
Para Hollande, la derrota de la derecha crea una situaci¨®n nueva porque los franceses "han inflingido una desautorizaci¨®n severa al presidente de la Rep¨²blica que, por las condiciones en que fue elegido, deb¨ªa velar por el respeto escrupuloso del pacto social y del pacto republicano". El l¨ªder socialista se refiere al acuerdo no escrito por el que la derecha y la izquierda democr¨¢ticas unieron sus votos en la elecci¨®n presidencial de 2002 frente a Jean-Marie Le Pen, encaramado a la segunda vuelta tras la inesperada eliminaci¨®n del socialista Lionel Jospin en la primera.
A juicio de los dirigentes socialistas, Chirac se apropi¨® del 82% de los votos obtenidos como si fueran suyos, organiz¨® el Gobierno de Raffarin y el control de todas las instituciones del pa¨ªs sin tener en cuenta a las dem¨¢s fuerzas y ha gobernado sin m¨¢s consenso que el aspecto -capital, sin duda- de la pol¨ªtica exterior, el ¨²nico en el que ha gozado de respeto general.
El 'joven' Hollande
El joven Hollande (49 a?os no son nada en la gerontocr¨¢tica clase pol¨ªtica francesa) gana una batalla interna, en la medida en que su estrategia de giro a la izquierda, freno a las baron¨ªas y respeto al Partido Comunista puede considerarse reconfortada por el voto regional, lo mismo que su t¨¢ctica de imponer la idea de un voto de castigo al Gobierno en estas elecciones, frente a un Ejecutivo refugiado en la idea de unos comicios locales.
Hollande es un hombre sin experiencia de Gobierno, pero h¨¢bil en la coordinaci¨®n y los equilibrios entre tendencias, caracter¨ªsticas similares a las de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el presidente in p¨¦ctore del Gobierno espa?ol.
Por si fuera poco, su compa?era S¨¦gol¨¨ne Royal obtuvo la mayor¨ªa absoluta en la regi¨®n dominada durante 14 a?os por Raffarin. Mujer de carrera pol¨ªtica aut¨®noma -ministra tres veces-, convertida en el s¨ªmbolo de esta marea de la izquierda, dio anoche otra clave pol¨ªtica: la de empezar a tomarse en serio la descentralizaci¨®n, t¨ªmidamente impulsada por Raffarin. "Hoy comienza la Francia de las regiones", dijo.
Chirac no hizo p¨²blica anoche decisi¨®n alguna. A las nueve, Raffarin compareci¨® muy p¨¢lido ante las c¨¢maras de televisi¨®n para reconocer "la victoria de la oposici¨®n en este escrutinio" y se remiti¨® a las decisiones que sea necesario adoptar "bajo la autoridad del presidente de la Rep¨²blica", sin aludir a su dimisi¨®n o a la del Gobierno. Durante toda la semana precedente, Raffarin cedi¨® el protagonismo de la campa?a al ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, pero el intento de levantar unos resultados tan malos como los de la primera vuelta result¨® demasiado tard¨ªo.
La derecha ni siquiera ha podido ganar en la regi¨®n de Par¨ªs, que con sus 11 millones de habitantes es la m¨¢s poblada del pa¨ªs y en que se hab¨ªa volcado con la esperanza de compensar la derrota en otros sitios. Pero no se logr¨®: la lista dirigida por el portavoz del Gobierno, Jean-Fran?ois Cop¨¦, consigui¨® el 40% de los votos frente al 50% del presidente reelegido, el socialista Jean-Paul Huchon.
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