Los fallos de coordinaci¨®n del 11-M
Francia avis¨® del peligro de Zougam y Garz¨®n le investig¨®, pero eso no evit¨® los atentados
![Jos¨¦ Mar¨ªa Irujo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F061aec36-6604-4ae1-85cf-51e2298e4fdb.png?auth=921c84cc2d03bc3fef7fa88b4939e4a42b0d409e24c556adbac40d8705505b1b&width=100&height=100&smart=true)
El 11-S destap¨® la vulnerabilidad de Estados Unidos, el pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta, y el sonoro fracaso de sus servicios de inteligencia, que no dieron la suficiente importancia a la sospechosa evidencia de que radicales islamistas aprend¨ªan a pilotar en escuelas de vuelo norteamericanas. El 11-M ha demostrado la incapacidad de la Uni¨®n Europea para evitar que un atentado similar al perpetrado contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono se haya repetido en Espa?a dos a?os y medio despu¨¦s.
?Qu¨¦ ha fallado? ?No hubo coordinaci¨®n entre los servicios policiales? ?Falt¨® informaci¨®n o se evalu¨® mal la que lleg¨® desde otros pa¨ªses, en especial la transmitida por Marruecos? ?No se tom¨® en serio la posibilidad de un atentado en Europa, un continente amenazado por Al Qaeda desde antes del 11-S?
El 11-M ha demostrado la incapacidad de la UE para evitar un atentado similar al del 11-S
Se evalu¨® mal la informaci¨®n de la justicia francesa y la polic¨ªa marroqu¨ª sobre Zougam
"Nos enfrentamos a un fen¨®meno del que no sab¨ªamos nada. Habr¨¢ aciertos y errores"
Las piezas del rompecabezas Al Qaeda est¨¢n diseminadas por todo el mundo y componen el mosaico de un frente internacional integrista que aglutina a numerosos grupos. Esta circunstancia hizo que antes del 11 de septiembre de 2001 los servicios policiales europeos colaboraran y se intercambiaran las fichas con las que se juega la partida contra el terrorismo islamista.
Pero al igual que sucedi¨® en EE UU, alguna de estas fichas no se movi¨® en la direcci¨®n adecuada y el error ha tenido consecuencias catastr¨®ficas. La pista facilitada en agosto de 2001 por un juez franc¨¦s sobre Jamal Zougam, de 31 a?os, fue un aviso para navegantes. Este marroqu¨ª, detenido tres d¨ªas despu¨¦s del atentado en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s, es el principal sospechoso de la matanza.
Aquel verano de 2001, los polic¨ªas dedicados a combatir el terrorismo islamista registraron el piso de Zougam en Madrid. Intervinieron tel¨¦fonos, agendas y v¨ªdeos en los que aparec¨ªan muyahidin combatiendo en Chechenia y Daguest¨¢n (Rusia), y descubrieron que manten¨ªa v¨ªnculos con la c¨¦lula de Imad Eddin Barakat, alias Abu Dahdah, de 39 a?os, un sirio residente en Madrid detenido meses m¨¢s tarde por su presunta vinculaci¨®n con el 11-S.
Pero ninguno de los hallazgos se consider¨® de relevancia penal y Zougam no fue procesado. No obstante, el juez Baltasar Garz¨®n, en el auto de procesamiento que dict¨® contra Abu Dahdah y otras 30 personas, describi¨® con detalle los estrechos v¨ªnculos y contactos que manten¨ªan el marroqu¨ª y el sirio.
Se perdi¨® la primera oportunidad de neutralizar a Zougam, que viv¨ªa en Espa?a desde los 11 a?os y regentaba un locutorio. Pero todav¨ªa hubo una segunda ocasi¨®n que tambi¨¦n se desperdici¨®: la informaci¨®n facilitada por la polic¨ªa marroqu¨ª tras el atentado de Casablanca a mediados de mayo de 2003. Entre los nombres de sospechosos que ten¨ªan vinculaci¨®n con los autores de esta masacre, que caus¨® 45 muertos, entre ellos varios espa?oles, estaba el de Zougam, el marroqu¨ª de Lavapi¨¦s que beb¨ªa alcohol y frecuentaba las discotecas del barrio.
Alguno de los se?alados fueron vigilados y detenidos, pero Zougam, no. "No valoramos bien la informaci¨®n que se nos envi¨®", reconoce una fuente policial. Y a?ade: "?Sab¨ªa usted que recibimos al a?o decenas de informaciones similares a la de Zougam?". El funcionario reconoce que la avalancha de informaci¨®n no es una excusa para eximirles del error.
Se evalu¨® mal la informaci¨®n enviada por la justicia francesa y por la polic¨ªa marroqu¨ª sobre Zougam. Tampoco se midi¨® el riesgo de un ataque terrorista, y prueba de ello es el informe confidencial de la UE, de 2002, en el que en el apartado de Espa?a se se?al¨® que tras la Operaci¨®n D¨¢til, que provoc¨® la detenci¨®n de Abu Dahdah y de otras siete personas, "el grado de amenaza ha descendido considerablemente".
Ese informe destacaba la investigaci¨®n abierta sobre el encuentro en Espa?a de Mohamed Atta, el jefe de los pilotos suicidas del 11-S, y Ramzi Binalshibh, el coordinador del atentado, y se?alaba que de las actividades de los radicales islamistas en este pa¨ªs se deduc¨ªa que contaban con "infraestructura, reclutamiento, apoyo log¨ªstico y financiero para los activistas que viajaban desde el norte de ?frica hacia Europa o viceversa". No obstante, a?ad¨ªa una coletilla: "La alerta contin¨²a". En el caso de Francia, se asegur¨® que la amenaza era "significativa", y en el de Italia, se incidi¨® en la inquietante presencia de grupos salafistas.
?Hay suficiente colaboraci¨®n entre las polic¨ªas europeas? El flujo de informaci¨®n sobre terrorismo islamista es constante tanto entre las polic¨ªas como entre los juzgados europeos, pero con resultados muy desiguales. El peor ejemplo es la detenci¨®n de 16 argelinos y marroqu¨ªes el pasado 24 de enero en Girona y Barcelona, que solicit¨® el juez franc¨¦s Jean Louis Brugiere. Un informe del contraespionaje franc¨¦s (DST), que dirige Pierre de Bousquet, describ¨ªa la peligrosidad de un grupo desarticulado en Par¨ªs cuyos miembros estaban en contacto con los detenidos en Catalu?a, pero la ausencia de pruebas contra estos ¨²ltimos oblig¨® al juez Guillermo Ruiz Polanco a archivar el caso.
El fiscal Pedro Rubira, uno de los principales impulsores en la Audiencia Nacional de la investigaci¨®n de las c¨¦lulas durmientes, describe as¨ª el escenario: "Nos enfrentamos a un terrorismo nuevo para nosotros. A un fen¨®meno del que hasta ahora no sab¨ªamos nada. Habr¨¢ aciertos y tambi¨¦n errores".
El intercambio de informaci¨®n entre las polic¨ªas europeas a veces ha funcionado. Una cinta en la que se o¨ªan las campanas del reloj del Ayuntamiento de Alicante condujo a la detenci¨®n en esa ciudad, en junio de 2001, de Mohamed Bensakhria, un argelino de 34 a?os considerado uno de los lugartenientes de Osama Bin Laden. Su comando intent¨® volar el Parlamento Europeo en Estrasburgo; el caso de Essid Sami Ben Khemais, alias Saber, un salafista tunecino de 33 a?os que hab¨ªa pedido permiso al jefe de Al Qaeda para una operaci¨®n con armas qu¨ªmicas en Italia, es otra muestra de coordinaci¨®n. Le siguieron polic¨ªas de Italia, Francia y Espa?a hasta que fue detenido en Mil¨¢n.
La polic¨ªa alemana tambi¨¦n ha intercambiado informaci¨®n con sus colegas espa?oles sobre la conexiones de Abu Dahdah con la c¨¦lula de Hamburgo que protagoniz¨® el 11-S. Pero estos casos de coordinaci¨®n no deben ocultar el rotundo fracaso del 11-M. "Hace falta reforzar Europol y crear un ¨®rgano espec¨ªfico com¨²n para combatir a las redes de Al Qaeda. Necesitamos menos bur¨®cratas y m¨¢s investigadores", reclama un mando policial espa?ol.
![Registro del locutorio de Jamal Zougam, en Madrid, el 14 de marzo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TAILMT6BV4QDPS44QDTINVFTQI.jpg?auth=76a378ff0d0177c24349e14ea2a822c3b34a0f6a35d5648d5bbd7a2a9e263f7b&width=414)
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