La comida buena, r¨¢pida y barata seg¨²n Adri¨¤
FAST GOOD, un nuevo local de propuestas sencillas en el hotel Eurobuilding de Madrid
Si se admite que el denostado fast-food no es un tipo de comida, sino una manera de tratar y servir determinados alimentos, como insiste Ferran Adri¨¤ con convencimiento, la dignificaci¨®n de la comida r¨¢pida pasar¨¢ en el futuro por seleccionar materias primas de calidad para cocinarlas de forma correcta. En esta idea se basa Fast Good, reci¨¦n inaugurado en Madrid en los bajos del hotel Eurobuilding, la ¨²ltima creaci¨®n del cocinero catal¨¢n para el grupo NH.
Un local informal donde se prodigan algunos iconos de los establecimientos americanos (patatas fritas, pollo, hamburguesas), que no se sabe muy bien en qu¨¦ concepto debe encasillarse. No es un fast-food porque los productos son buenos y se tratan de manera adecuada. Tampoco es un quick service (servicio fulminante). En cambio, tiene mucho de fast casual (r¨¢pido y desenfadado) y algo de self service (autoservicio). A la postre, un local urbano destinado a clientes sin tiempo para comer, que quieren alimentarse con productos frescos sin gastar demasiado dinero.
FAST GOOD
Padre Dami¨¢n, 23 (esquina a calle de Concha Espina), Madrid.
Tel¨¦fono: no tiene.
No cierra ning¨²n d¨ªa.
Precio aproximado por persona: entre 15 y 20 euros. Ensalada de pollo, 3,10 euros. Hamburguesa Pepita, 5,65 euros. Patatas fritas con huevos y jam¨®n, 5,80 euros. 'Mousse' de chocolate, 2,55 euros.
Pan ... 5
Caf¨¦ ... 9,5
Bodega ... 4
Ambiente ... 5
Servicio ... 5
Aseos ... 6,5
Bajo la r¨²brica de Adri¨¤, sello de lujo, Fast Good se suma a la trayectoria ya marcada por Delina's, cadena madrile?a de comida r¨¢pida que ha triunfado con precios elevados y planteamientos parecidos. Como director de la nueva aventura, Eduard Bosch, jefe de cocina de El Bulli, que supervisa su funcionamiento. ?Qu¨¦ se puede comer y beber en este espacio vivo todav¨ªa en periodo de rodaje? Nada de propuestas creativas, ni de espumas sofisticadas o productos deconstruidos. S¨®lo alimentos de conveniencia, bocadillos y ensaladas, a los que se suman platos calientes, incluido el del d¨ªa.
Casi todas las ensaladas alcanzan notas bien altas: deliciosa la de foie-gras, sabrosa la de pollo y discreta la de lechuga con frutas. En el resto de los entrantes, algunos altos y bajos: correcto el bocadillo de jam¨®n ib¨¦rico, poco entusiasmante el de at¨²n con romesco y muy sugerente el de r¨²cula con queso mozzarella.
Con las especialidades c¨¢rnicas, m¨¢s de lo mismo. Resulta sabrosa la hamburguesa italiana, equilibrada la pepita y discreta la good burguer. Son graciosas las tiras de pollo fritas, y reconfortante el plato de huevos con jam¨®n y patatas. Un proyecto de estilo contempor¨¢neo que alcanzar¨¢ todo su potencial a medida que se vaya redondeando.
COMIDA PARA LLEVAR Y CAF?S DE LUJO
FAST GOOD opera como restaurante informal a la vez que como take away con comida para llevar a casa. Su filosof¨ªa de explotaci¨®n, que se apoya en la idea de productos sanos con cocina de calidad y servicio r¨¢pido, se encuentra todav¨ªa lejos del punto ¨®ptimo. Trabaja de manera ininterrumpida desde las 8.00 hasta las 23.30, y sirve desayunos y meriendas. En r¨¦gimen de autoservicio, los clientes escogen zumos de frutas, bebidas, ensaladas, bocadillos y postres. Luego, en un mostrador abierto se solicitan los platos calientes, que los camareros del local transportan hasta las mesas.
Para beber, agua mineral, yogur l¨ªquido, tres marcas de cerveza y apenas dos tipos de vino (Vi?a Sol y Cvne), surtido alcoh¨®lico exageradamente parco para un local con semejantes aspiraciones. Entre los zumos, algunos de talla como el de naranja natural o el de lichis con lima, junto a otros como el de melocot¨®n con agua de azahar, demasiado empalagoso.
Se termina el ¨¢gape con peque?as opciones golosas como la mousse de chocolate o la cuajada con miel, ambas bastante buenas. Los caf¨¦s son excepcionales. De hecho, los capuchinos con crema de coco o perfumados con vainilla figuran entre los mejores de Espa?a. La boller¨ªa no est¨¢ mal, pero los churros desmerecen. Otra delicadeza son los suizos, vasitos de chocolate negro con espuma de chocolate blanco.
En el interior del local, muy desenfadado, se aprecian dos defectos: las sillas de Philippe Stark son inc¨®modas, y el ruido ambiental, exagerado.
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