Recobrar el terreno perdido
mpiezan bien. Sin prisas pero sin pausas debe ser el lema que rija esta nueva etapa del Partido Popular en Andaluc¨ªa. Han renovado, en cuesti¨®n de minutos, de arriba abajo toda la direcci¨®n del partido, con secretario general incluido, recayendo tal responsabilidad en Javier Arenas quien, adem¨¢s, ya anuncia que ser¨¢ el candidato a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa dentro de cuatro a?os.
As¨ª que pocas inc¨®gnitas quedan ya por resolver y, ahora, de lo que se trata es de ponerse manos a la obra para recobrar el terreno perdido y entregarse, sobre todo ¨¦l, a la comunicaci¨®n con la sociedad andaluza ya que hasta el momento no lo han podido hacer, qu¨¦ mala suerte, debido a esa ya famosa tupida red medi¨¢tica urdida por el PSOE en nuestra comunidad.
La direcci¨®n del PA se las tendr¨¢ que ver con un panfleto que reclama la regeneraci¨®n interna
Lo ocurrido en el PP es lo suficientemente grave como para que se den razones a la militancia
En este planteamiento inmaculado, como se puede apreciar, no hay ni una sola pizca de autocr¨ªtica. Ese noble ejercicio se queda de puertas para adentro, que no es cuesti¨®n de que se entere la prensa, ni por su puesto, esa maldita red antes mencionada.
Pero a¨²n as¨ª, todo hace indicar que el debate interno por mucho que intenten evitarlo aflorar¨¢ ya que lo ocurrido ha sido lo suficientemente grave como para que se den razones y explicaciones a la militancia popular porque de seguir este camino s¨®lo quedar¨¢n los afiliados para formar el cuadro de figurantes que arropan a los l¨ªderes en los m¨ªtines electorales. Eso s¨ª, hay que resaltar en Javier Arenas su capacidad de anticipaci¨®n, cosa que no siempre es mala en pol¨ªtica.
A otros, en cambio, tanta premura les puede salir cara. Es lo que sucede con el presidente del Partido Andalucista, Alejandro Rojas-Marcos, se?alado para ser el candidato a las elecciones al Parlamento europeo del pr¨®ximo mes de junio. Si en un primer momento se observaba que no hab¨ªa la m¨¢s m¨ªnima duda en su designaci¨®n, lo cierto es que a su alrededor se ciernen negros nubarrones que apuntan, al menos, a tiempos tormentosos tanto que est¨¢ por ver si el fundador del Partido Andalucista se ve, al final revestido como tal candidato. Todo depender¨¢ de c¨®mo salga de la batalla, ya abierta, entre el sector por ¨¦l controlado, con notables influencias en Sevilla, y el que representa el mismo secretario general, Antonio Ortega.
Confiado el pol¨ªtico linarense en el control que dice tener de la organizaci¨®n en el resto de la comunidad, se dispone a terminar la tarea org¨¢nica que tiene pendiente. Desalojado ya del seno del Partido Andalucista el que consideraban como uno de sus principales c¨¢nceres, como ocurr¨ªa con el jerezano Pedro Pacheco, deb¨ªan continuar con esa tarea hist¨®rica y desplazar de los n¨²cleos de poder al mismo Rojas-Marcos, misi¨®n harto dif¨ªcil si se tiene en cuenta que el veterano pol¨ªtico tiene un concepto altamente patrimonialista de una formaci¨®n que ¨¦l lleg¨® a fundar.
Vamos, que se cree que el partido es suyo de modo que el tridente formado por Ortega junto con el secretario de Comunicaci¨®n, Javier Aroca, y el responsable de Organizaci¨®n, Juan Carlos Soriano, tienen todo un desaf¨ªo por delante, tanto que puede que, en efecto, sea el definitivo para hacer un Partido Andalucista nuevo y sin ataduras.
De momento ese tr¨ªo de osados se las tendr¨¢n que ver con un panfleto que circula por las sedes andalucistas en pos de la regeneraci¨®n del partido nacionalista aunque, a tenor de los que lo encabezan no deben inquietarse mucho. Los ya experimentados, Diego de los Santos y Jos¨¦ N¨²?ez est¨¢n al frente de este movimiento cr¨ªtico. En el caso de N¨²?ez llama especialmente la atenci¨®n su disposici¨®n a partirse de nuevo el pecho por su PA apelando, entre otras cosas, a valores como la independencia del partido as¨ª como a la recuperaci¨®n del discurso y la valent¨ªa. Unas palabras suscritas por la misma persona que, no se olvide el detalle, se fue inmediatamente a su casa sin ni siquiera tomar posesi¨®n de su acta de concejal tras el estrepitoso fracaso cosechado en las pasadas elecciones municipales en Sevilla, a pesar del compromiso inicial que asumi¨® con su electorado de seguir, aunque fuera en los bancos de los oposici¨®n.
Sea como fuera, el resultado de la contienda se ver¨¢ all¨¢ por el mes de octubre, fecha escogida para la celebraci¨®n de su congreso, un c¨®nclave que, como todos los del PA, se presenta como una caja de sorpresas.
Igual de revueltas anda las aguas en el seno de Izquierda Unida. Sin duda que las fechas vacacionales que arrancan en esta semana servir¨¢n para avivar a¨²n m¨¢s el fuego. A pesar de ello, sorprende el tiento que emplean algunos de sus m¨¢s destacados miembros para preservar la estabilidad de Diego Valderas como coordinador general auque, eso s¨ª, al mismo tiempo se muestren partidarios de la apertura y la renovaci¨®n m¨¢s profunda.
Viejos juegos de equilibrios que no se sabe bien si esconden intenciones futuras de tirarse, de una vez por todas, a la piscina, en donde parece que hay algo de agua. Aqu¨ª, a diferencia de lo que ocurre en el Partido Popular, parecen optar, m¨¢s bien, por aquello de, cada cosa, a su tiempo.
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