Un buen jugador
Rectificar es de sabios, y aun cuando yo no me considere miembro de ese gremio, creo ¨²til expresar mi rectificaci¨®n de algo que ni siquiera llegu¨¦ a escribir. Me refiero al juicio parcialmente negativo que me mereci¨® en un primer momento la decisi¨®n del nuevo presidente en cuanto a la retirada de las tropas espa?olas de Irak. Aun encontr¨¢ndome plenamente de acuerdo sobre el fondo, esto es, la exigencia de cumplir cuanto antes el compromiso preelectoral de la retirada, pens¨¦ que hubiera sido mejor guardar las formas, con una propuesta del Consejo de Ministros del d¨ªa siguiente, en virtud de la cual los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa se trasladaran inmediatamente a Washington y a Nueva York con el fin de celebrar entrevistas al m¨¢s alto nivel en las Naciones Unidas y en el Departamento de Estado, ya que la labor informativa previa fue necesariamente informal al no estar constituido el Gobierno. Al regreso de ambos, con el diagn¨®stico conocido de antemano, retirada inmediata. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos ha venido a probar que tal vez en ese caso hubieran tenido lugar presiones que ahora est¨¢n fuera de lugar, y en cambio, dada la terrible situaci¨®n de los ocupantes en Irak, la Casa Blanca gana un valioso alfil para eventuales mediaciones en la zona. Y lo que es m¨¢s importante, disminuye el riesgo de bajas para una supuesta "misi¨®n humanitaria", en realidad ocupaci¨®n militar, que nunca debi¨® realizarse. El ¨²nico coste, inevitable en cualquiera de las dos opciones a la vista del estado de cosas actual, es el aprovechamiento del episodio por parte de la propaganda de Bin Laden al tratar de justificar las acciones criminales de Al Qaeda.
La aparente debilidad de Zapatero al abordar los grandes problemas se est¨¢ viendo compensada, en consecuencia, por una m¨¢s que notable capacidad para jugar sus bazas en momentos decisivos. Lo prob¨® en el congreso del PSOE de hace cuatro a?os, lo confirm¨® en plena campa?a electoral con la arriesgada declaraci¨®n de que s¨®lo gobernar¨ªa si el PSOE era el primer partido votado, objetivo de apariencia imposible entonces que llev¨® a concentrar votos de izquierda en torno al socialismo, y ha venido a corroborarlo, ofreciendo una saludable imagen de firmeza democr¨¢tica al adelantarse a decidir la salida de Irak. Dada la sucesi¨®n de momentos cr¨ªticos que le esperan a lo largo de la legislatura, es una cualidad m¨¢s que apreciable.
Tambi¨¦n ha de ser valorada positivamente la sensaci¨®n que logra transmitir el nuevo Gobierno en cuanto a la reanimaci¨®n de la vida democr¨¢tica, un tanto sofocada en los dos ¨²ltimos a?os por la deriva autoritaria del Gobierno de Aznar, sobre todo en las formas y en el control de los medios. El amplio consenso en que se apoya Zapatero tiene su correlato en una pluralidad de componentes, los cuales, seg¨²n las primeras impresiones, van a ser algo m¨¢s que convidados de piedra respecto del Gobierno monocolor. El fin del monopolio de la expresi¨®n en la televisi¨®n p¨²blica, la rectificaci¨®n r¨¢pida de las contrarreformas puestas en pr¨¢ctica por el anterior Ministerio de Educaci¨®n (con aberraciones tales como la ANECA o la f¨®rmula de pruebas de habilitaci¨®n), el giro europe¨ªsta de la pol¨ªtica exterior, son algunos de los signos que colocan al nuevo Gobierno bajo el signo de una ilusi¨®n nada imaginaria.
Los problemas, sin embargo, est¨¢n ah¨ª. El largo episodio iniciado con la operaci¨®n de Legan¨¦s nos recuerda que una inminente amenaza terrorista sigue existiendo -tal y como prob¨® el macabro incidente de la profanaci¨®n de la tumba del geo-, que todo lo sucedido desde el 11-M se debe a una mentalidad terrorista estrictamente vinculada al integrismo isl¨¢mico, y que no se trat¨® de un comando aislado sino de una acci¨®n preparada por un grupo de acci¨®n favorecido por la presencia de un notable apoyo social en medios afines a los terroristas en t¨¦rminos religiosos y de origen nacional. Frente a quienes presentan la predicaci¨®n wahhab¨ª como un elemento m¨¢s de una disneylandia de creyentes pac¨ªficos, cobra fuerza la denuncia realizada por la asociaci¨®n de trabajadores marroqu¨ªes, pidiendo ser liberados de esos intrusos sectarios. Est¨¢ todo por hacer, lo mismo que en el tema de la reforma constitucional.
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