Vicki, la jornalera que habla castellano
Vicki lo repite una y otra vez: "Quiero quedarme porque me encantan Huelva y los espa?oles". Y cuenta que, por eso, no quiere que aparezca su apellido publicado. Vicki podr¨ªa ser afortunada porque sabe hablar castellano perfectamente. "Estudi¨¦ espa?ol en el Instituto Cervantes de Bucarest [Ruman¨ªa]. Adem¨¢s, mi t¨ªa vive en Bolivia y estuve all¨ª hace 14 a?os". Desde hace semanas, ayuda a Jorge Garc¨ªa y Jos¨¦ Rodr¨ªguez, los dos representantes del SOC para la campa?a de la fresa, en sus visitas a las explotaciones. Es su traductora y fue la encargada de hacer de int¨¦rprete entre las jornaleras que fueron a la reuni¨®n de Mazag¨®n la semana pasada y los representantes sindicales.
Pero Vicky no se pudo reprimir. Fue imposible que se limitara a traducir de un idioma a otro. Aportaba sus experiencias porque ella tambi¨¦n trabaj¨® como jornalera y, tambi¨¦n, tuvo mala suerte con el empresario: "El patr¨®n nos pag¨® 3,5 euros a la hora en vez de 5. Estuvimos en huelga ocho compa?eras m¨¢s. Pero a m¨ª fue a la ¨²nica que echaron". Vicky cree que el empresario fue contra ella porque era la ¨²nica que conoc¨ªa el idioma.
En ese momento, Vicky pas¨® a formar parte de un limbo burocr¨¢tico. Hab¨ªa venido a Espa?a de forma regular, pero, de la noche a la ma?ana, se resquebraj¨® todo. "Quiero regularizar mi situaci¨®n lo antes posible", afirma Vicky.
Desde hace semanas, esta rumana, que pocas veces pierde la sonrisa, est¨¢ "interna en una casa". Pero sigue visitando fincas con los miembros del SOC. "A las jornaleras nos tratan muy mal, como a salvajes. Nos amenazan con devolvernos a Ruman¨ªa". Vicky cuenta que tienen "que tragar para pagar la deuda que tienen all¨ª". Ella pide lo mismo que el resto de las jornaleras que acudieron a la reuni¨®n en Mazag¨®n: "Una hoja con los derechos y los deberes en rumano para las trabajadoras" y "un traductor que se pase por las fincas una vez al mes".
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