Los ¨²ltimos legionarios llegan a Diwaniya
Viaje desde Kuwait a trav¨¦s de varios centenares de kil¨®metros con el ¨²ltimo contingente encargado del repliegue
Ocurre casi a diario desde hace tres semanas. Las andanadas de disparos de mortero contra la base espa?ola de Diwaniya se suceden cada noche. A la puesta del sol comienzan a escucharse los impactos de las granadas lanzadas por los insurgentes iraqu¨ªes, despu¨¦s de los avisos por los altavoces de que los ataques est¨¢n pr¨®ximos. No producen apenas da?os materiales, y menos a¨²n heridos o v¨ªctimas mortales.
Anteanoche, seg¨²n aseguraba un soldado, cayeron 24 proyectiles. Ayer, tambi¨¦n a partir de las 21.30 (dos horas menos en la Espa?a peninsular), se escuchaba con toda nitidez la ca¨ªda de las granadas de 60 y 82 mil¨ªmetros: tres en el interior de la base y 13 fuera. En Base Espa?a, donde ahora est¨¢ desplegado el Contingente de Apoyo al Repliegue Espa?ol y antes estuvieron las Brigadas Plus Ultra I y II, no ha perdido la vida ning¨²n militar por los ataques de los rebeldes, pero tampoco se puede bajar la guardia ni fiarse de la suerte.
"Para vivir estas cosas nos metemos en la Legi¨®n. Por eso y por el dinero"
"Est¨¢n disparando desde dos o tres kil¨®metros. No tienen m¨¢s alcance"
"Puede ser una granada de mortero o que un animal ha pisado una mina"
Tras la llegada a la base, ayer por la tarde, de 148 legionarios, que salieron el martes desde Almer¨ªa, ya hay en Diwaniya 1.200 militares. Son los ¨²ltimos de Irak. Dentro de pocas semanas deber¨¢n desandar los m¨¢s de 400 kil¨®metros que ayer recorrieron desde Kuwait hasta el coraz¨®n de Irak. Once horas a trav¨¦s del desierto en autobuses con ch¨®feres turcos s¨®lo alteradas por una explosi¨®n junto a la carretera, una granada de mortero o tal vez una mina.
La preocupaci¨®n de los mandos militares en Diwaniya ante los ataques con morteros es muy relativa. "No son gente instruida. Lo que sucede es que no tienen miedo", asegura un oficial. Adem¨¢s, la base est¨¢ en un antiguo acuartelamiento empleado para albergar veh¨ªculos blindados durante el r¨¦gimen de Sadam Husein (1979-2003). "Los edificios, construidos a comienzos de la d¨¦cada de los noventa, son de un hormig¨®n que soporta perfectamente estos ataques", dice un militar. "S¨®lo si est¨¢s en el exterior corres peligro de sufrir alg¨²n da?o. Pero dentro de los edificios el riesgo es nulo", a?ade otro.
"Est¨¢n tirando desde una distancia de dos o tres kil¨®metros. No tienen m¨¢s alcance", afirma un suboficial en la oficina de prensa de la base, mientras prepara una mesa con tortillas de patatas, queso manchego, guindillas y chorizo. Normalmente, las patrullas salen en busca de los atacantes una vez los han localizado. Pero no disparan desde la base porque tampoco desean causar bajas civiles.
M¨²qtada al S¨¢der, el cl¨¦rigo chi¨ª radical que el 4 de abril hizo un llamamiento a la sublevaci¨®n, inst¨® a sus leales -despu¨¦s de que se conociera la decisi¨®n del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de retirar las tropas espa?olas- a que no atacaran a los uniformados espa?oles. Pero, seg¨²n las tesis de mandos de la Legi¨®n, el l¨ªder chi¨ª no controla a todos sus fieles. Porque lo que es evidente es que cuando se han producido ataques con armas de fuego a las patrullas, los rebeldes saben a qui¨¦n atacan. "Los veh¨ªculos espa?oles llevan una bandera y llevan una inscripci¨®n en ¨¢rabe con el nombre de Espa?a. Por otra parte, son claramente diferentes a los empleados por otros ej¨¦rcitos".
Los sobresaltos fueron muy escasos durante ocho meses, desde que los soldados espa?oles se desplegaron en Irak en el verano del a?o pasado. Pero ahora no hay lugar en Irak libre de las arremetidas de los resistentes o de los extremistas que se suicidan con coches bomba, principalmente contra las sedes de la nueva polic¨ªa iraqu¨ª.
El env¨ªo a Irak de los militares a cargo del repliegue de las tropas espa?olas concluy¨® ayer por la tarde, cuando 148 legionarios llegaron a Diwaniya, 180 kil¨®metros al sur de Bagdad. Los militares aterrizaron en Kuwait en la noche del martes. Inmediatamente se desplazaron a Camp Virginia, un inmenso y polvoriento campamento estadounidense en el desierto, al norte del emirato. Desde all¨ª, nada m¨¢s despuntar el sol, partieron a bordo de autobuses con destino a la que ha sido la base principal en Irak desde que el Gobierno anterior decidiese la participaci¨®n espa?ola en la ocupaci¨®n del pa¨ªs.
A las seis de la ma?ana, hora kuwait¨ª (una hora m¨¢s que en la Espa?a peninsular), los legionarios, la inmensa mayor¨ªa de la X Bandera, con sede en Ronda (M¨¢laga), montaban en cinco autocares conducidos por ch¨®feres turcos con destino a la frontera de Irak, a unos 90 kil¨®metros. Mostraban una predisposici¨®n excelente. Lo estaban deseando.
"Para vivir estas cosas nos metemos en la Legi¨®n. Por eso, y por el dinero", afirmaba contundente un andaluz. Un soldado raso cobra casi 2.000 euros al mes, incluido el plus de peligrosidad. Algunos otros no escond¨ªan ¨¢nimos mucho m¨¢s belicosos. No les importar¨ªa en absoluto patrullar y entrar en combate. Para casi todos, es la primera vez que cumplen una misi¨®n en Irak.
Los militares, entre los que tambi¨¦n se encontraban algunas unidades de zapadores (ingenieros) y de apoyo log¨ªstico, sub¨ªan a los veh¨ªculos con su armamento a cuestas y portando chaleco antibalas y casco. Casi ninguno se lo quit¨® en las 11 horas de trayecto. La mayor¨ªa, bastante cansados, durmi¨® buena parte del viaje.
En Safwan, ya en la frontera, rondaban las 9.30 (una hora m¨¢s que en Kuwait). Aguardaban all¨ª centenares de camiones cisterna, de transporte de viviendas prefabricadas y del m¨¢s diverso material. Ser¨ªan compa?eros parte del viaje, que transcurri¨® durante unos 350 kil¨®metros por una amplia autopista en un estado muy aceptable. Salvo los camiones y los veh¨ªculos militares espa?oles, estadounidenses, polacos, ucranios u holandeses, el tr¨¢fico de coches particulares es inexistente. Algunos enormes camiones transportaban tambi¨¦n material militar de Corea del Sur. Lo que s¨ª se apreciaba a simple vista eran las medidas de seguridad que rodeaban el convoy, a cuyo frente rodaba un blindado mecanizado.
El viaje transcurr¨ªa sin incidente alguno, con un calor creciente que apenas pod¨ªa ser mitigado por el aire acondicionado de los vetustos autocares turcos. Hasta que, pocos minutos despu¨¦s del mediod¨ªa, un autocar y un cami¨®n cisterna taponaron la autopista. El blindado que encabezaba el convoy se adelant¨® un centenar de metros. Varios legionarios pusieron pie en tierra armas en ristre. Tambi¨¦n dentro del autocar, un par de legionarios montaron sus fusiles con lanzagranadas de fabricaci¨®n alemana y comenzaron a apuntar al exterior observando por su mirilla. Los dem¨¢s permanec¨ªan inmutables.
Hubo un estallido seco y una polvareda se elev¨® al cielo a unos 200 metros a la derecha de la autopista. "Puede ser una granada de mortero o que un animal ha pisado una mina". Muy pocos minutos despu¨¦s se reanud¨® la marcha. Y a las dos de la tarde, un sol abrasador acompa?¨® el almuerzo -raciones del Ej¨¦rcito envasadas en cajitas negras- de los soldados a pie de autocar.
Media hora despu¨¦s de comer, pasadas las tres de la tarde, el trayecto por la autopista, cortada por un gran mont¨®n de arena, llegaba a su fin. Y comenz¨® el viaje por una bacheada carretera a ritmo m¨¢s lento. A partir de este momento, por orden de uno de los mandos, el convoy evit¨® siempre que pudo que los coches de civiles iraqu¨ªes se incrustaran entre los veh¨ªculos espa?oles. El ritmo se redujo a¨²n m¨¢s.
No se produjeron m¨¢s incidentes, aunque al acercarse a Diwaniya, sobre todo en Hamsa, un pueblo donde se han registrado muchos altercados y donde fue atacado el pasado 22 de enero un guardia civil espa?ol, que muri¨® 13 d¨ªas despu¨¦s en Madrid, uno de los mandos reclam¨® especial atenci¨®n a sus hombres. El convoy atraves¨® a alta velocidad esta poblaci¨®n. Uno de los blindados bloque¨® el principal cruce de la ciudad con la carretera.
Los lugare?os miraban atentos el paso del convoy, pero no ten¨ªan semblante de estar dando bienvenida alguna. El sur de Irak, que permaneci¨® en calma durante los meses siguientes a la ocupaci¨®n del pa¨ªs, en marzo de 2003, vive momentos de enorme agitaci¨®n, especialmente por los llamamientos a la rebeli¨®n del cl¨¦rigo chi¨ª M¨²qtada al S¨¢der, el l¨ªder religioso m¨¢s radical del pa¨ªs. Los enfrentamientos m¨¢s violentos se han producido al norte de Diwaniya, en las ciudades santas de Kerbala y Nayaf, donde estaba desplazado hasta hace pocos d¨ªas un destacamento espa?ol.
A partir de ese instante, el convoy estuvo acompa?ado por el cercano, muy cercano sobrevuelo de helic¨®pteros espa?oles que despegaron de la base de Diwaniya para proteger los veh¨ªculos. Se pod¨ªan observar las armas que asomaban desde las aeronaves.
A las cinco de la tarde comenzaron a verse los altos dep¨®sitos de agua, ya en desuso, que rodean la base de Diwaniya, una antigua base de una divisi¨®n de blindados del Ej¨¦rcito iraqu¨ª. Minutos despu¨¦s, los 148 legionarios formaban ante el general Jos¨¦ Manuel Mu?oz, que les dio, como es habitual, la bienvenida. Se sumaron as¨ª a los 1.000 soldados que ya estaban en las instalaciones, en unas condiciones "excelentes para los par¨¢metros del pa¨ªs", seg¨²n un oficial. Salvo el continuo ataque de los mosquitos y las andanadas de disparos de mortero que se suceden cada noche. Y as¨ª, hasta que se complete el desmantelamiento.
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