Terapias equivocadas
Los diagn¨®sticos err¨®neos conducen a terapias equivocadas y ¨¦stas a consecuencias funestas para el paciente. Para evitar el error, los m¨¦dicos recurrimos a nuestros conocimientos, a escuchar al paciente y tras la exploraci¨®n emitimos nuestro juicio. La atenci¨®n primaria madrile?a est¨¢ siendo diagnosticada y tratada a distancia (debe ser telemedicina) por personas ajenas a la misma, lo que deber¨ªa ser considerado intrusismo de no ser pol¨ªticos los que lo llevan a cabo. Los m¨¦dicos de familia no vemos el 35% de las urgencias de la Comunidad, sino probablemente el 90%, pero se denominan "sin cita" o m¨¢s finamente "no demorables", ya que todo paciente tiene derecho a ser visto en el d¨ªa en su centro de salud. No rechazamos la asistencia en domicilio ni en consulta, sino que exigimos medios humanos y materiales suficientes; por ejemplo, los famosos "10 minutos por paciente" y cupos adecuados para poder trabajar dignamente. Nuestra atenci¨®n al paciente es integral, y crear plazas espec¨ªficas de urgencia en los centros de salud es caro e ineficiente, pues divide los recursos y difumina las responsabilidades.
Lo m¨¢s grave es que no resuelve el problema del hospital, pues el paciente (que alguien le pregunte) acude buscando el acceso a pruebas diagn¨®sticas de alto nivel, no la radiograf¨ªa o la anal¨ªtica que ya le hemos hecho, sino el esc¨¢ner, la resonancia, la ecograf¨ªa o la endoscopia que le ha solicitado el especialista, al cual hemos remitido porque como m¨¦dicos de segunda se nos niega el acceso a dichas pruebas. Sumando las demoras de ambas citas, las tan cacareadas listas de espera quir¨²rgicas son s¨®lo la punta del iceberg del retraso en la soluci¨®n de un problema de salud.
Luego, si el problema est¨¢ en atenci¨®n especializada, ?por qu¨¦ se nos culpa siempre a atenci¨®n primaria y a los servicios de urgencias? ?Ser¨¢ por ignorancia? En cualquier caso, el tratamiento a base de "megaservicio de urgencias por bautizar" aportar¨¢ dolor al paciente, dejando indemnes sus zonas da?adas y sus viejos vicios.
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