Uno de Mayo
A los 52 a?os de su edad, Blas de Otero advert¨ªa que los caramelos eran de m¨¢s vivos colores y las banderas, en cambio, m¨¢s deste?idas. No s¨¦ si las banderas de los sindicatos estar¨¢n m¨¢s o menos deste?idas este d¨ªa primero de mayo del a?o 2004, primero de la segunda era socialista. A saber.
Lo que parece claro es que, despu¨¦s de todo, despu¨¦s de la pasada por el turmix neoliberal de estos ¨²ltimos lustros (no digo a?os), alguien deber¨ªa ir pensando en pasar por el tinte con las viejas banderas y ponerlas al d¨ªa, devolverles el apresto perdido y el color y el vigor necesarios, porque son necesarias para nuestra salud social como el yoga diario de Rodrigo Rato para el metabolismo del FMI. Don Rodrigo hace yoga y medita con Ramiro Calle mientras los empleados temporales y los subcontratados, los currinches a tiempo parcial y las mujeres y hombres invisibles que trabajan sin un s¨®lo papel (encerrados dentro de alg¨²n par¨¦ntesis fenomenol¨®gico, con el culo en el aire) ejercen sus oficios en talleres, garitos y despachos improbables.
Carlos Trevilla, representante de UGT en el CES vasco, explicaba ce por be la cuesti¨®n en estas mismas p¨¢ginas, esta misma semana, en un art¨ªculo sin desperdicio. Hemos contado, dec¨ªa, con un periodo econ¨®mico irrepetiblemente favorable, y sin embargo estamos asistiendo a un proceso continuo de precarizaci¨®n. La poblaci¨®n activa en situaci¨®n irregular es ampliamente mayoritaria. El empleo es precario, discontinuo, impreciso, informal... La brasile?izaci¨®n est¨¢ servida. Tambi¨¦n entre nosotros, en el pa¨ªs de los vascos, en donde la formalidad, seg¨²n nuestros mayores, era una ley y la palabra dada val¨ªa tanto como unas escrituras notariales, el empleo indecente es habitual, incluso (y sobre todo) dentro de las administraciones p¨²blicas, en cuyo ¨¢mbito se sobrepasa la tasa de asalariados temporales del sector privado, que tampoco es manca (un 28,1 %).
Espa?a es el primer pa¨ªs de la UE en el que la oportunidad de salir del paro es un empleo temporal y en donde un trabajador temporal puede continuar si¨¦ndolo despu¨¦s de cinco a?os. Pan para hoy, por tanto, y hambre para ma?ana. Claro que, como escrib¨ªa Trevilla, "con las cosas de comer no se juega. Un empleo decente es la fuente fundamental de derechos c¨ªvicos". Y cada d¨ªa hay menos empleos decentes. El 38% de las mujeres que trabajan en el pa¨ªs Vasco, seg¨²n un informe sobre la situaci¨®n del empleo elaborado por CC OO de Euskadi, tiene un contrato temporal. Se incrementan los contratos de duraci¨®n m¨¢s corta y se favorece la rotaci¨®n. As¨ª est¨¢ el patio mientras Rodrigo Rato prepara su mochila para ascender a las cumbres nevadas del FMI con un peque?o sueldo de medio mill¨®n de d¨®lares anuales. La desregulaci¨®n triunfa en las pasarelas. Tambi¨¦n el yoga de Ramiro Calle, porque el yoga va bien, igual que Espa?a, lo mismo que esos libros de Paulho Coellho que encabezan las listas de best sellers y que, seguramente, no lee Rodrigo Rato.
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