Vida
John H. Orem, capit¨¢n estadounidense de Rota, ha dicho que su pa¨ªs reducir¨¢ la presencia en la base para favorecer dr¨¢sticamente su eficacia, y ha provocado una l¨®gica preocupaci¨®n en los trabajadores espa?oles. ?Van a quedarse sin empleo? La revelaci¨®n de Orem coincide con la XIX Marcha contra la base, que hoy, domingo, en Rota, saldr¨¢ al mediod¨ªa de la explanada del cementerio. La vida es compleja. El secretario del comit¨¦ laboral de la base, Rafael Chac¨®n, se siente indignado por el anuncio del capit¨¢n Orem. Entiende que la Marina americana quiere reducir gastos, juicio que, en pleno delirio belicista y conquistador del presidente Bush, parece parad¨®jico. El indeseable empeque?ecimiento de Rota ser¨ªa, seg¨²n Chac¨®n, "un efecto colateral de la asquerosa guerra de Irak".
?Es un castigo a Espa?a por su retirada de la conquista de Oriente? Si es as¨ª, significar¨ªa que los Estados Unidos de Am¨¦rica ven realmente sus bases como un regalo a Europa. Puesto que ahora el continente madre no se porta bien, EE UU le retira parte de la ocupaci¨®n, ben¨¦fica para los ocupados. La vieja actividad militar de EE UU en Europa se basaba en el despliegue disuasorio frente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y las bases en Espa?a participaban pac¨ªficamente en la defensa del mundo libre contra el comunismo (otra paradoja: el mundo libre de Espa?a era la dictadura de Franco). Profundamente militares desde la II Guerra Mundial, los Estados Unidos de Am¨¦rica necesitan vivir frente a un gran enemigo ideol¨®gico: el comunismo, el islamismo radical.
Superada por fin la barrera sovi¨¦tica, los americanos se han lanzado a la conquista y dominio absoluto de los territorios que quedaban al oriente del Oriente rojo. Las ideas son lo de menos, pero prefieren presentarse ante el mundo como idealistas, paladines medievales y evang¨¦licos. Cuando le preguntaron a Bush cu¨¢l es su fil¨®sofo favorito, dio inmediatamente un nombre: Jesucristo. "El que no est¨¢ conmigo, est¨¢ contra m¨ª, y el que no recoge conmigo, desperdicia", dice el Nuevo Testamento (Mateo, 12, 30). La nueva pol¨ªtica americana, la de Bush, no le gusta nada al secretario del comit¨¦ laboral de la base de Rota, y el problema es que los espa?oles de Rota tienen base naval, pero no tienen voto en las elecciones americanas.
Otro asunto contradictorio: el humo sonriente del hach¨ªs, sustancia que propicia la conversaci¨®n y ayuda a olvidar c¨®mo pasan las horas. Hace dos d¨ªas la polic¨ªa requis¨® m¨¢s de siete toneladas de hach¨ªs en Chipiona, Estepona, Marbella y El Ejido, y detuvo a traficantes franceses, colombianos, espa?oles y marroqu¨ªes. Uno lee esto en el peri¨®dico y recuerda que el pac¨ªfico e inofensivo hach¨ªs paga operaciones como los asesinatos del 11 de marzo, y que hasta el mismo d¨ªa del crimen algunos de los asesinos atendieron su negocio de hierba, hampones y confidentes. Si la harina de trigo o el az¨²car estuvieran fuera de la ley, harina y az¨²car ser¨ªan las sustancias que financiar¨ªan el crimen internacional. Pero el caso es que el hach¨ªs se ha transformado de repente en una cosa desagradable e infumable.
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