El Calder¨®n se queda mudo

El Atl¨¦tico se descuelga de Europa. "Me juego lo que sea a que entraremos en la UEFA", profetiz¨® su t¨¦cnico, Gregorio Manzano, hace dos semanas. Ayer, despu¨¦s de recibir dos goles en el tiempo de descuento, el preparador jienense ya no estaba tan seguro: "Es una pena que el trabajo de 37 semanas se vaya al traste el dos minutos". Y analizando el juego del equipo rojiblanco nada invita al optimismo. El Zaragoza meti¨® dos goles en el descuento, desorbit¨® la mirada de los at¨®nitos seguidores rojiblancos y provoc¨® la en¨¦sima decepci¨®n en el Calder¨®n en un encuentro "con carga emotiva".

El Atl¨¦tico salt¨® al campo con dos mediocentros. Con dos pivotes con nombre propio: De los Santos y Simeone. In¨¦dito t¨¢ndem en Liga en el Calder¨®n. Los dos se caracterizan por camuflarse de centrocampistas cuando en realidad son defensas. Simeone, al menos, alg¨²n d¨ªa supo hacer correr la pelota en la direcci¨®n adecuada. De los Santos, no. Entre los dos edificaron un centro del campo con los cimientos de plomo. incapaces de mover el bal¨®n. Imposible encontrar alguna soluci¨®n. Su calamitosa actuaci¨®n le record¨® al Calder¨®n que entre las filas del rival figuraba un mediocentro que s¨ª conoce su oficio y que pertenece a la n¨®mina del Atl¨¦tico, Movilla, y le dedicaron varios gritos de apoyo, adem¨¢s de una pancarta que rezaba: "Esta es tu casa".

El Zaragoza, a lo suyo. Lo suyo era no hacer pr¨¢cticamente nada y dejar que el Atl¨¦tico se cociese en su propia miseria creativa. Los rojiblancos lanzaron una vez a puerta en ese periodo. El Zaragoza, tres. Torres ten¨ªa que bajar al medio para recoger el bal¨®n, mirar al frente, no ver a nadie y empezar una de sus carreras sin futuro. Muy lejos de la porter¨ªa, el Ni?o se desesper¨® m¨¢s por la falta de acompa?amiento de los suyos que de las patadas, frecuentes, que recibi¨®.

En el segundo tiempo a alguien se le ocurri¨® que en el banquillo aguardaba Gabi. Al chico nadie le quiere "quemar". Al parecer, por eso no juega. Al parecer, por eso se le sugiere que no juegue. Y, al parecer, es una mala idea. Porque Gabi salt¨® al campo y el Atl¨¦tico mejor¨® mucho. El canterano entiende el juego. Le cost¨® hacer correr la pelota por la pasividad de todos sus compa?eros y se encontr¨® demasiadas veces con un panorama est¨¢tico que le obligaba a retener la pelota. A pesar de eso, el f¨²tbol, poco a poco, como a trav¨¦s de un desag¨¹e casi atrancado, empez¨® a fluir. Tambi¨¦n contribuy¨® Nikolaidis. Limitado como es, al menos el griego se mueve.Se ofrece y pelea, pasea por el ¨¢rea por si cae algo y corre acompa?ando a la jugada, aunque las m¨¢s de las veces las carreras s¨®lo le sirvan para perder el resuello y mantener la forma f¨ªsica.

El Zaragoza, que ya en el primer periodo se hab¨ªa dedicado a poner en pr¨¢ctica la ley del m¨ªnimo esfuerzo, desapareci¨® en la reanudaci¨®n. El Atl¨¦tico, con todos sus problemas, sus tosquedades, su avanzar a trompicones, se hab¨ªa apropiado del partido y, de paso, del marcador. Una buena jugada de Nikolaidis, de esa suyas de no dar por perdido el bal¨®n en el ¨¢rea, la hab¨ªa culminado Nano adelant¨¢ndose en el rechace a Valbuena.

Fernando Torres se march¨®, cuando quedaban dos minutos para el final, sustituido por el desconocido Olivera, apodado el pollito, un uruguayo que lleg¨® en diciembre para reforzar la candidatura atl¨¦tica a contratar a Lequi, cedido por el representante Paco Casal. Olivera se intern¨® por la izquierda, muy cerca de la l¨ªnea de fondo del Zaragoza, y ah¨ª comenz¨® el principio del fin para el Atl¨¦tico. El uruguayo fue cazado en falta por Cuartero, que vio la roja por su acci¨®n. La falta la bot¨® mal Nano. El equipo perdi¨® el sitio. hizo una falta en la frontal. Tres jugadores del Zaragoza le ganaron la espalda a la defensa y Toledo marc¨® el empate. El Atl¨¦tico sac¨® de centro. Perdi¨® el bal¨®n y el equipo aragon¨¦s, tras un contraataque dej¨® mudo el Calder¨®n. Con los ojos muy abiertos y la UEFA a expensas del Villarreal.