La visita del rencor
De nada vali¨® la necia estrategia obstruccionista puesta en pr¨¢ctica por el portavoz del PP con el fin de impedir que el Congreso se pronunciase el pasado 27 de abril sobre la participaci¨®n militar espa?ola en Irak; sorteadas las pejigueras reglamentarias interpuestas maliciosamente por Eduardo Zaplana para boicotear esa votaci¨®n, la C¨¢mara aprob¨® por amplia mayor¨ªa el pasado jueves, 13 de mayo -s¨®lo se manifest¨® en contra el grupo parlamentario popular-, una proposici¨®n no de ley para respaldar "la decisi¨®n del presidente del Gobierno de hacer regresar a Espa?a a las tropas en el menor tiempo y con la mayor seguridad posibles". El aplazamiento se volvi¨® en contra de sus promotores: durante las dos semanas transcurridas entre ambos plenos, las ignominiosas torturas infligidas por soldados estadounidenses en la c¨¢rcel de Abu Ghraib a presos iraqu¨ªes han adquirido carta de naturaleza oficial.
En efecto, las denuncias hechas en su d¨ªa por Cruz Roja y otras organizaciones no estatales han sido confirmadas con un espeluznante material gr¨¢fico y han quedado corroboradas con el testimonio prestado ante el Comit¨¦ de las Fuerzas Armadas del Senado por el general de divisi¨®n Antonio M. Taguba, responsable de la investigaci¨®n sobre la 800? Brigada de la polic¨ªa militar responsable de esos inhumanos malos tratos a los presos (EL PA?S public¨® el 12-5-2004 un extracto del documento). Aunque la asunci¨®n meramente ret¨®rica de las responsabilidades pol¨ªticas de esas atroces pr¨¢cticas llevada a cabo por el secretario de Defensa -Rumsfeld ser¨ªa luego confirmado en su cargo, sin embargo, por Bush- haya tratado de zanjar el esc¨¢ndalo, parece improbable que la indignaci¨®n moral de la sociedad norteamericana quede satisfecha con ese c¨ªnico gesto. Las investigaciones en curso sobre la generalizaci¨®n de la tortura en Irak y Afganist¨¢n, as¨ª como las demandas interpuestas ante la Corte Suprema contra el limbo concentracionario alegal de Guant¨¢namo, mantendr¨¢n en vilo a la opini¨®n p¨²blica de EE UU y del mundo entero.
Pero la ocupaci¨®n de Irak -ya sin tropas espa?olas gracias a la decisi¨®n del Gobierno de Zapatero- no es condenable s¨®lo por esas inhumanas pr¨¢cticas; cada vez es m¨¢s evidente que el belicismo aventurero del tr¨ªo de las Azores, lejos de hacer m¨¢s seguro el mundo como afirman sus apologistas, ha enconado el desaf¨ªo terrorista. Alto funcionario con las Administraciones de Nixon, Reagan y Bush padre y coordinador desde 1988 hasta marzo de 2003 -con despacho en la Casa Blanca- del Grupo de Seguridad, Protecci¨®n de lnfraestructuras y Contraterrorismo, el experto estadounidense Richard A. Clarke narra en un libro de lectura imprescindible (Contra todos los enemigos, Taurus, 2004) la cadena de negligencias, errores e imprevisiones que hicieron posible el 11-S. El primer secretario del Tesoro de Bush, Paul O'Neill, ya hab¨ªa relatado (Ron Suskind, El precio de la lealtad, Pen¨ªnsula, 2004) la obsesi¨®n de Bush por implicar a todo trance en el atentado al r¨¦gimen de Sadam Husein, pese a la completa inexistencia de indicios. Adem¨¢s de confirmar ese extremo, el antiguo zar antiterrorista mantiene que la guerra de Irak no ha hecho sino fortalecer el movimiento fundamentalista radical: "Ninguna otra cosa que hubiera podido hacer Estados Unidos habr¨ªa proporcionado a Al Qaeda y su nueva generaci¨®n de grupos cl¨®nicos un reclutamiento mejor que nuestra invasi¨®n no provocada de un pa¨ªs ¨¢rabe rico en petr¨®leo" (pag. 306). De a?adidura, la Administraci¨®n de Bush ha utilizado el terrorismo "para asegurarse victorias electorales".
Entre tanto, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar visit¨® Washington -como un boxeador groggy- para rendir tributo feudal a Bush y a Rumsfeld, ratificando de paso su condena del Gobierno espa?ol por haber retirado las tropas de Irak. Y el cabeza de lista del PP al Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, ha tenido la desdichada ocurrencia de amenazar a los socialistas con sacar a pasear el fantasma de los GAL si contin¨²an criticando las torturas en Abu Ghraib. ?Cree de verdad el ex ministro del Interior de Aznar que los votantes y militantes del PSOE bendijeron la guerra sucia contra ETA y que se puede ahora comprar su silencio sobre Irak mediante el chantaje de recordarles los trapos sucios del primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.