EE UU mira hacia Irak en el homenaje a sus muertos en la II Guerra Mundial
Bush compara ante 200.000 personas la batalla contra el nazismo a la lucha contra el terrorismo
George W. Bush inaugur¨® ayer el monumento que recuerda a los norteamericanos ca¨ªdos en la II Guerra Mundial y rindi¨® "un homenaje a la generaci¨®n que combati¨® en aquella guerra y a los 400.000 estadounidenses que dieron sus vidas". En el coraz¨®n de Washington, en la explanada que se extiende entre el Capitolio y el monumento a Lincoln, y a la sombra del monolito que recuerda al primer presidente, George Washington, m¨¢s de 200.000 personas -muchos, veteranos de la guerra- asistieron a la ceremonia. El presidente equipar¨® la lucha contra el terrorismo a la guerra contra el nazismo.
El presidente, en una campa?a electoral mucho m¨¢s apurada de lo que cre¨ªa, dijo que gracias a los sacrificios de hace 60 a?os "cayeron los tiranos, el fascismo y el nazismo fueron derrotados y gan¨® la libertad". "Hoy, la libertad se enfrenta con nuevos enemigos, y una nueva generaci¨®n de americanos ha dado un paso al frente para derrotarles", dijo Bush, que habl¨® de los atentados del 11-S y de las guerras en Afganist¨¢n e Irak.
Para contrarrestar la cat¨¢strofe de las im¨¢genes de torturas en la c¨¢rcel de Abu Ghraib, el presidente alab¨® "la decencia y el valor" de los soldados "en Kabul y Kandahar, en Mosul y Bagdad", y dijo que gracias a ellos "Am¨¦rica es hoy m¨¢s segura, dos reg¨ªmenes de terror han desaparecido para siempre y m¨¢s de 50 millones de almas viven en libertad". Bush prometi¨® continuar la misi¨®n "hasta la victoria" y asegur¨® tener "una estrategia para derrotar a nuestro enemigo terrorista y un plan para establecer una libertad duradera en Irak".
John Kerry tambi¨¦n habl¨® de los veteranos "que derrotaron a la tiran¨ªa y arriesgaron sus vidas por el futuro y la esperanza". Su pasado en Vietnam, en contraste con la c¨®moda e incompleta mili de Bush, es un baza electoral importante. Kerry tampoco desaprovech¨® la ocasi¨®n para hablar de la actualidad -"ha llegado el momento de responder a la llamada de la grandeza y dirigir el mundo, de dejar de lado el orgullo y la tozudez"- y critic¨® el da?o hecho por la pol¨ªtica del Gobierno a las relaciones con otros pa¨ªses: "Desde las guerras mundiales y en la guerra fr¨ªa, alianzas dirigidas por EE UU han sido la fuerza motriz de la supervivencia de la libertad. Tenemos que reconstruir las alianzas que han quedado pulverizadas, porque una Am¨¦rica respetada en el mundo ser¨¢ una Am¨¦rica m¨¢s fuerte en el mundo y m¨¢s segura aqu¨ª".
Entre grandes medidas de seguridad, las celebraciones de ayer arrancaron con un servicio religioso en la catedral de Washington y se concentraron en la inauguraci¨®n del monumento, un gran c¨ªrculo rodeado de 56 pilares de granito y coronas de laurel de bronce que recuerdan los 56 Estados y territorios de EE UU durante la II Guerra Mundial. Junto al presidente estuvieron en el estrado su padre -veterano de guerra, que habl¨® en la catedral-, el ex presidente Bill Clinton y el senador Bob Dole, tambi¨¦n veterano y gran impulsor del monumento. Entre los que intervinieron en el acto se encontraban el actor Tom Hanks, portavoz de la campa?a nacional de recogida de fondos para la construcci¨®n del monumento (174 millones de d¨®lares), y el periodista de la NBC Tom Brokaw. John Kerry formaba parte de la delegaci¨®n del Congreso presente en la tribuna.
Mil veteranos mueren al d¨ªa
La pasi¨®n estadounidense por la estad¨ªstica alcanza tambi¨¦n a los que lucharon en la II Guerra Mundial. De aquellos 16,4 millones de norteamericanos que participaron en el esfuerzo b¨¦lico quedan vivos menos de cinco millones: los m¨¢s j¨®venes tienen 76 a?os, pero la gran mayor¨ªa tiene m¨¢s de 80.
Y seg¨²n el Departamento de Veteranos, 1.056 mueren cada d¨ªa. Para atender a las decenas de miles de personas mayores que acudieron ayer a la inauguraci¨®n del monumento se tomaron medidas especiales. Adem¨¢s de los despliegues habituales en las grandes concentraciones, hab¨ªa nueve puestos de auxilios m¨¦dicos, ambulancias, personal sanitario patrullando en bicicleta, un equipo de polic¨ªas especializados en personas perdidas y otro de psic¨®logos atentos a los excesos emocionales.
En el metro -medio recomendado para la mayor¨ªa de los 200.000 asistentes al acto- hubo equipos especiales para arreglar ascensores o escaleras mec¨¢nicas en caso de aver¨ªa.
Los organizadores alistaron adem¨¢s a 1.200 voluntarios para ayudar en cualquier imprevisto, instalaron un n¨²mero r¨¦cord de sillas -117.000- y garantizaron el reparto de 400.000 botellas de agua.
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