Distinto pero lo mismo
Todos los minutos cuentan, todas las canastas valen lo mismo, pero el dominio de las artes finales supone una cualidad de incalculable valor. Analizando los dos partidos, en lo ¨²nico que el Bar?a ha sido claramente superior a Estudiantes ha sido en el manejo de las ¨²ltimas jugadas. Ya ocurri¨® en s¨¢bado, cuando los colegiales tomaron una decisi¨®n demasiado arriesgada al cometer personal a Navarro, todav¨ªa en su propia cancha y a falta de ¨²nicamente seis segundos. Ayer los fallos vinieron primero de la mano de Paterson que se fue qui¨¦n sabe donde en vez de lanzar, y luego por un pase indefinido a Brewer en una esquina que se larg¨® por la l¨ªnea de fondo y supuso el desafortunado final a una vibrante remontada que de haberse concretado hubiese entrado con toda justicia en los anales de esta Liga.
En el otro bando y en parecida tesitura, el Bar?a no ha cometido casi errores, sobre todo en la l¨ªnea de tiros libres, flotador que le mantuvo a salvo hasta extremos no vistos hasta ahora (en el ¨²ltimo cuarto, una ¨²nica canasta en juego). Dos, tres jugadas en un total de cientos, pero detalles que convierten a los equipos en campeones y en las que Estudiantes todav¨ªa queda lejos de sus actuales rivales.
El segundo partido invirti¨® todo lo visto en el primero. Normalmente es el equipo perdedor el que est¨¢ obligado a realizar los ajustes pertinentes, pero en esta ocasi¨®n, y como si un resultado tan igualado como el producido el fin de semana lo hubiese tomado el Bar?a como una derrota, fueron los azulgranas los que salieron con la lecci¨®n bien aprendida. Se acab¨® eso de recibir una treintena de puntos en un cuarto o de ver c¨®mo les acribillaban corriendo. Apuntal¨® en el inicio su defensa al m¨¢ximo y no se conform¨® con eso s¨®lo, sino que aprovech¨® su presi¨®n para dotar a continuaci¨®n a su juego de una velocidad desconocida, hasta el punto de llegar a plantear un pregunta que s¨®lo Pesic podr¨ªa contestar. Si tienes un base como Ilievski al que le encantan las altas revoluciones, un alero como Navarro, del que no hace falta comentar c¨®mo se mueve en esos veloces escenarios o un pivot como Fucka, cuyo f¨ªsico y posici¨®n le posibilitan a correr la cancha de arriba como un alero con las posibilidades que abre esta circunstancia, cual es la raz¨®n para que el Barcelona rehuya ese estilo y abogue y defienda otro mucho menos generoso con el espect¨¢culo.
En el tercer cuarto, los de Pesic rozaron la perfecci¨®n con una combinaci¨®n de belleza, rapidez y eficacia que dej¨® a Estudiantes anonadado. Cualquier otro equipo hubiese tirado la toalla. La situaci¨®n del marcador con diecis¨¦is puntos de desventaja, el recuerdo de la oportunidad perdida en el primer partido y el cansancio acumulado por las anteriores eliminatorias hac¨ªan entendible una bajada de brazos. Pero este Estudiantes no es de esos equipos, al menos ahora. Soport¨® la paliza f¨ªsica y sicol¨®gica y en cuanto le entraron un par de lanzamientos resucit¨® de entre los muertos. Tirando con lo que ten¨ªa, con Felipe Reyes cabreado con el mundo y Loncar con los ¨¢rbitros -es lo que pasa con ciertas declaraciones, al final creas estado de opini¨®n en tu propia gente, que le hace caer en el victimismo, primer paso para perder la concentraci¨®n- el partido dio uno de esos giros que convierten en grandes las buenas historias.
Dos partidos. Dos mundos. Caminos diametralmente opuestos. El mismo resultado. La final de la iga se ha decantado casi definitivamente hacia el bando azulgrana. El casi, el que no nos vayamos ya de vacaciones, se lo ha ganado el Estudiantes.
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