Las dos Espa?as de S¨¢ez
El equipo del primer tiempo result¨® rocoso y previsible, mientras que el del segundo tuvo liderazgo; ser¨ªa necesario mezclar los dos para el asalto definitivo a un gran t¨ªtulo
Hay dos Espa?as en la selecci¨®n, y quedaron definidas en el primer encuentro. Hay algo de fascinante en un equipo que reproduce perfectamente el debate sobre el estilo en el f¨²tbol espa?ol. Quiz¨¢ por primera vez, la selecci¨®n dispone de un arco completo de jugadores. Falta poder¨ªo en la l¨ªnea defensiva, algo extra?o en un pa¨ªs que ha producido a gente como Goikoetxea, Maceda o Fernando Hierro, pero nunca la selecci¨®n ha dispuesto de m¨¢s alternativas. El c¨ªrculo se ha cerrado con la llegada de Fernando Torres, la consagraci¨®n de Vicente y la particular referencia de Xabi Alonso, jugador que remite a un tipo de medio centro que habita casi exclusivamente en Espa?a. Alonso es la decantaci¨®n de las ideas de Cruyff a trav¨¦s del magisterio de Guardiola. Por lo tanto, define un estilo, muy contestado por otros sectores del f¨²tbol. Torres no es un caso de estilo: es un don de la naturaleza del que se ha visto privada la selecci¨®n durante d¨¦cadas. A Espa?a siempre le ha faltado tranco y velocidad. Ahora tiene ambas cosas con Torres. Vicente es indiscutible por demasiadas razones, la ¨²ltima de las cuales es definitiva. Ya se dijo: al mundo le conviene democracia y un extremo izquierda. Ellos, jugadores j¨®venes, consistentes, probados, vienen a reforzar el ¨¢rea po¨¦tica que ha defendido Valer¨®n con su exquisita melancol¨ªa. Porque lo dem¨¢s no ha perecido. Espa?a mantiene en sus filas un alto n¨²mero de jugadores de combate, m¨¢s llamados a cumplir papeles secundarios que a protagonizar los grandes torneos. Son futbolistas imprescindibles, necesarios por su experiencia, por su capacidad competitiva, por su dedicaci¨®n a las importantes peque?as cosas del juego. No son, sin embargo, cabecera de cartel, ni garant¨ªa de ¨¦xito. A este tipo de jugador le falta vuelo. Y Espa?a ha fracasado por muchas razones en la Copa del Mundo o en la Eurocopa, pero una fundamental ha sido la falta de futbolistas de gran rango. Los que marcan la diferencia, en definitiva.
Espa?a tiene ahora jugadores homologables con cualquiera de las grandes potencias europeas del f¨²tbol. Es una l¨¢stima la escasez de defensores notables y las dificultades que atraviesa Ra¨²l para encontrar su mejor nivel, justo cuando est¨¢ mejor rodeado que nunca. Si hay un problema es de definici¨®n: qu¨¦ l¨ªnea debe predominar en el equipo. De salida, S¨¢ez prefiri¨® la l¨ªnea dura. Probablemente lo hizo por respetar las jerarqu¨ªas y para aprovechar la experiencia en un partido de alto contenido nervioso. El equipo no le decepcion¨® en la primera parte. Fue fiel a s¨ª mismo: protagoniz¨® el juego, funcion¨® con intensidad, no se descosi¨®, trabaj¨® al adversario. Pero ese equipo tiene un techo. Asegura lo m¨¢s parecido, pero la gloria le queda lejos. Es una selecci¨®n rasante, con la excepci¨®n del fenomenal Vicente. La historia dice que la fiabilidad gana menos torneos que la capacidad para marcar diferencias. Algo de eso ocurri¨® en el partido frente a Rusia, donde se sembr¨® una duda: ?ser¨¢ posible mezclar con alguna naturalidad a las dos Espa?as, la rocosa y previsible del primer tiempo con el liderazgo futbol¨ªstico de la que apunt¨® maneras en el segundo? M¨¢s que posible, ser¨ªa necesario para lanzar el asalto definitivo a un gran t¨ªtulo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.