Historia de un trasvase
Hace unos a?os se present¨® en el Ayuntamiento de Nerja un proyecto para regular el acu¨ªfero del r¨ªo de la Miel y aumentar los regad¨ªos en su cuenca. Los antiguos regantes, en asamblea, se negaron a dicho proyecto a pesar de unas condiciones financieras muy ventajosas. El agua era suya y no se tocaba. Un manantial c¨¢rstico de caudal muy variable.
Unos a?os despu¨¦s se proyecta el trasvase desde un azud cercano a la desembocadura del r¨ªo de la Miel a Almu?¨¦car y se moviliza el pueblo con su alcalde a la cabeza en contra del trasvase.
El agua era suya, ellos ten¨ªan l¨ªnea directa con el cielo y el r¨ªo, adem¨¢s, llevaba el agua al mar por el t¨¦rmino municipal de Nerja a unos cuantos kil¨®metros del l¨ªmite.
Era muy bello ver a las cabras beber agua dentro del mar cuando andaban por la playa. Mientras, en Almu?¨¦car, el agua de la red era salobre.
Conoc¨ª lo f¨¢cil que es movilizar a un pueblo por algo que consideran suyo y lo dif¨ªcil de oponerse a una mayor¨ªa; algunos parec¨ªan negar mi ciudadan¨ªa.
Hoy, en Almu?¨¦car se puede beber agua.
Es dif¨ªcil entender el todo o la nada. O s¨®lo se pueden aumentar los recursos con trasvases o mediante plantas potabilizadoras.
En un problema de tal envergadura, me asusta su simpleza. Si unos dicen blanco los otros tenemos que decir negro.
?Qu¨¦ ma?o se atrever¨¢ a decir que se puede ceder una parte del agua? Y que se utilicen todas las potabilizadoras en las zonas costeras donde sea posible. Por cierto, empezando por las ya montadas que no se utilizan. Sin negar el aprovechamiento de aguas depuradas, la explotaci¨®n de acu¨ªferos subterr¨¢neos y todos los recursos de ahorro de agua en una cultura donde el agua ha sido siempre un tesoro y el ver un grifo abierto nos parece un crimen.
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