Nace una estrella
Inglaterra muestra un gran centro del campo y el joven Rooney tumba a una pobre Suiza
Inglaterra rompi¨® ayer uno de sus viejos mitos: el del f¨²tbol frontal y sin apenas tr¨¢nsito en el centro del campo. Se acab¨®. Lleg¨® Eriksson, aline¨® a Beckham, Gerrard, Lampard y Scholes, y ya no se habl¨® m¨¢s del asunto. El mito estaba por los suelos. Y el f¨²tbol ingl¨¦s empez¨® a tocar con gusto la pelota. A volar justo el d¨ªa en que nac¨ªa una estrella. Se llama Wayne Rooney, tiene apenas 18 a?os y ha arrancado con m¨¢s fuerza que nadie en este campeonato. Es r¨¢pido, vertical y atrevido. Y parece jugar con la inteligencia de un veterano. Ayer marc¨® dos goles y se despidi¨® como un h¨¦roe entre los entonados c¨¢nticos de la hinchada inglesa, que hab¨ªa acudido en masa a Coimbra para ver el renacimiento de su selecci¨®n. Lo vio. El partido result¨® una exhibici¨®n del medio centro Gerrard y una muestra irrefutable de que Suiza tiene los d¨ªas contados en el torneo. M¨¢s all¨¢ de la zurda de Hakan Yakin, sus recursos son escas¨ªsimos.
La osad¨ªa de Wayne Rooney no tiene l¨ªmites. Se atreve con todo. De pronto un pase de espuela para Owen. Y al rato un cabezazo marcando los tiempos que pone por delante a Inglaterra. A su enorme velocidad le a?ade cierto temple impropio de su edad. Eriksson parece haber encontrado una buena mezcla para su delantera. Owen ya no es tan explosivo como sol¨ªa, pero lo sabe y no se complica la vida: conserva la clase. Y a trav¨¦s de ella se permite lanzar a Rooney, que act¨²a con la fe de un iluminado. A veces no controla su agresividad, como lo demuestra las 10 tarjetas que vio en la pasada Liga inglesa. O la entrada con los pies por delante de ayer al portero Stiel cuando ¨¦ste ya estaba en el suelo con el bal¨®n en las manos. Pero otras veces rebosa tranquilidad: esper¨® la llegada impetuosa de Frei y, tic, le col¨® el bal¨®n por debajo de las piernas, ante el ¨¦xtasis de la grada.
El t¨¦cnico sueco de Inglaterra se sinti¨® ayer feliz con su centro del campo. Hay un poco de todo: el empuje de Gerrard, el toque de Beckham, la llegada de Lampard y la inteligencia de Scholes. Los cuatro jugaron con tanta sencillez como eficacia. Est¨¢n capacitados para elaborar el juego. Como demostraron en el primer tanto. Una belleza de gol cargada de peque?os detalles. El regate en seco de Gerrard, que salv¨® una dura entrada, el pase templado de Beckham a la esquina izquierda del ¨¢rea, el posterior centro al ¨¢rea de Owen y el cabezazo impecable de Rooney desde el punto de penalti. ?Desde cu¨¢ndo Inglaterra elabora tanto? El p¨²blico estaba encantado, por supuesto.
Los suizos ofrecieron una imagen lamentable, sobre todo a medida que avanzaba el encuentro y se iban descubriendo sus miserias. Pero antes hubo un jugador a tener en cuenta. El media punta de origen turco, Hakan Yakin. Su zurda es un guante. Convirti¨® cada falta a favor de Suiza en un peligro extremo para Inglaterra. Sus centros enroscados los pod¨ªa rematar a gol cualquiera. Tambi¨¦n los defensas ingleses, que parec¨ªan dispuestos a dispararle a su portero James. Lo hizo Gerrard, pero se fue fuera la pelota. M¨¢s tarde, Hakan Yakin tir¨® una falta directa ante la figura est¨¢tica de James, la misma estampa del pasado domingo ante Francia en el lanzamiento de Zidane.
La grada inglesa salud¨® a su equipo en la reanudaci¨®n entonando el God save the Queen. Pero al cuadro de Eriksson le dio un ataque de conformismo y trat¨® de dormir el encuentro. Se envalenton¨® Suiza, pero casi mejor si hubiera seguido tapada. No tuvo ninguna capacidad para atacar. Ya estaba duch¨¢ndose Chapuisat, que volv¨ªa a la selecci¨®n despu¨¦s de una larga ausencia. Vapuleado por la prensa de su pa¨ªs tras el primer partido, y a punto de cumplir los 35 a?os, el viejo goleador ya no est¨¢ para muchos trotes. Su sustituto generacional es Frei, con la misma traza que Chapuisat, pero con 10 a?os menos. Y con mucho menos gol.
El panorama se despej¨® definitivamente cuando el lateral derecho suizo Haas, que ya ten¨ªa una amarilla, pidi¨® la expulsi¨®n al entrar con los tacos alzados a Cole. Se le concedi¨®. Con superioridad, el trazo largo en la carrera de Gerrard y el corto de Scholes se apoderaron del control del juego. A eso se a?ad¨ªa alg¨²n pase milim¨¦trico de Beckham, que ha entendido que su funci¨®n debe reducirse a eso, que es lo que verdaderamente domina. Le dio uno magn¨ªfico a Rooney, que parec¨ªa haber agotado toda su adrenalina. Estaba fundido y, sin embargo, Eriksson prefiri¨® sustituir a Owen. Ten¨ªa sus motivos. Entr¨® Vassell arrollando defensas y le cedi¨® un bal¨®n precioso a Rooney. Lo aprovech¨®, claro. Su disparo seco peg¨® en el poste y despu¨¦s en el cuerpo del portero antes de entrar a gol. Esta vez Rooney apenas lo celebr¨®. Se dedic¨® a coger un botell¨ªn de agua y a beber tranquilamente. Contuvo las emociones. Acababa de nacer una estrella. Y entonces Eriksson le dio el premio del cambio, para que se llevara otra formidable ovaci¨®n y, de paso, entrara en la historia de la Eurocopa. Ya es el jugador m¨¢s joven en marcar en este torneo. Sus 18 a?os, siete meses y 24 d¨ªas superan a Stoijkovic, que marc¨® en 1984 con 19 a?os, tres meses y 16 d¨ªas.
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