El juez deja libres a tres imputados como autores materiales de la matanza del 11-M
La Guardia Civil tuvo casi dos meses a su disposici¨®n el coche lanzadera de los terroristas
Tres meses despu¨¦s de su detenci¨®n, el juez Juan del Olmo, a instancias de la fiscal Olga S¨¢nchez, dej¨® ayer en libertad a Mohamed Bekkali, Mohamed Chaoui y Abderrahim Zbakh, tres de los imputados a los que inicialmente consider¨® autores materiales y directos de los atentados del 11-M en Madrid. Por ello, les hab¨ªa imputado por los delitos de pertenencia a organizaci¨®n terrorista, 190 asesinatos consumados y 1. 400 tentativas de asesinato, 4 delitos de estragos terroristas y sustracci¨®n de veh¨ªculo. Por el momento, los tres siguen imputados, aunque a la vista de la decisi¨®n judicial podr¨ªa ser por colaboraci¨®n.
El juez no les ha impuesto fianza alguna, aunque s¨ª ha adoptado varias medidas cautelares para garantizar que los tres est¨¦n a disposici¨®n de la justicia. Para ello tienen que presentarse semanalmente en el juzgado, tienen prohibido abandonar el territorio nacional sin autorizaci¨®n, hacer entrega de su pasaporte, y fijar domicilio y tel¨¦fono en el que estar localizable. Bekkali y Zbakh estaban presos en Soto del Real (Madrid), y Mohamed Chauoi, en la c¨¢rcel de Valdemoro (Madrid).
Fuentes de la Audiencia Nacional se?alaron ayer que a medida que ha avanzado la investigaci¨®n algunos indicios que sosten¨ªan las imputaciones iniciales no se han visto reforzadas, sino que se han debilitado.
As¨ª, en un principio, algunos de ellos fueron reconocidos por testigos presenciales como personas que estuvieron en las estaciones o en los trenes, pero esas identificaciones en alg¨²n caso se ha desvanecido o se ha introducido un matiz de duda. Por ejemplo, en el caso de Zbakh, un testigo le hab¨ªa identificado sin ning¨²n g¨¦nero de dudas como una de las personas que vio en uno de los trenes, pero posteriormente se ha echado atr¨¢s.
"Elemento tecnol¨®gico"
Sin embargo, los tres aparecen vinculados con el locutorio Nuevo Siglo que regentaba Jamal Zougam, y aparentemente est¨¢n vinculados al llamado "elemento tecnol¨®gico", es decir, a la parte log¨ªstica del grupo encargada de proveer de tel¨¦fonos m¨®viles y tarjetas con los que elaborar temporizadores para las bombas.
Fuentes de las defensas han criticado los procedimientos seguidos por el juzgado, ya que, seg¨²n aseguran, no les han sido comunicadas la puesta en libertad de sus clientes, e incluso en el caso de Mohamed Bekkali, el magistrado deneg¨® el martes pasado la libertad provisional, en base a falta de indicios de criminalidad, que hab¨ªa solicitado su letrada.
Ayer el juez llam¨® a declarar de nuevo a varios de los presuntos implicados en la trama de los explosivos utilizados en los atentados. As¨ª, declararon Otman El Gnaout, que trabajaba de alba?il en la casa de Morata de Taju?a, donde se prepararon las bombas; Raf¨¢ Zuheir, el confidente de la Guardia Civil que coincidi¨® en la c¨¢rcel con el cu?ado de Emilio S¨²arez Trashorras, y es clave en la operaci¨®n de venta de los explosivos a cambio de hach¨ªs; Rachid Adli, que estuvo en una reuni¨®n en la que se apalabr¨® la venta de los explosivos y el propio Su¨¢rez, el ex minero asturiano que supuestamente proporcion¨® los explosivos utilizados en las mochilas bombas del 11-M. Al cierre de esta edici¨®n, todav¨ªa no hab¨ªan concluido las declaraciones y se esperaba que lo hicieran de madrugada. Por su parte, Rabei Osman, El Egipcio se neg¨® ayer en Italia a aceptar la extradici¨®n reclamada por Espa?a, seg¨²n inform¨® su abogada Viviana Bossi.
Por otro lado, la Guardia Civil tuvo cerca de dos meses guardado en un dep¨®sito y a su disposici¨®n el Toyota Corolla, propiedad de Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, con el que los terroristas trasladaron a Madrid parte de los explosivos utilizados en los atentados del 11 de marzo en Madrid.
Su¨¢rez hab¨ªa prestado su coche para que Jamal Ahmidan, El Chino, Mohamed Oulad Akcha y Abdennabi Kounjaa, Abdallah, que hab¨ªan viajado a Avil¨¦s el 28 de febrero en un Volkswagen Golf negro, pudieran al d¨ªa siguiente regresar a Madrid con cierta seguridad. De hecho, el Toyota Corolla fue utilizado para realizar funciones de lanzadera, esto es, para avisar de los controles al otro veh¨ªculo, el Volkswagen Golf negro, que estaba cargado con los explosivos. El Toyota fue parado por la Guardia Civil y El Chino fue multado por tres infracciones diferentes, que pag¨® en efectivo y en el acto.
Su¨¢rez Trashorras envi¨® a Madrid al menor G.M.V. para recuperar el Toyota. Ya en la estaci¨®n Sur de Autobuses, el menor se encontr¨® con dos de los terroristas isl¨¢micos, y les pregunt¨® c¨®mo ir a Toledo, donde pensaba visitar a unos familiares antes de regresar a Asturias.
Cuando se dirig¨ªa a la capital castellano manchega, una patrulla policial le dio el alto, por sospechar de un menor, de etnia gitana, y que conduc¨ªa un veh¨ªculo grande y caro. El joven se puso nervioso y perdi¨® el control del coche y tuvo un accidente en el que perdi¨® el conocimiento. El menor fue trasladado al hospital, y el veh¨ªculo a un dep¨®sito donde permaneci¨® olvidado durante dos meses.
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