El Papa apela a Zapatero para que Espa?a conserve los valores de "su tradici¨®n religiosa"

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero recibi¨® ayer su bautismo en diplomacia vaticana con la m¨¢s amplia confirmaci¨®n de que la Santa Sede conjuga sin dificultad la firmeza en sus principios y las buenas maneras. Juan Pablo II, que le recibi¨® en audiencia, expres¨® viva satisfacci¨®n por la presencia del presidente del Gobierno en el Vaticano y reconoci¨® durante la entrevista el deseo de mantener un buen clima con el Ejecutivo. Pero tambi¨¦n reafirm¨® sus reproches morales al Gobierno socialista y emplaz¨® al presidente para que Espa?a conserve los valores ¨¦ticos de "su tradici¨®n religiosa".

El Papa no ocult¨® que hay dificultades en el horizonte, ya que advirti¨® al presidente de que no podr¨¢ tener buenas relaciones con la Santa Sede si no se entiende con la Conferencia Episcopal Espa?ola, que rechaza la suspensi¨®n de la Religi¨®n como asignatura evaluable y los planes de ampliar los plazos del aborto, acelerar el divorcio y legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. En palabras de Joaqu¨ªn Navarro Valls, director de la Oficina de Prensa vaticana, "la calidad de las relaciones de un Gobierno con la Santa Sede no puede ser distinta de la calidad de la relaci¨®n de ese Gobierno con la Conferencia Episcopal de su pa¨ªs". La Iglesia no tiene, pues, dos ventanillas.

Zapatero escuch¨® estos argumentos sin defender, como han hecho otros l¨ªderes, las pol¨ªticas cuestionadas por el Papa. En general, habl¨® poco durante una visita que calific¨® personalmente de "muy cordial y entra?able, por la actitud de Su Santidad", y que, seg¨²n otras fuentes gubernamentales, no tuvo, en modo alguno, tono de bronca. Entre otras cosas, porque esa vertiente de la relaci¨®n ya hab¨ªa sido agotada el pasado viernes, cuando el Pont¨ªfice entreg¨® al nuevo embajador de Espa?a ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, una carta en la que recordaba que los Gobiernos tienen "la obligaci¨®n de defender la vida" y respetar "los derechos de la familia".

Como Dezcallar respondi¨® aquel mismo d¨ªa que "en todo esto, Espa?a siempre escuchar¨¢ la voz de Su Santidad", y que el Gobierno de Espa?a tiene "plena disposici¨®n a mantener y a desarrollar esta colaboraci¨®n en todos los ¨¢mbitos, incluidas aquellas realidades de las que la sociedad civil est¨¢ pidiendo al Estado una regulaci¨®n jur¨ªdica puesta al d¨ªa", el silencio de ayer de Zapatero -que, por otra parte, neg¨® cualquier intenci¨®n de revisar los acuerdos con la Santa Sede- fue interpretado en algunos medios vaticanos como un indicio de que quiz¨¢ reconsidere sus pol¨ªticas. Zapatero, sin embargo, quiso dejar claro el pasado viernes que no har¨¢ tal cosa, cuando adelant¨® que en la entrevista con el Papa coincidir¨ªa en algunos temas, por ejemplo sobre Irak, y no en otros.

El presidente del Gobierno lleg¨® pronto al Vaticano y hubo de esperar algunos minutos hasta que, seg¨²n lo previsto, a las once en punto se abri¨® la puerta de la biblioteca privada y fue conducido hasta el Pont¨ªfice, sentado ya en su sill¨®n ante el lienzo de la virgen pintado por Antoniazzo Romano que decora la sala.

Zapatero entr¨® con la mano derecha vendada y el dedo coraz¨®n entablillado como consecuencia de un golpe que se hab¨ªa dado durante el fin de semana jugando al baloncesto con sus hijas. Salud¨®, por ello, con la mano izquierda al Papa, que agit¨® los brazos en se?al de acogida. Se inclin¨® ante el Pont¨ªfice, pero no le bes¨® el anillo. Sonri¨® mucho, hizo grandes gestos de asentimiento y explic¨® el golpe de la mano Luego, a puerta cerrada, Zapatero y el Papa conversaron durante algo m¨¢s de 13 minutos completamente a solas. Juan Pablo II habl¨® en espa?ol para reiterar que la modernidad no est¨¢ re?ida con principios que considera b¨¢sicos, como el derecho a la vida o la familia. E insisti¨® en la importancia de la Conferencia Episcopal.

Luego, en la parte p¨²blica de la audiencia, en presencia de la delegaci¨®n espa?ola y de la prensa, el Papa insisti¨® en estos mismos temas. Ley¨® en su totalidad un peque?o discurso en el que se reafirmaba en cuanto dijo en la carta entregada a Dezcallar, y elev¨® preces para que en Espa?a "se conserven los valores morales y culturales, as¨ª como sus ra¨ªces cristianas".

La apelaci¨®n a Zapatero en este contexto tuvo mucho de personal. "Espero vivamente que su compromiso personal, as¨ª como el de su Gobierno, alcance los objetivos prefijados de fomentar el moderno desarrollo de Espa?a, y que en esa tarea se tengan en la debida cuenta los valores ¨¦ticos, tan arraigados en la tradici¨®n religiosa y cultural de la poblaci¨®n", dijo el Papa.

Luego, confirm¨® su voluntad de cooperar en los ¨¢mbitos que propone Espa?a: la paz, la erradicaci¨®n del terrorismo, los derechos y libertades de la persona. El prefecto de la Casa Pontificia, monse?or James Harvey, ofreci¨® en ese momento a Zapatero la posibilidad de hablar. El presidente del Gobierno declin¨® con la cabeza.

[El Grupo Socialista present¨® ayer en el Congreso una proposici¨®n no de ley para pedir al Gobierno que elabore un proyecto de ley que permita el matrimonio entre personas del mismo sexo mediante la reforma de la legislaci¨®n civil].