"La derecha radical siempre ha necesitado un enemigo"
El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton (nacido en Hope, Arkansas, en 1946) habla sobre la redacci¨®n de sus memorias [que ayer salieron a la venta en Estados Unidos], la lucha de la derecha religiosa contra el movimiento democr¨¢tico estadounidense y el desastre del Gobierno de George W. Bush en la guerra de Irak.
Pregunta. Mientras trabajaba en este libro, ?hubo ocasiones en las que a usted mismo le ha resultado asombroso el camino que ha recorrido desde la peque?a Hope hasta la Casa Blanca?
Respuesta. Desde luego. He trabajado m¨¢s de dos a?os y medio en la redacci¨®n de este libro. Durante los cuatro primeros meses me dediqu¨¦ a clasificar el material y a reflexionar sobre c¨®mo deb¨ªa hacer las cosas. M¨¢s adelante, de vacaciones con mi mujer, Hillary, y mi hija, Chelsea, me decid¨ª a escribir el pr¨®logo. Ya ten¨ªa una primera p¨¢gina.
"Se trata de saber si la gente conf¨ªa en Kerry para resolver problemas de seguridad nacional"
"El voto del elector es cuesti¨®n de simpat¨ªa por el candidato. Se trata de una sensaci¨®n"
"No coincido con Bush en que Sadam Husein significase para nosotros una amenaza"
P. En esa primera p¨¢gina se puede leer: "No s¨¦ si he escrito un buen libro, pero de lo que estoy seguro es de que la historia es francamente buena".
R. Se lo mostr¨¦: "Quiero que el libro comience as¨ª. ?Funciona?". Ellas respondieron que s¨ª, que as¨ª estaba bien.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido sobre su propia vida mientras estaba escribiendo acerca de ella?
R. He vuelto a darme cuenta de que he disfrutado de cada una de las fases de mi vida. Creo que incluso he conseguido aclarar mis ideas sobre los grandes poderes que hoy en d¨ªa luchan por hacerse con el coraz¨®n y la cabeza de Estados Unidos, y tambi¨¦n acerca de por qu¨¦ creo estar del lado de los ganadores.
P. ?De qu¨¦ lado est¨¢ usted y qui¨¦n est¨¢ del otro lado?
R. En el fondo se trata de lo que se conoce en todo el mundo como el nuevo movimiento democr¨¢tico, como tercera v¨ªa. Se trata de que en el mundo industrializado el papel del Gobierno no consiste tanto en garantizar resultados a los ciudadanos como en abrirles oportunidades. Al mismo tiempo existe, por lo menos en EE UU, algo que podr¨ªamos denominar cuarta v¨ªa, un nuevo movimiento de derechas.
P. La derecha religiosa...
R. A esta tendencia se suma gente que ha dicho: "Bueno, puede que Clinton haya reducido el poder del Estado en la sociedad posindustrial y haya transformado el papel del Gobierno, pero nosotros creemos que el problema no es otro que el propio Gobierno en s¨ª". Y creen que es necesario que el poder est¨¦ en manos de personas que compartan los valores de la derecha cristiana y que los impongan tanto en la pol¨ªtica interior como exterior del pa¨ªs. Como si la Biblia fuera la que dictara la tendencia pol¨ªtica.
P. Entonces, ?existe una gran pugna entre estas dos concepciones pol¨ªticas tan distintas?
R. Cabe decir que ambas son producto del periodo posterior a la guerra fr¨ªa, un resultado de la era posindustrial, de la era de la informaci¨®n del siglo XXI.
P. A menudo es algo m¨¢s que una lucha; en ocasiones estalla el odio entre esos dos movimientos.
R. M¨¢s en la derecha que en la izquierda. La derecha radical estadounidense siempre ha necesitado un enemigo. Cuando llegu¨¦ a la presidencia en 1992, me convert¨ª en la diana de sus ataques porque representaba una renovaci¨®n del Partido Dem¨®crata, porque representaba la nueva tendencia.
P. ?Qu¨¦ papel han desempe?ado los atentados terroristas del 11-S en la lucha entre estos dos grandes grupos sociales?
R. En un primer momento, los acontecimientos nos unieron. Inmediatamente despu¨¦s de los atentados, Bush era simplemente el presidente de todos nosotros; tambi¨¦n era mi presidente.
P. ?Un reflejo patri¨®tico?
R. Da igual qui¨¦n hubiera sido presidente en ese momento, siempre habr¨ªa recibido ese apoyo, o por lo menos conf¨ªo en que as¨ª habr¨ªa sido. Pero tambi¨¦n creo que en cualquier circunstancia en que los seres humanos se sienten inseguros de manera colectiva, casi siempre acaban movi¨¦ndose hacia la derecha. Se dejan arrastrar por la ret¨®rica radical y la pol¨ªtica de mano dura. Ese lenguaje preciso y claro es m¨¢s monopolio de la derecha que de la izquierda.
P. ?Ha explotado el Gobierno de Bush el 11-S en su provecho?
R. Utilizar el verbo explotar equivaldr¨ªa a decir que no han hecho lo correcto. Ellos tomaron la decisi¨®n de aprovecharse del apoyo de la poblaci¨®n estadounidense para imponer la totalidad de su programa de pol¨ªtica interior. Eso signific¨® desplazar el pa¨ªs a¨²n m¨¢s hacia la derecha de lo que lo hab¨ªan hecho los propios resultados electorales. Y eso signific¨® tambi¨¦n imponer una direcci¨®n unilateral a la pol¨ªtica exterior.
P. ?Cu¨¢ndo ha empezado a gestarse esa divisi¨®n de EE UU?
R. Existe desde hace bastante tiempo. Despu¨¦s de Vietnam, del Watergate y de otros esc¨¢ndalos de los a?os setenta, la prensa se ha abalanzado sobre los affaires y desde entonces existe una especie de sospecha de corrupci¨®n generalizada, a pesar de que ¨¦sta es muy escasa en nuestro universo pol¨ªtico.
P. ?Lo que ocurre es que en los medios de comunicaci¨®n los pol¨ªticos no salen bien parados?
R. Por lo menos ¨¦sa ha sido mi experiencia. Nos hemos enfrascado en propinar ese desmesurado apaleamiento a todos los que tienen algo que ver con la pol¨ªtica y s¨®lo parece vislumbrarse un final de esta actitud a partir del 11-S. Creo que est¨¢ bien as¨ª. Es mejor intercambiar argumentos y dejar que sean los electores los que decidan qui¨¦n est¨¢ en lo cierto y qui¨¦n no.
P. ?Han sido suficientemente cr¨ªticos los medios de comunicaci¨®n estadounidenses tras los atentados del 11-S en lo que respecta a la guerra contra Irak?
R. Bueno, visto retrospectivamente, habr¨ªa que decir que no. Sin embargo, la prensa estadounidense ten¨ªa algunas cosas muy claras antes del inicio de la guerra de Irak: tras el 11-S, la opini¨®n p¨²blica no ten¨ªa ganas de tratar a los pol¨ªticos como me hab¨ªan tratado a m¨ª. Porque la prensa y la opini¨®n p¨²blica eran conscientes de que la pol¨ªtica hab¨ªa vuelto a ser una cosa seria.
P. ?Cree que el terrorismo ha empa?ado la mirada cr¨ªtica?
R. Tras el 11-S, nuestro pa¨ªs estaba traumatizado. Ten¨ªamos un ansia realmente f¨ªsica de unidad, de relegar a un segundo plano nuestra capacidad de juicio cr¨ªtico. A posteriori cabr¨ªa decir que la prensa deber¨ªa haber sido inmune a semejantes sentimientos, pero los reporteros y los redactores tambi¨¦n son seres humanos. Y tambi¨¦n hab¨ªan contemplado las fotos de las Torres Gemelas desplom¨¢ndose en Nueva York. Por eso creo que fue un error que la Casa Blanca intentara aprovecharse de la situaci¨®n en beneficio propio para mover el pa¨ªs hacia la derecha, cuando lo que se nos estaba pidiendo a todos nosotros era que abandon¨¢ramos nuestras diferencias.
P. Usted dijo que, en relaci¨®n a la guerra, usted se consideraba "entre lobo y perro".
R. No coincido con el Gobierno de Bush en que Sadam Husein significase para nosotros alguna amenaza o que estuviera involucrado en el 11-S. Pero tampoco estaba de acuerdo con las posiciones de los Gobiernos alem¨¢n y franc¨¦s, porque Sadam nunca hac¨ªa nada si no se le obligaba.
P. ?Cu¨¢les ser¨¢n los asuntos principales de las elecciones presidenciales de noviembre? ?La econom¨ªa o la guerra de Irak?R. Depende de lo que vaya a pasar durante el tiempo intermedio. Si mejora la situaci¨®n en Irak y se recupera la econom¨ªa, lo que podr¨ªa importar m¨¢s es qui¨¦n va a resolver mejor los problemas de seguridad y qui¨¦n sabr¨¢ ocuparse mejor de los problemas no resueltos, como los costes del sistema sanitario, los ciudadanos que han quedado desamparados por los cambios en la econom¨ªa, y una pol¨ªtica energ¨¦tica razonable que disminuya nuestra dependencia del petr¨®leo de Oriente Pr¨®ximo.
P. Entonces ser¨¢ el mismo lema que usted utiliz¨® en 1992: "It's the economy, stupid!" ["Es la econom¨ªa, est¨²pido"].
R. En las elecciones en mi pa¨ªs, siempre es decisivo lo que una mayor¨ªa considera la cuesti¨®n principal. Si en esta ocasi¨®n se trata de saber si la gente conf¨ªa en que John Kerry tendr¨¢ capacidad para resolver los problemas de seguridad nacional, seguramente ser¨¢ Bush quien gane. Por lo general, las elecciones presidenciales en Estados Unidos siempre se mueven alrededor de tres temas. Primero: ?c¨®mo se siente uno teniendo a esta persona como presidente? Entonces se fijan en m¨ª para escuchar c¨®mo desarrollo mi discurso. Al cabo de dos minutos, ya tienen un primer juicio, se pueden imaginar al candidato como presidente. Si la respuesta es no, se pueden gastar 1.000 millones de d¨®lares en este candidato, que perder¨¢ de todas maneras.
P. Entonces, ?es s¨®lo una cuesti¨®n de simpat¨ªa?
R. S¨ª. ?Puedes imaginarme como presidente? ?Qu¨¦ te parece verme cuatro veces a la semana por televisi¨®n? Si algunos terroristas volviesen a hacer saltar por los aires alg¨²n edificio, ?tendr¨ªas una buena sensaci¨®n si fuese yo quien decide lo que hay que hacer? Se trata de una sensaci¨®n, una intuici¨®n. El segundo factor es el siguiente: ?De qu¨¦ se trata en estas elecciones? ?Se trata de que Estados Unidos tenga una actitud multilateral en pol¨ªtica exterior? ?O se trata de si se deben bajar los impuestos de los ricos o de hacer m¨¢s por los pobres? Como tercer elemento se a?ade la posici¨®n del candidato en relaci¨®n a determinados temas. As¨ª ser¨¢ tambi¨¦n en estas elecciones. Si la cuesti¨®n de la seguridad nacional queda resuelta, ?cu¨¢l ser¨¢ el tema central de las pr¨®ximas elecciones? Bueno, ya veremos.
? Der Spiegel. Traducci¨®n de News Clips
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.