La triste plegaria de Figo
El capit¨¢n de Portugal, sustituido ante Inglaterra, vio los penaltis por la tele, en el vestuario y aferrado a un medall¨®n de la Virgen de F¨¢tima
La cr¨®nica oficial dice que Figo vio la serie de penaltis en el dram¨¢tico partido de Portugal contra Inglaterra desnudo y envuelto en una toalla, rezando a la Virgen de F¨¢tima. Incapacitado para regresar al campo. Encerrado en el fondo del vestuario, frente al televisor y sufriendo. Sufriendo mucho. Tanto como sus compa?eros arriba en el campo.
La versi¨®n oficial est¨¢ te?ida de un romanticismo que la realidad probablemente aten¨²e. Sustituido en el minuto 74 por el seleccionador, Luiz Felipe Scolari, el capit¨¢n portugu¨¦s se quit¨® el brazalete con un gesto brusco y se lo dio a Nuno Valente. Al enterarse de que Scolari quer¨ªa quitarle para dar entrada a Postiga, el madridista no pudo reprimir un adem¨¢n iracundo. No lo comprend¨ªa. La decisi¨®n, voluntaria o involuntariamente, estaba impregnada de simbolismos y mensajes soterrados. Todos los hinchas en las gradas sab¨ªan que Figo es el ¨²ltimo elefante blanco de una generaci¨®n que se acaba. Todos sab¨ªan que Scolari los ha ido quitando, uno a uno, para arrinconarlos en posiciones laterales o, simplemente, dejarlos fuera de la Eurocopa.
"Siempre me gusta jugar, pero lo importante es que gan¨® el equipo y que la victoria fue merecida"
Figo no es de los jugadores que se quedan admirados ante la prosapia de Scolari y ¨¦ste, que gusta de la obediencia, como todos los entrenadores, lo sabe. Despu¨¦s de quitarse el brazalete de capit¨¢n, Figo sali¨® del c¨¦sped por detr¨¢s de la porter¨ªa del ing¨¦s James y lo rode¨® por la banda ante una multitud de hinchas ingleses que le despidieron con sorna, moviendo las manos en se?al de adi¨®s. Fue abucheado. Al llegar al c¨®rner, acort¨® el camino pisando el rect¨¢ngulo. Por un momento, Portugal tuvo 12 jugadores en ¨¦l. Luego, Figo se meti¨® en el t¨²nel de vestuarios para no aparecer nunca m¨¢s. En su cara llevaba escrita la humillaci¨®n que sent¨ªa.
Era el s¨ªmbolo de la selecci¨®n y del pa¨ªs. Su equipo perd¨ªa y su naturaleza de actor, de duelista, le ped¨ªa volver al conflicto. Pero le obligaban a irse con el marchamo de perdedor.
En la sala de prensa, Scolari se apresur¨® a echar mano de su abanico de muecas y argumentos tra¨ªdos a pelo. Demagogo de calibre, el t¨¦cnico brasile?o explic¨® la desaparici¨®n de Figo haci¨¦ndose el sueco: "No vi nada. Yo no me preocupo por los jugadores que salen, sino por los que est¨¢n en el partido. Me pagan para eso". Se interrumpi¨® y dej¨® que el traductor hiciese su trabajo en un recurso psicol¨®gico que utiliza siempre cuando se dirige a una multitud. Luego, de s¨²bito, retom¨® la explicaci¨®n cuando nadie la esperaba: "Lo que puedo decir sobre eso es que me dijeron que Figo estaba en el vestuario agarrado a la imagen de Nuestra Se?ora de F¨¢tima mientras se lanzaban los penaltis".
Trascendi¨® tambi¨¦n que Figo vio los penaltis con Pauleta, que no jug¨®, y con tres fisioterapeutas. Salvo el detalle religioso, el jugador confirm¨® los hechos. "Lo vi en el vestuario con otras personas", dijo al emerger de las duchas; "a m¨ª siempre me gusta jugar, pero lo importante es que gan¨® el equipo y que la victoria fue merecida. Para m¨ª, fueron momentos dif¨ªciles, tan dif¨ªciles como para los que estuvieron en el campo".
Figo se march¨® a la ducha y no permaneci¨® en el terreno para ver al hombre que le hab¨ªa sustituido, Postiga, empatar el partido en el minuto 82 ni para celebrar el gol que adelant¨® a los portugueses en el 109 de la pr¨®rroga, obra de su amigo Rui Costa. Tampoco estuvo en persona cuando Lampard empat¨® el partido de nuevo. Y sigui¨® aferrado al medall¨®n de la Virgen de F¨¢tima durante la tanda de los penaltis y mientras sus compa?eros se abrazaban en torno a Scolari.
"Lo hemos visto m¨¢s tarde", dijo Andrade, cuando le preguntaron por Figo; "y, c¨®mo no, tambi¨¦n hemos festejado la victoria con ¨¦l".
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