Mirar, callar y no reprimir

El fen¨®meno de los piqueteros parece un problema del que nadie debe sentirse ajeno en la sociedad argentina. El discurso contemplativo del Gobierno, por ahora, no tiene fisuras. "No vamos a victimizarlos", insiste el ministro del Interior, An¨ªbal Fern¨¢ndez. "Si se comete un delito, los fiscales tienen que identificar a los responsables y actuar en consecuencia". Fuera del registro de la cr¨®nica period¨ªstica, los ejecutivos de las empresas se preguntan: "?Pero c¨®mo es esto? ?Si entra un ladr¨®n a mi casa debo llamar a un fiscal o interviene primero la polic¨ªa?".

Los jefes de la Polic¨ªa Federal y la temible bonaerense, con jurisdicci¨®n en la provincia de Buenos Aires, sujetas a su vez a continuas investigaciones y purgas por delitos comprobados de corrupci¨®n, no se alteran ante ninguna provocaci¨®n de estos grupos. Con sus motocicletas y coches patrulla, los agentes cortan el tr¨¢nsito en las calles y se mantienen a distancia de las manifestaciones y protestas. Si hay peleas, miran. Si se ocupan comercios o se ataca a las empresas, no intervienen. La orden se cumple: "Mirar, callar, no reprimir".