?gil y bien aislado
La voluminosa parrilla del frontal distingue al Picanto desde lejos y es su detalle est¨¦tico m¨¢s llamativo. A pesar de sus ajustadas medidas externas, ideales para la ciudad, ofrece unas plazas delanteras desahogadas que permiten conducir en una posici¨®n c¨®moda y relajada. Y por dentro est¨¢ bien presentado.
Un motor alegre y econ¨®mico
Lo primero que sorprende en este coche de mentalidad urbana es el tacto agradable de la mec¨¢nica y los mandos, poco habitual en los modelos coreanos peque?os. Todo est¨¢ suave y apenas exige esfuerzo, pero destaca la respuesta alegre del motor, un 1.1 12v. que est¨¢ a la altura de los mejores propulsores europeos de su cilindrada, tanto por rendimiento como por consumos, emisiones y refinamiento. Tiene 65 CV, que son suficientes para acelerar con br¨ªo en las marchas cortas cuando se circula en ciudad. Pero adem¨¢s cuenta con un cambio bien escalonado de cinco velocidades que ayuda a llanear a buen ritmo y permite viajar con soltura.
S¨®lo acusa sus limitaciones de cilindrada cuando se lleva el aire acondicionado conectado y en las cuestas: exige reducir, sobre todo si se va cargado. Pero por lo dem¨¢s responde correctamente desde bajo r¨¦gimen y empuja de forma constante y con br¨ªo hasta las 6.500 sin dar sensaci¨®n de ir forzado. Este buen andar se completa con un funcionamiento agradable y silencioso y con unos consumos muy ajustados que sit¨²an al Picanto entre los utilitarios m¨¢s econ¨®micos de su tama?o: apenas gasta seis litros a velocidades legales y alrededor de ocho en ciudad y conducci¨®n alegre.
Comportamiento mejorable
La calidad europea del motor y el tacto de conducci¨®n no se confirman en las suspensiones, que tienen unos reglajes algo secos y mejorables. En ciudad circula con mucha soltura y no se echa en falta nada: es ¨¢gil y muy f¨¢cil de conducir, con un buen ¨¢ngulo de giro y un tama?o muy apropiado en las maniobras y al aparcar. Pero en carretera acusa algunas carencias y se echa en falta m¨¢s aplomo, tanto en zonas muy viradas como en trazados r¨¢pidos y autopista. Cuenta con una direcci¨®n muy directa y obedece de forma instant¨¢nea al volante, pero en cuanto se aprovecha la alegr¨ªa del motor para aumentar el ritmo pierde precisi¨®n, muestra un agarre limitado e invita a bajar la velocidad. Adem¨¢s, las suspensiones son poco progresivas en las zonas bacheadas, hacen tope con relativa facilidad y penalizan el confort de forma proporcional al ritmo de marcha y acaban cansando a los ocupantes. La estabilidad es correcta cuando se circula tranquilo, pero las reacciones se vuelven m¨¢s nerviosas si se quiere sacar partido a su brillante motor.
El Picanto completa su oferta con unos frenos que no destacan ni en positivo ni en negativo: responden aceptablemente e incluyen de serie un ABS que mejora la seguridad.
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