Rep¨®ker de fracasos
Las selecciones que representan a las principales Ligas europeas han dejado el torneo sin ning¨²n protagonismo, algo inaudito
Nunca hab¨ªa ocurrido nada parecido: un gran torneo sin ning¨²n protagonismo de las selecciones que representan a los principales campeonatos de Europa. Italia, Espa?a y Alemania fueron eliminadas en la primera ronda. Inglaterra y Francia, en la segunda. En una competici¨®n que ha privilegiado a los peque?os pa¨ªses, al f¨²tbol b¨¢sico, si eso significa un cierto desapego por los excesos comerciales, el tronco de Europa ha sufrido un fracaso descomunal.
INGLATERRA
Beckham se va casi como un paria
Un caso claro de mala administraci¨®n del potencial. El ¨²nico hombre en el mundo que desconfiaba de su equipo era Sven Eriksson. No dej¨® volar a Inglaterra, que ten¨ªa casi todo, menos un portero decente y un interior derecho. Beckham jug¨® todos los partidos y todos los minutos. En eso Eriksson se pareci¨® a Queiroz ?Por qu¨¦? ?Obligaciones comerciales? Beckham ha sido el m¨¢s irrelevante de los jugadores ingleses y finalmente el m¨¢s negativo. Est¨¢ para lanzar faltas, penaltis y poco m¨¢s. En realidad tampoco est¨¢ para eso: fall¨® dos penaltis, Inglaterra fue eliminada y Beckham sale del torneo casi como un paria. El gran icono del f¨²tbol ingl¨¦s ha sido arrasado por el antibeckham, un chico suburbial, sin ning¨²n glamour, ni ganas de tenerlo. Rooney se llama y, por ahora, pretende ser futbolista y no portada de las revistas de moda. Ahora todos quieren ser como Rooney. Inglaterra estaba llena de rooneys, jugadores sencillos, pero listos y ambiciosos. Ashley Cole -el mejor lateral izquierdo del campeonato-, Lampard, Campbell, Scholes y Gerrard son la base de un equipo que marc¨® m¨¢s goles que ning¨²n otro y, sin embargo, nunca recibi¨® permiso para despegar. Eriksson les hizo jugar a contrapelo frente a Portugal y Francia. En los dos encuentros se adelant¨® Inglaterra, antes de hacer todo lo posible por perder. Y perdi¨® los dos. A Eriksson -?alguien recuerda que Inglaterra fue eliminada por Brasil en el Mundial despu¨¦s de cobrar ventaja y jugar con uno m¨¢s?- le sali¨® una vena avara, que es precisamente lo que menos ha caracterizado al f¨²tbol ingl¨¦s. La sustituci¨®n de Scholes -tristemente destinado a penar en la banda izquierda- por el tosco y mediocre Phil Neville queda como una de las decisiones m¨¢s cuestionables del torneo.
FRANCIA
La incompatibilidad de Henry y Trezeguet
Que el ciclo se hab¨ªa agotado se vio en el primer partido, frente a los ingleses. Dos goles de Zidane en el ¨²ltimo minuto produjeron un espejismo. Pero el torneo ha sido terco. Cada partido invitaba al pesimismo en un equipo que no puede estirar m¨¢s la generaci¨®n que gan¨® el Mundial y la Eurocopa. Barthez, Desailly, Lizarazu, quiz¨¢ Zidane y, en menor medida, Thuram y Pires han dejado atr¨¢s sus mejores d¨ªas como futbolistas. Tras el fracaso del Mundial 2002, la eliminaci¨®n ante los griegos en la Eurocopa pone de manifiesto la crisis de Francia. Por cierto, se trata de una selecci¨®n que rara vez ha jugado bien en los ¨²ltimos seis a?os. Gan¨® el Mundial despu¨¦s de imponerse en los penaltis a Italia, remontar frente a Croacia con dos milagrosos de Thuram -los dos ¨²nicos que ha marcado en su carrera como internacional- y derrotar a Paraguay en la pr¨®rroga. Algo parecido sucedi¨® en la Eurocopa 2000. Con una defensa envejecida, una pareja industriosa pero sin creatividad en el medio campo y un decadente Zidane, el ¨¦xito de Francia depend¨ªa de Trezeguet y Henry. Nunca se ha visto un caso tan flagrante de incompatibilidad. El seleccionador, Santini, los juntaba tanto que no necesitaban defensas que les marcaran: se marcaban uno al otro. Henry, que llegaba como gran protagonista del a?o, sale del torneo con un cr¨¦dito limitado. A Francia le toca una gruesa renovaci¨®n.
ITALIA
Al ap¨®stol del resultadismo le pierden los resultados
Comenz¨® mal y no remont¨®. El equipo de las defensas invulnerables y los ataques letales tuvo una defensa vulgar y un ataque de medio pelo. Era la Italia de Totti, Vieri y Del Piero, tres c¨¦lebres delanteros que terminaron el torneo sin anotar un gol. Totti fue v¨ªctima del s¨ªndrome que le caracteriza en los grandes campeonatos: se autodestruye. Lo hizo en el Mundial 2002 -expulsado frente a Corea del Sur- y repiti¨® en la Eurocopa. Del Piero ten¨ªa el aspecto de un anciano cuando corr¨ªa. Vieri, que s¨®lo juega para Vieri, dio problemas y no arregl¨® ninguno. Italia jug¨® un excelente primer tiempo ante Suecia, con un protagonismo masivo de Zambrotta, el mejor jugador del equipo, y ciertos apuntes de Cassano. A Trapattoni, ap¨®stol del resultadismo, le han perdido los resultados. Al fondo se aprecian algunos de los problemas que ha incubado el f¨²tbol italiano en su dejaci¨®n de la creatividad. Su dificultad para generar juego es asombrosa. Pirlo es una esperanza, pero el equipo no le entiende, ¨¦l no se siente c¨®modo y Trapattoni no ha sido su valedor precisamente. A Italia le ha faltado verdadero talento -?Camoranesi y Cristiano Zanetti fueron titulares en el primer partido?- en todas las l¨ªneas y le ha sobrado ego en sus futbolistas m¨¢s prestigiosos. Por lo dem¨¢s, la carrera internacional de Del Piero est¨¢ acabada y la de Vieri se pone cada vez m¨¢s en duda.
ALEMANIA
La parodia de un estilo muerto de ¨¦xito
Hace 30 a?os Alemania disput¨® el Mundial con gente como Maier, Beckenbauer, Breitner, Overath, Netzer, Grabowski, Wimmer, Bonhof, Uli Hoeness o Gerd Muller. Ahora los defensores del pabell¨®n son un espantosa colecci¨®n de jugadores, la consagraci¨®n de los peores signos que se observaban en el f¨²tbol alem¨¢n desde hace muchos a?os. Fuera de Ballack, que tampoco es una luminaria, el equipo es la parodia de un estilo que ha muerto de ¨¦xito. Tantos t¨ªtulos, tanta confianza en la extrema fiabilidad de un juego m¨¢s simple que un cubo, han llevado a Alemania a depositar su suerte en futbolistas que son muy malas versiones de sus predecesores. El equipo ha jugado con la habitual dosis de delanteros gigantescos, centrocampistas pesad¨ªsimos y defensas r¨ªgidos como vigas. Alemania ha sido un dinosaurio, con p¨¦simas perspectivas para el futuro. No se ve a ning¨²n futbolista interesante, y la selecci¨®n necesita a varios. Necesita cambiar de registro, imaginarse una Alemania diferente, repensar el f¨²tbol que hace alg¨²n tiempo produc¨ªa jugadores competitivos y brillantes. Aquello empez¨® a degenerar en Mundial del 74 y desde entonces el curioso declive, trufado de ¨¦xitos, no se ha detenido. En dos a?os, Alemania jugar¨¢ como local en la Copa del Mundo. Por lo que se ha visto, puede dar el petardazo.
ESPA?A
J¨®venes con m¨¢s complejos que otras generaciones
Espa?a ten¨ªa un buen equipo y una p¨¦sima historia. Ahora los aficionados creen que Espa?a ten¨ªa un mal equipo. De la historia no cabe decir mucho: se repiti¨® en Portugal. S¨¢ez dise?¨® dos equipos, uno de abnegados fajadores y otro de artistas. En el enunciado se observaba un problema: dos equipos que nunca confiaron el uno en el otro. "?D¨®nde vamos con esta cuadrilla de ni?atos?", dijo un notable de la selecci¨®n tras la derrota frente a Portugal. El encuentro reprodujo los viejos defectos de la selecci¨®n en los momentos decisivos, pero errores todav¨ªa m¨¢s gruesos. Espa?a fue arrollada en el primer tiempo, mientras se abr¨ªan interrogantes sobre la respuesta de Xabi Alonso, Joaqu¨ªn o Torres a un desaf¨ªo de gran calibre. Pero tampoco los veteranos, o quienes se dedican a los trabajos menos vistosos, dieron garant¨ªa alguna: Helguera, Albelda, Baraja, Ra¨²l, Etxeberria y Morientes alcanzaron un nivel discreto en el mejor de los caos. Con ni?atos o sin ellos, Espa?a jam¨¢s juega con la convicci¨®n que se espera de un aspirante al t¨ªtulo. Nunca se decide a marcar distancias, ni tan siquiera cuando est¨¢ en condiciones de hacerlo. Fue mejor que Rusia y Grecia, pero en ambos partidos dej¨® la impresi¨®n de equipo sin vuelo, sin poder¨ªo, sin alegr¨ªa. Frente a Portugal ocurri¨® lo peor. Los j¨®venes, que parec¨ªan ajenos a los complejos de siempre, actuaron con m¨¢s complejos que ninguna otra generaci¨®n, y han sido varias las que han fracasado. Atr¨¢s ha quedado un torneo en el que Espa?a no ha dejado un detalle. Ning¨²n jugador ha estado en su mejor nivel. La depresi¨®n es profunda. S¨¢ez ha pagado el fracaso, pero es evidente que las causas son estructurales: Espa?a es un figurante en los grandes torneos desde hace demasiado tiempo. El equipo deja dudas por todos los lados. Faltan defensas de garant¨ªas, los extremos no marcan la diferencia, Ra¨²l se mantiene instalado en la crisis de juego y de goles, Torres apunta grandes maneras, pero juega para Torres, y as¨ª hasta el Mundial, donde Espa?a despertar¨¢ las esperanzas de siempre y padecer¨¢ las consecuencias de la historia.
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