Indonesia busca un l¨ªder que la proteja del terrorismo isl¨¢mico
Los atentados de Bali y Yakarta abrieron los ojos a la sociedad indonesia sobre la presencia de Al Qaeda en el pa¨ªs
La mayor¨ªa de los m¨¢s de 200 millones de indonesios musulmanes, el 85% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, no comprende por qu¨¦ Occidente ha emitido un aviso para que sus ciudadanos no viajen a Yakarta, la capital de un pa¨ªs que presume de hospitalidad y consenso. Enfrascados en las primeras elecciones presidenciales de su historia, los indonesios se esfuerzan en no hablar de terrorismo isl¨¢mico, pero lo primero que buscan entre los cinco candidatos para elegir a qui¨¦n votan es cu¨¢l ofrece mayores garant¨ªas de seguridad y estabilidad para el pa¨ªs.
"Creo que actualmente Indonesia es fr¨¢gil, lo que facilita la penetraci¨®n de grupos terroristas internacionales", dijo a este peri¨®dico el ex general Wiranto, candidato del partido Golkar a las presidenciales del pr¨®ximo lunes. Wiranto consider¨® "posible" que, como denuncia el espionaje de Estados Unidos, en Indonesia haya establecidos campos de entrenamiento de radicales isl¨¢micos, que "sirvan a la causa de Al Qaeda o a cualquier otra".
Indonesia despert¨® a la nueva realidad del terrorismo internacional con el atentado de Bali de octubre de 2002, que cost¨® la vida a 202 personas, buena parte de ellas turistas extranjeros. "Ninguno de nosotros sab¨ªa que a finales de la d¨¦cada de los ochenta y principios de los noventa se hab¨ªa formado un camino que conduc¨ªa a j¨®venes indonesios desde la pobreza a las madrasas (escuelas cor¨¢nicas) de Pakist¨¢n y luego a Afganist¨¢n", comenta una periodista indonesia. "Hasta entonces", contin¨²a, "sab¨ªamos que exist¨ªan grup¨²sculos de radicales como Laskar Yihad, Majlis Muyahidin y el Frente de los Defensores del Islam (FDI), pero ninguno hab¨ªa o¨ªdo hablar de Jamiat Islamiya", la organizaci¨®n que, seg¨²n Washington, representa los intereses de Al Qaeda en Indonesia y que est¨¢ detr¨¢s de las bombas de Bali.
Cuando nueve meses despu¨¦s otro atentado contra el hotel Marriot de Yakarta dej¨® 20 muertos, 19 de ellos indonesios, la poblaci¨®n comprendi¨® finalmente que "todos pueden ser v¨ªctimas", afirma el norteamericano James Castle, presidente de la fundaci¨®n CastleAsia, que cuenta con 20 a?os de experiencia en este pa¨ªs. "Esto fue lo que hizo a la poblaci¨®n revolverse contra esos terroristas y denunciar cualquier sospecha a la polic¨ªa, lo que ha permitido las detenciones de los principales implicados".
Castle, como los occidentales que siguen residiendo en Yakarta -muchos han enviado a sus familias a Singapur-, afirma que el aviso de no viajar a la capital y a otras zonas del pa¨ªs "es m¨¢s que justificado", aunque considera que el peligro procede de "un centenar o un millar" de extremistas que andan sueltos por este extenso pa¨ªs. Varios embajadores occidentales se han dotado de coches blindados.
Syafii Maarif, presidente de Muhammadiyah, una organizaci¨®n musulmana de car¨¢cter social que cuenta con 28 millones de miembros, sostiene que "no se trata de terrorismo isl¨¢mico, sino de terrorismo internacional" y que no existen pruebas de ning¨²n tipo sobre las conexiones entre los radicales indonesios y la red de Al Qaeda. "Primero las pruebas, despu¨¦s hablaremos", dice este te¨®logo, que sostiene que Muhammadiyah, al ser una corriente que no pertenece a ninguna escuela isl¨¢mica, goza de mayor libertad y est¨¢ empe?ada en la reinterpretaci¨®n del Cor¨¢n para "adaptar sus ense?anzas a la modernidad". Muhammadiyah ha pedido el voto para el candidato presidencial Amien Rais, aunque insiste en que su misi¨®n no es pol¨ªtica y sus miembros pueden votar a quien quieran.
Indonesia es un archipi¨¦lago de 17.000 islas. Si la sobrepusi¨¦ramos al mapa de Europa se extender¨ªa desde Lisboa a Estambul, pero casi la mitad de su poblaci¨®n vive en Java, una isla que apenas supone la mitad de Espa?a. Hist¨®ricamente, Java ha dominado desde la historia a la cultura de Indonesia y ha logrado incluso impregnar el islam que practican los indonesios de ciertas pr¨¢cticas ancestrales y del hinduismo dominante antes de la penetraci¨®n de la religi¨®n de Mahoma.
Este sincretismo, unido a que el Estado ha sido siempre secular desde su independencia de Holanda en 1949, ha dado origen a un islamismo moderado del que los indonesios se sienten muy orgullosos, especialmente en estos tiempos de radicalizaci¨®n religiosa y sobre todo ahora, que pueden erigirse en el primer mayor pa¨ªs que demuestra que islamismo y democracia pueden ir de la mano.
Nadlatul Ulama (NU) es la organizaci¨®n musulmana -la mayor del mundo, con m¨¢s de 30 millones de afiliados- que mejor refleja el esp¨ªritu hedonista de Java, ya que su base es mayoritariamente campesina. Movida tal vez por la voluntad democratizadora, NU ha decidido jugar en estas elecciones un papel m¨¢s activo y tres aspirantes a la jefatura del Estado, la actual presidenta Megawati Sukarnoputri, el favorito en estas elecciones y ex general Susilo Bambang Yudhoyono y Wiranto, llevan como vicepresidentes a destacados miembros de NU.
Nadie en esta campa?a electoral ha puesto sobre el tapete el debate, que existe desde la misma independencia, sobre si Indonesia debe regirse por la ley isl¨¢mica shar¨ªa. Fahri Hamzah, vicepresidente del islamista Partido de la Justicia y de la Prosperidad (PKS), uno de los que m¨¢s avanzaron en las elecciones generales del pasado abril, en las que se hizo con 8,3 millones de votos y 45 de los 550 esca?os del nuevo Parlamento, tambi¨¦n se niega a pronunciarse sobre si apoya la reforma de la Constituci¨®n para hacer de Indonesia un pa¨ªs musulm¨¢n, y argumenta la necesidad de cambiar de presidente en la urgente necesidad de atacar la corrupci¨®n.
El terrorismo tampoco ha sido central en la campa?a. Muchos indonesios piensan que Estados Unidos debe dejar que Yakarta resuelva "sin presiones, como est¨¢ haciendo", el problema de sus grup¨²sculos radicales, pero algunos de los extranjeros residentes en este pa¨ªs sostienen que o se busca ahora a los terroristas o "esto puede convertirse en una jungla".
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