El PSC juzga que la mayor¨ªa parlamentaria es el ¨²nico l¨ªmite a la reforma del Estatuto

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) realiz¨® ayer su particular lectura del contenido de la ponencia pol¨ªtica aprobada en el 36? Congreso del PSOE. Para los socialistas catalanes, el ¨²nico l¨ªmite a la reforma del Estatuto es la mayor¨ªa parlamentaria requerida para su aprobaci¨®n, tanto en el Parlamento aut¨®nomo como en las Cortes. ?sa es su interpretaci¨®n de la frase "conforme a la Constituci¨®n y respetando sus previsiones", que figura en la ponencia. Pero la pluralidad de lecturas no debe empa?ar el "magn¨ªfico" balance de este congreso para los intereses del PSC, afirm¨® su portavoz, Miquel Iceta. Una impresi¨®n que en la ejecutiva de ayer Pasqual Maragall explicit¨®: "Zapatero es una bendici¨®n de Dios".

El PSC logr¨® en este congreso, con grandes dosis de tenacidad y pedagog¨ªa, la mayor¨ªa de sus objetivos iniciales: mantener a su primer secretario, Jos¨¦ Montilla, en la ejecutiva federal; suprimir de las ponencias las referencias a la "inamovible unidad de Espa?a" e introducir detalladamente los compromisos de pol¨ªtica auton¨®mica contemplados en el acuerdo de Santillana del Mar y la necesidad de modificar el actual sistema de financiaci¨®n auton¨®mica.

Unos resultados que el PSC atribuye, en parte, a la gesti¨®n del secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Por esta raz¨®n, Pasqual Maragall afirm¨® en la ejecutiva que Zapatero "es una bendici¨®n de Dios". Iceta, por su parte, a?adi¨® que las relaciones con el l¨ªder socialista son "inmejorables" y minimiz¨® el pulso que mantuvo el PSC sobre la inclusi¨®n de Montilla en la ejecutiva, en contra del criterio de algunos barones y de parte de la direcci¨®n federal.

Variedad de interpretaciones

Pero no todo fueron ¨¦xitos. El PSC tuvo que renunciar parcialmente a una enmienda referida a los procesos de reforma estatutaria cuyo contenido era ambiguo respecto a las sujeciones constitucionales. La presi¨®n de los socialistas catalanes impidi¨® que prosperara el r¨ªgido texto incluido en la redacci¨®n inicial de la ponencia, defendida por el portavoz parlamentario del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Al final se logr¨® una transacci¨®n y el texto qued¨® como sigue: "[Las reformas estatutarias se llevar¨¢n a cabo] conforme a la Constituci¨®n y respetando sus previsiones".

Para el PSOE no hay lugar a dudas sobre la interpretaci¨®n de esa transacci¨®n. Y, por tanto, las modificaciones estatutarias no podr¨¢n desbordar la Constituci¨®n. En cambio, para el PSC, seg¨²n explic¨® ayer Miquel Iceta, los ¨²nicos l¨ªmites a estos procesos son las mayor¨ªas parlamentarias fijadas en los propios estatutos y en la Constituci¨®n, es decir, dos tercios en el caso del Parlamento catal¨¢n y la mayor¨ªa absoluta en las Cortes.

Para despejar cualquier duda, Iceta afirm¨®: "L¨ªmites siempre hay en la vida, pero entendidos como barreras infranqueables no hay ninguno". No obstante, quiso contemporizar con el PSOE y precis¨®: "Es obvio que la reforma del Estatuto no debe desconocer la Constituci¨®n porque est¨¢ regulada por ella".

Iceta intent¨® cortar el debate "por poco pr¨¢ctico" y reclam¨® al resto de las formaciones pol¨ªticas catalanas que presenten propuestas concretas en la ponencia parlamentaria sobre la reforma del Estatuto "para que salga adelante". "El Estatuto no es como un salchich¨®n que se puede trocear sino que requiere un acuerdo global", agreg¨®. Tan s¨®lo una hora despu¨¦s, Pasqual Maragall introdujo nuevos elementos al debate estatutario.

El presidente catal¨¢n se explay¨®, en el foro Tribuna Barcelona, sobre las propuestas del presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, para que la Constituci¨®n reconozca un estatus singular a las comunidades hist¨®ricas: Galicia, Pa¨ªs Vasco, Navarra y Catalu?a. Llorente propone que los nuevos estatutos se aprueben en las Cortes con una mayor¨ªa similar a la que requiere la Constituci¨®n, es decir, de tres quintas partes. El presidente catal¨¢n, que obvi¨® expresar su apoyo a esta propuesta, afirm¨® que ello permitir¨ªa la perdurabilidad de los nuevos estatutos, pero por el contrario obligar¨ªa a conseguir un acuerdo con todos los grupos parlamentarios, incluido el Partido Popular.