El Congreso examina las pistas previas al 11-M

La investigaci¨®n policial y judicial de los atentados del 11 de marzo en Madrid, que causaron 190 muertos y m¨¢s de 1.500 heridos, ha permitido conocer que se siguieron algunas pistas previas sobre los autores de la masacre que no fructificaron. El mercado negro de explosivos, que permiti¨® a los terroristas acceder a los 200 kilos de dinamita Goma 2 Eco, era conocido por el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en Avil¨¦s y por la Guardia Civil en Madrid. Algunos de los terroristas que participaron en la masacre hab¨ªan sido investigados dentro de operaciones de la polic¨ªa relacionadas con c¨¦lulas durmientes de islamistas radicales. Los informes del CNI, la polic¨ªa y la Guardia Civil, advert¨ªan de la amenaza terrorista. Las pistas no lograron evitar los atentados.

Al menos 29 hombres (16 de ellos en prisi¨®n, seis huidos y siete fallecidos el 13 de abril de 2004 tras suicidarse en un piso de la localidad madrile?a de Legan¨¦s) colaboraron en la preparaci¨®n y la ejecuci¨®n de los atentados m¨¢s graves en la historia de Espa?a, seg¨²n la investigaci¨®n policial y judicial. Diez bombas fabricadas con dinamita Goma 2 Eco y colocadas en cuatro trenes, que partieron de Alcal¨¢ de Henares entre las 7.00 y las 7.15 del 11 de marzo, causaron 190 muertos y m¨¢s de 1.500 heridos.

Algunos de los terroristas que planificaron y perpetraron la masacre de Madrid fueron seguidos por la polic¨ªa mucho antes de producirse el atentado dentro de investigaciones, algunas impulsadas desde la Audiencia Nacional, sobre grupos islamistas de tipo radical.

Las dos personas que facilitaron a los criminales del 11-M la consecuci¨®n de 200 kilos de explosivos, el ex minero Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras y el delincuente habitual Rafa Zouhier, eran confidentes. El primero de la polic¨ªa, y de la Guardia Civil, el segundo. Los agentes relacionados con estos confidentes conocieron mucho antes del 11-M la relaci¨®n de Trashorras y Zouhier con el tr¨¢fico ilegal de explosivos en Asturias.

Los servicios de informaci¨®n de la polic¨ªa, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) elaboraron en 2003 m¨¢s de una decena de informes en los que alertaron del riesgo de que Espa?a sufriera un atentado por parte de islamistas radicales.

Los diputados que integran la Comisi¨®n de Investigaci¨®n del 11-M profundizar¨¢n la pr¨®xima semana en el an¨¢lisis de estas pistas previas que no sirvieron para evitar el atentado.

En enero de 2003, el grupo policial dedicado al terrorismo internacional abre una investigaci¨®n para desarticular una supuesta c¨¦lula durmiente dedicada al proselitismo y a la financiaci¨®n y creaci¨®n de una infraestructura para el islamismo integrista de car¨¢cter internacional.

Entre las personas que fueron seguidas por la polic¨ªa se encontraba Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, uno de los principales jefes del comando terrorista de los atentados de Madrid, que acab¨® suicid¨¢ndose en un piso de Legan¨¦s junto a otros seis compa?eros.

El jefe Superior de Polic¨ªa de Madrid, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ranca?o, explic¨® as¨ª aquel seguimiento infructuoso previo a la masacre: "A lo largo de la investigaci¨®n, como un elemento m¨¢s, aparece El Tunecino. En las observaciones y seguimientos que se le hacen a esta persona no se le ve con el grupo de Jamal [Ahmidan, El Chino, uno de los cerebros de la trama que se suicid¨® junto a El Tunecino en Legan¨¦s] ni de la calle Tribulete [en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s, donde fueron detenidos varios presuntos implicados], ni con nada de este tipo".

Seguimientos parecidos tuvieron lugar con otros siete hombres relacionados con los atentados del 11-M: Jamal Zougam, Basel Ghayoun, Mohamed Almallah Dabas, Fouad El Morabit Anghar, Said Berraj, Rachid Oulad Akcha y Mohamed Oulad Akcha. El trabajo de la polic¨ªa en torno a estas personas no dio ning¨²n fruto.

Al menos seis informes del CNI y otros tantos de los servicios de informaci¨®n de la polic¨ªa y de la Guardia Civil alertaron desde enero de 2003 del riesgo que sufr¨ªa Espa?a de un atentado de terroristas de origen islamista. El ¨²ltimo documento de la Guardia Civil, fechado s¨®lo 13 d¨ªas antes del 11 de marzo, se?alaba: "No es descartable que miembros afines a estas organizaciones puedan llevar a cabo acciones violentas".

A ra¨ªz del pronunciamiento a favor de la guerra de Irak, el servicio secreto espa?ol redact¨® un informe en el que alertaba de posibles atentados "tanto en pa¨ªses directamente implicados en la invasi¨®n como aliados de Estados Unidos".

La Guardia Civil lleg¨® a vincular la violencia de islamistas radicales con la situaci¨®n de marginalidad en la que algunos inmigrantes viven en Espa?a: "La tendencia de los indicadores apunta hacia una evoluci¨®n negativa, donde no se resuelven los problemas de marginalidad existentes, m¨¢s bien se registra un aumento paulatino de las personas sin coberturas sociales que pueden ser utilizados por las organizaciones terroristas para reclutar a futuros miembros".

Pedro D¨ªaz-Pintado, la m¨¢xima autoridad policial durante el mandato del PP, tuvo que responder en el Congreso a la pregunta de un diputado sobre si se hab¨ªa hecho lo suficiente para evitar la masacre: "Yo creo que, en principio, se hizo todo lo que hab¨ªa que hacer con la informaci¨®n disponible. Desgraciadamente, lo que no tenemos nunca es la informaci¨®n puntual sobre cu¨¢ndo van a suceder las cosas. Nosotros montamos dispositivos y tomamos medidas de todo tipo, pero son medidas que no se pueden sostener en el tiempo, como, por ejemplo, controlar los trenes permanentemente o tener dispositivos en toda Espa?a. Pero s¨ª se hicieron muchas cosas y se montaron varias operaciones teniendo en cuenta la circunstancia de que se un¨ªan las elecciones generales con la boda del Pr¨ªncipe. Lo ¨²nico que nos pudo faltar es la informaci¨®n puntual, y eso nos tiene que llevar a la reflexi¨®n de que hay que modificar muchas cosas. Hay que hacer reformas legislativas y hay que hacer reformas para la coordinaci¨®n policial".

Los mandos policiales que han comparecido en la comisi¨®n de investigaci¨®n han repetido que no hubo imprevisi¨®n ante el fen¨®meno de la amenaza terrorista de origen islamista. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n, que compareci¨® el pasado jueves en el Congreso, alert¨® sobre el riesgo de nuevos atentados y situ¨® la principal amenaza en Marruecos, donde habr¨ªa hasta 100 grupos de radicales violentos.

En las plantillas de la polic¨ªa y de la Guardia Civil en Espa?a existen 136 agentes dedicados al terrorismo de origen internacional, frente a los 105 que hab¨ªa cuando se produjeron los atentados en EE UU.

Los m¨¢s de 200 kilos de explosivos que utilizaron los terroristas del 11-M proced¨ªan de una mina asturiana y fueron robados con la complicidad de trabajadores de la explotaci¨®n, seg¨²n la investigaci¨®n judicial.

La polic¨ªa de Avil¨¦s conoc¨ªa desde julio de 2001 que hab¨ªa un tr¨¢fico ilegal de dinamita y detonadores en Asturias. Ese mes, los agentes detuvieron al ex minero Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras y a su cu?ado, Antonio Toro Castro, en una operaci¨®n que concluy¨® con el registro de un garaje, donde los agentes hallaron adem¨¢s de 80 kilogramos de hach¨ªs, 16 cartuchos de dinamita Goma 2 Eco (como la utilizada el 11-M) y 94 detonadores.

La Guardia Civil de Madrid conoc¨ªa desde primeros de 2003 que en Asturias era posible comprar en el mercado negro explosivos y detonadores. Lo supo porque el confidente Rafa Zouhier, delincuente habitual, se lo cont¨® al guardia civil con el que manten¨ªa contactos facilitando los nombres de las personas que vend¨ªan la dinamita.

Aquel soplo del confidente dio lugar, seg¨²n un informe reservado de la Guardia Civil, a un "vasto y extenso" operativo, que finaliz¨® en marzo de 2003 sin resultados.

Ese "vasto y extenso" operativo consisti¨®, seg¨²n Zouhier, en pagar al confidente para que comprara explosivo y confirmara la existencia del mercado negro ilegal. Cuando Zouhier entreg¨® a la Guardia Civil una muestra del explosivo comprado, los agentes le pidieron que buscara una banda interesada en adquirir la dinamita para poder detener a sus integrantes y a los vendedores en plena operaci¨®n. Pero el confidente no encontr¨® compradores y todo el plan se frustr¨®.

Un a?o despu¨¦s, Zouhier, que hab¨ªa conocido en la c¨¢rcel a Antonio Toro Castro, puso en contacto a unos marroqu¨ªes a los que conoc¨ªa como traficantes de hach¨ªs con Trashorras. Esta intermediaci¨®n, de la que el confidente no inform¨® a la Guardia Civil, result¨® crucial para que los terroristas llevaran a t¨¦rmino los atentados.

A primeros de este a?o, Zouhier y Trashorras se reunieron con Jamal Ahmidan, El Chino, en una cafeter¨ªa de Madrid. Unas semanas despu¨¦s, cierran la transacci¨®n comercial y colaboran en el traslado de los explosivos de Asturias a Madrid, seg¨²n la reconstrucci¨®n de hechos de la investigaci¨®n judicial.

Tras el ataque terrorista de los trenes, los dos confidentes confiesan que conocen a los autores. Trashorras se?ala: "Esto es cosa de los moros", y recuerda que "uno de los moritos" se despidi¨® de ¨¦l ri¨¦ndose con el siguiente mensaje: "Si no me ves en la tierra, me ver¨¢s en el cielo".

Zouhier, seg¨²n cuenta, llam¨® al agente de la Guardia Civil al que inform¨® hace un a?o del tr¨¢fico de explosivos en Asturias y al que hablaba de operaciones sobre tr¨¢fico de drogas para lograr beneficios penitenciarios.

En la conversaci¨®n telef¨®nica, Zouhier le habla de El Chino y le cuenta que en su casa tiene detonadores y Goma 2.

Su confesi¨®n llega cinco d¨ªas tarde.