Sangre joven en monta?as viejas
El estadounidense se queda solo ante una nueva hornada, con los Alpes como ¨²ltima cita para atacarle
Desperdigados los ciclistas en peque?os hoteles por la campi?a de la Provenza, entre cipreses, olivos y vi?edos, ayer pudieron disfrutar de las hamacas de las piscinas y las visitas de las novias para preparar el cuerpo y la mente ante tres jornadas consecutivas en los Alpes. Entre Lance Armstrong y la mayor proeza de la historia del Tour se interponen 14 puertos de monta?a y 130 kil¨®metros de ascensiones. Es la ¨²ltima oportunidad de atacar al portento tejano y a su falange azul del US Postal, que hasta ahora no han ofrecido la menor concesi¨®n para que alguien les ponga a prueba. Con Hamilton y Heras ya al margen de la disputa, con Ullrich a dos palmos del despe?adero, Armstrong se ha quedado solo frente a una nueva generaci¨®n.
A no ser que Ullrich se levante esta ma?ana m¨¢gicamente renacido, s¨®lo quedan tres hombres en condiciones de poner en ciertos apuros al estadounidense: el italiano Ivan Basso, retrasado de ¨¦l un minuto y medio, y el alem¨¢n Andreas Kl?den o el espa?ol Paco Mancebo, ambos con tres minutos por detr¨¢s. Al igual que el todav¨ªa l¨ªder, el franc¨¦s Thomas Voeckler, son gente que est¨¢ entre los 26 y los 28 a?os, la edad a la que suelen madurar los ciclistas, y que nunca ha ganado una gran carrera. Como ocurre con todos los campeones legendarios, Armstrong ha quemado una generaci¨®n completa. La alternativa, si la hay, s¨®lo puede provenir de una nueva quinta.
La sangre joven de los Basso, Mancebo y compa?¨ªa, los escasos supervivientes de la escabechina pirenaica, se examina ahora en las viejas cumbres alpinas. De las tres etapas consecutivas, la que m¨¢s alboroto previo ha levantado es la de ma?ana, que convierte la cl¨¢sica subida al L'Alpe d' Huez en una cronoescalada individual de 15,5 kil¨®metros.
Muchos han se?alado tambi¨¦n la jornada de hoy como un territorio propicio para emboscar a los rivales con un alg¨²n golpe de efecto. El recorrido fue dise?ado por el ex corredor Charly Mottet, quien eligi¨® varios puertos de los peque?os Alpes, todos por sus caras m¨¢s duras. No tiene gigantes como La Madeleine, que se sube el jueves, pero en los ¨²ltimos 80 kil¨®metros hay terreno donde castigar al rival. Y los corredores estar¨¢n m¨¢s frescos que pasado ma?ana para dejarse llevar por los sue?os de grandeza. Aunque el recorrido del jueves es terrible, siempre hay la posibilidad de que la fatiga por la contrarreloj de L'Alpe d' Huez imponga una tregua t¨¢ctica en el pelot¨®n de los m¨¢s fuertes.
Hasta hoy, Armstrong no ha recibido ni un solo ataque con fundamento. Aunque Mancebo ya lo intent¨® y tal vez persevere, sus condiciones le abocan a buscar la compa?¨ªa que no encontr¨® hasta ahora. Podr¨ªa ser la del CSC de Basso, siempre que Bjarne Riis, abandone la actitud reacia que mostr¨® en los Pirineos. O la del T-Mobile de Ullrich y Kl?den. A cualquier cosa se aferran a¨²n los so?adores con tal de conjurar la amenaza de que los vuelva apisonar una guardia azul comandada por un tejano.
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