Thorpe controla, Van den Hoogendband impresiona
El holand¨¦s se convierte en el favorito de los 200m libres tras ser una flecha en las semifinales
A los organizadores de los Juegos nos les lleg¨® el presupuesto y no cubrieron la piscina ol¨ªmpica, que ayer sufr¨ªa una marejada. Al fondo, en las monta?as del Parnaso, amenazaba tormenta. El ventarr¨®n molestaba a los nadadores, cuyo ideal es nadar en un espejo de agua y no entre turbulencias. Las dif¨ªciles condiciones a?adieron un poco m¨¢s de ¨¦pica al primer duelo entre Ian Thorpe y Michael Phelps en el estilo libre, los 200 metros concretamente, castillo inexpugnable del campe¨®n australiano. Se trataba de la semifinal, de una semifinal peculiar, porque una hora despu¨¦s los dos nadadores tendr¨ªan que regresar al tajo. Les esperaba la final de 4x100 metros libres, sin saber que ser¨ªa el Waterloo de norteamericanos y australianos. Eso suceder¨ªa una hora despu¨¦s. Ahora les conven¨ªa les conven¨ªa reservar fuerzas. Phelps est¨¢ empe?ado en un marat¨®n acu¨¢tico y Thorpe no es la bomba de energ¨ªa de Sidney 2000. Pero hab¨ªa detalles que observar, mensajes que atender, conclusiones que sacar. Gan¨® Thorpe, c¨®mo no.
A Phelps le falta experiencia, dominio del arte de la distancia, en una prueba de libre
Las semifinales convirtieron al holand¨¦s Van den Hoogenband en instant¨¢neo favorito. Nad¨® la primera serie, un paseo militar que no encontr¨® resistencia en Klete Keller, nadador que deja siempre su mejor versi¨®n para las finales. Le motivan. Otros se achican. No es el caso de Van den Hoogenband, el hombre que protagoniz¨® el gran momento de Sidney. Frente a 18.000 fan¨¢ticos australianos, todos entregados a la causa de Ian Thorpe, el holand¨¦s gan¨® la final de 200 metros libres. Enmudeci¨® la hinchada local ante lo que parec¨ªa imposible. Thorpe hab¨ªa dominado la distancia con pu?o de hierro. Aquella victoria de Van den Hoogenband le convirti¨® en una celebridad mundial. Cuatro a?os despu¨¦s vuelve a emerger, est¨¢ vez como favorito. Gan¨® su semifinal con 1m, 46.00s. Fue una flecha en el agua, con su estilo de velocista y la determinaci¨®n del nadador que vuelve a sentirse plet¨®rico.
Van den Hoogenband hizo el mejor tiempo de las semifinales, 65 cent¨¦simas por delante de Thorpe, una enormidad en una competici¨®n de esta magnitud. Tambi¨¦n es cierto que el australiano necesitaba reservar gasolina para la final de 4x100 metros libres. Ven¨ªa adem¨¢s de un esfuerzo brutal en el d¨ªa anterior. Su victoria sobre Grant Hackett en la final de 400 metros libres estuvo presidida por el sufrimiento. El problema es que ten¨ªa a Phelps como adversario en la semifinal. El plan pasaba por ganar, no quemarse y proclamar su autoridad sobre el americano. Desde este punto de vista, le sali¨® perfecto. Domin¨® la prueba desde el primer momento y jam¨¢s dej¨® que Phelps le adelantara. No quer¨ªa ninguna concesi¨®n psicol¨®gica sobre el hombre que pretende apartarle de la cima de la nataci¨®n.
Phelps es un nadador sin pulir en el estilo libre. Por supuesto que es un fen¨®meno en esta especialidad. No puede ser de otra forma cuando se tiene una marca de 1m 45.99s, la cuarta de todos los tiempos. A Phelps le falta experiencia, dominio del arte de la distancia, combates contra los grandes. En Atenas disputa por primera vez una prueba de libre en una competici¨®n mundial. Frente a campeones como Thorpe o Van den Hoogenband, especialistas puros en una prueba que conocen muy bien, Phelps es un novato. Eso le hace m¨¢s grande. No le importa exponerse a la derrota. Prefiere el placer de la competici¨®n. Le esperaba Thorpe. Perfecto. All¨¢ fue Phelps.
No pudo comprometer al australiano, aunque en algunos momentos le amenaz¨®. Pero Thorpe era un prodigio de control. A cada arre¨®n de Phelps, respond¨ªa con un latigazo que sacaba al americano de su estela. No quer¨ªa dar impresi¨®n de debilidad. No demostr¨® ninguna, excepto un registro que fue peor que el obtenido por Van den Hoogenband en la primera semifinal. Es la noticia que menos deseaba. El hombre que le venci¨® en Sidney, est¨¢ como un pincel.
EL DIARIO DE PHELPS
- AYER. 9.35 horas. 200 m. libres. Eliminatorias. Phelps gana la carrera con facilidad. Marca un registro de 1m 48,43s, el quinto mejor tiempo de las series. Se clasifica para las semifinales. Confiesa que est¨¢ un tanto fatigado tras las emociones de la victoria el d¨ªa anterior.
- 18.55 h. 200 m. libres. Segunda semifinal. Por primera vez, Phelps se mide con Ian Thorpe en el estilo libre. Es un momento para que cada uno env¨ªe mensajes. El australiano se impone con autoridad, sin ning¨²n derroche. A ambos les espera la final de 4x100 metros libres apenas una hora despu¨¦s. Phelps se clasifica para la final con el tercer mejor tiempo 1m 47,08s.
- 20.10 h. 4x100 m. libres. El sue?o de dorado de Phelps se derrumba ante la arrolladora actuaci¨®n del equipo surafricano, que gana la carrera y bate el r¨¦cord del mundo. Phelps nada el segundo relevo y produce una mediocre impresi¨®n.
- HOY. 9.25 horas. 200 m. mariposa. Eliminatorias. Quinta carrera de Phelps en Atenas. Durante los tres ¨²ltimos a?os no ha tenido rivales en esta prueba.
- 18.43 horas. 200 m. libres. Final. La prueba que posiblemente no ganar¨¢. Lo sabe, pero no le importa. "Thorpe se enfrent¨® a m¨ª en los 200 metros estilos el pasado a?o, en los Mundiales de Barcelona. Sab¨ªa que era mi territorio y perdi¨®" ha dicho. "Para m¨ª es un privilegio nadar los 200 metros libres frente al mejor del mundo".
- 19.31. 200 m. mariposa. Semifinales. El desgaste comenzar¨¢ a pasarle factura. Competir¨¢ s¨®lo 40 minutos despu¨¦s de nadar los 200 metros libres, frente a Thorpe, Van den Hoogenband, Keller y Hackett. Sin embargo, no necesitar¨¢ acercarse a su r¨¦cord mundial para clasificarse para la final en los 200 mariposa. Con 1,56 minutos, tres segundos por encima de su r¨¦cord del mundo, entrar¨¢ en la final.
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