Seis a?os tras una medalla
Natalia V¨ªa-Dufresne y Sandra Az¨®n llevaron vidas paralelas hasta que en 1998 decidieron embarcarse juntas en un '470'
Natalia V¨ªa-Dufresne y Sandra Az¨®n se miraron con complicidad. "Hoy no podemos fallar", se dijeron. Y partieron hacia su ¨²ltima aventura griega en su barco 470. Navegaron con la tensi¨®n de saber que pod¨ªan perderlo todo, pero con la satisfacci¨®n de saber que m¨¢s no pod¨ªan dar. "Tranquila, Natalia; vamos a lograrlo", le dec¨ªa Sandra. Y Atenas les concedi¨® la medalla de plata. "Es la culminaci¨®n de una bonita aventura que empezamos juntas en 1998". V¨ªa-Dufresne sum¨® de esta forma su segunda medalla ol¨ªmpica. En Barcelona 92 tambi¨¦n hab¨ªa ganado la de plata en una modalidad en la que cay¨® casi por casualidad, la clase Europa.
Aunque las dos comenzaron a navegar en el CN El Masnou, sus vidas corrieron paralelas, sin puntos de coincidencia, hasta 1998, cuando Natalia se qued¨® sin compa?era para el 470 y propuso a Sandra, que acaba de partir peras con Teresa Zabell, si quer¨ªa navegar con ella. "Vamos a probarlo", le respondi¨®. Salieron cuatro d¨ªas al mar para ver c¨®mo funcionaban juntas. Y la cosa les gust¨®. Entonces trabajaron con intensidad para preparar bien los Mundiales de Mallorca, que se disputaba aquel mismo a?o. Y acabaron las cuartas.
"En aquellos Mundiales tuvimos mucha presi¨®n", recuerda V¨ªa-Dufresne. "Zabell [campeona ol¨ªmpica en 470 en Barcelona, junto a Patricia Guerra, y en Atlanta 96, con Bego?a V¨ªa-Dufresne] se negaba a aceptar el relevo y volvi¨® a navegar con Guerra para intentar arrebatarnos el puesto ol¨ªmpico para Sidney 2000. Su actitud fue esperp¨¦ntica. Pero la ganamos claramente en Mallorca y creo que aquello la acab¨® hundiendo porque decidi¨® abandonar". Zabell, ahora eurodiputada por el PP, nunca las ayud¨®. Cuando se enter¨® de que Natalia iba a pasarse a la clase 470, dej¨® de saludarla. Hab¨ªan tenido muchas vivencias juntas, incluso en Atlanta, donde Zabell naveg¨® con Bego?a. "Me invitaron a estar con ellos y con mi hermana y Manolo, su compa?ero, me ayud¨® a buscar un patrocinador para seguir navegando cuando no me seleccionaron para Atlanta", cuenta Natalia; "pero entonces, su actitud cambi¨® por completo. Me hab¨ªa convertido en una rival".
Zabell fue, en realidad, el primer punto de contacto entre Natalia V¨ªa-Dufresne y Sandra Az¨®n, que naveg¨® con ella en 1997. "La cosa no funcion¨®", recuerda Sandra; "para Teresa ya no era lo mismo que en 1992 y 1996. Hab¨ªa tenido a su hija y sus planteamientos hab¨ªan cambiado. Aguantamos un a?o. Y tuve algunas experiencias que no me gustaron. Despu¨¦s, comenc¨¦ a navegar con Natalia". Era 1998. Y ten¨ªan enfrente los Juegos de Sidney, en los que fueron las sextas, y a largo plazo los de Atenas.
Hasta entonces sus vidas hab¨ªan seguido caminos separados. V¨ªa-Dufresne hab¨ªa subido a un bote siguiendo los pasos de su hermano. "Iba heredando sus barcos y aquello no me gustaba", explica Natalia; "hasta que me compraron un Optimist. Entonces quise pasarme al 420 para navegar con una amiga, pero mis padres no quer¨ªan comprarme otro barco. Me tocaba heredar el Europa de mi hermano". Y as¨ª fue como se meti¨® en esta clase, que fue reconocida como ol¨ªmpica en 1988 y le concedi¨® su primera medalla, la plata de Barcelona. Ya contando con todo el apoyo federativo, V¨ªa-Dufresne salt¨® al 470. Su primera compa?era no quer¨ªa viajar tanto. La segunda, la mallorquina Marta Rein¨¦s, aguant¨® un a?o. Hasta que Sandra Az¨®n se subi¨® a su barco.
A Sandra le daba miedo el agua y por eso suspendi¨® el curso de navegaci¨®n a los ocho a?os: "Te obligaban a volcar el bote y no quise hacerlo. Durante varios a?os navegamos con mi hermana M¨®nica en 420. Y en 1989 nos pasamos al 470 pensando en los Juegos de Barcelona. Estuvimos en el preol¨ªmpico, pero no en los Juegos. Y en 1995 sufr¨ª una rotura de ligamentos y menisco en una rodilla, yendo en moto, y estuve dos a?os sin navegar. Despu¨¦s lleg¨® la historia con Zabell y mi encuentro con Natalia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.